Morabanc Andorra 87-78 Bilbao Basket
Diluidos como un azucarillo en el aguaJornada 18 ·
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Morabanc Andorra 87-78 Bilbao Basket
Diluidos como un azucarillo en el aguaJornada 18 ·
Tras una buena primera parte, el Bilbao Basket firma un tercer cuarto infame y entrega el triunfo al MoraBanc AndorraNo hay manera de que este Bilbao Basket encuentre la regularidad en la Liga Endesa. Pasa del todo a la nada y al revés, demasiado voluble e inconsistente en su baloncesto, cuyas costuras han saltado este sábado por los aires en Andorra en un tercer ... cuarto infame. Después de una buena primera parte, los hombres de negro cayeron a plomo tras el paso por los vestuarios y entregaron el partido al MoraBanc en diez minutos de desconcierto, confusión y caos en los que metieron apenas 12 puntos y encajaron 26. Todo lo que pudieron hacer mal lo hicieron peor y se inmolaron ante un rival al que habían ganado por 22 en Miribilla. Sufrieron el acierto de Borg desde el triple (6 de 7), la mano de Harding (21 puntos) y sobre todo su incapacidad de salir del atolladero cuando sonaban las sirenas. Y eso que la historia sin el final feliz empezó como un hermoso cuento.
Porque cuando Adam Smith entra en trance, la vida es mucho más sencilla para el Bilbao Basket. La 'mano invisible' había atravesado por una crisis anotadora y despertó contra el Manresa y luego frente al Balkan en Europa. Es lo que tienen los 'killers', cuyas muñecas se calientan de repente y hace falta un cubo de agua helada para enfriarlas. El escolta abrió el partido 'on fire' con 11 puntos en el primer cuarto, apoyado en buenos porcentajes, pero luego se desdibujó. Llegó al descanso con 14 y luego solo fue capaz de meter dos con un uno de siete en tiros de campo. Como el día y la noche. Una canasta de De Ridder puso seis arriba a los vizcaínos (9-15), pero la labor de Dos Anjos mantenía al MoraBanc.
Si Smith era al principio una máquina de encestar, que se gripó tras el paso por los vestuarios, Kullamae le tomó el relevo. Los dos escoltas por fin escupían fuego de grueso calibre. Daba gusto verles. El estonio despertó de su letargo con 10 puntos en la primera parte y un dos de tres en triples. Funcionaba el perímetro de los bilbaínos, pero al igual que el escolta americano, el báltico desapareció sin dejar rastro. Solo dos puntos en toda la segunda mitad para volver a su estado vegetativo. La lluvia de plomo cesó de forma abrupta y los dos francotiradores del Surne se quedaron sin balas.
El Surne concedía demasiadas segundas y terceras oportunidades. Vivían del rebote los de Natxo Lezkano en la primera parte, de los jokers que otorgaban las capturas ofensivas, y a partir de ahí volvían a construir. El Surne cerró el período inicial seis arriba (19-25) y en el segundo cuarto su ventaja creció hasta un +9 en varias ocasiones, sin que supiera romper la frontera psicológica de los diez. Empezó el intercambio de metralla desde los 6,75 –los de Ponsarnau llegaron al descanso con un 8 de 18 y los del Principado con un 4 de 15– y el equipo concedió varios regalos que agradecieron los locales. Tsalmpouris tuvo el último triple, pero falló. 40-44 y a los vestuarios.
Sin respuesta
El Bilbao Basket había dado señales de alarma en la recta final del primera parte, que se acentuaron hasta el extremo en el tercer 'anticuarto'. Apareció Borg para meter triples como si no hubiera mañana –seis de siete para el exhombre de negro– y lanzó a los suyos. Un parcial acumulado de 15-2 puso siete arriba a los andorranos (53-46). Sirenas aullando. Era el principio del fin. Kullamae, Andersson y Pantzar sacaron fuerzas de la flaqueza para acercar al equipo a tres (55-52), pero entre Luz, Harding y Madsen volvieron a agrandar la brecha. De aquel 34-43 en el segundo cuarto se pasó al 66-52; es decir, una serie lapidaria de 32-9 que era imposible de levantar para un Surne herido de muerte.
Renfroe intentó echar un salvavidas al mar en el que se ahogaban los hombres de negro. Tres penetraciones para tirar de un barco que hacía aguas. Entonces apareció la versión más letal de Harding con ocho puntos seguidos que se clavaron en el corazón vizcaíno. El Andorra estaba 15 arriba (77-62), aunque un parcial de 0-6 obligó a Lezkano a pedir el tiempo muerto. De Ridder seguía peleando en todos los frentes (12 puntos y 6 rebotes) y el Bilbao Basket maquilló la derrota ante un rival directo en la lucha por la salvación, que tocará sudar en la segunda vuelta.
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