«Miribilla aprieta mucho y hace que sus jugadores ganen confianza»

Facundo Campazzo es la mano que mece la cuna en la cancha, donde piensa, elabora y ejecuta el baloncesto del Real Madrid. Lo hará también este domingo en Miribilla (12.30 horas), un pabellón que le encanta y que rozará el lleno –se esperan más de 9.000 espectadores– para ver a los hombres de negro medirse a una constelación de estrellas. Una de ellas es el base argentino, quien atiende a EL CORREO después del entrenamiento de recuperación realizado tras el choque de la Euroliga frente al Partizan. Lo sacaron adelante y ahora solo piensan en dar continuidad a los buenos resultados tras un mal inicio de temporada. «Tenemos una prueba linda contra un rival muy fuerte en casa. Lo vivimos el año pasado –los de Chus Mateo ganaron en los últimos segundos con un triple suyo y el de Hezonja– y queremos estar lo más preparados posible».

El Bilbao Basket llevó al límite al Real Madrid en aquella ocasión, cuando el argentino apareció casi sobre la bocina de una posesión clave para convertir un triple que celebró desde las entrañas. «Me gustan los partidos calientes, tomar tiros difíciles; cuando se salen, pues no es tan bonito, pero cuando los metes es una linda sensación». Campazzo advierte sobre un peligro de sobra conocido en un equipo plagado de 'killers', de gente a la que se le caen los puntos de los bolsillos. «Tenemos a muchos jugadores que se hacen grandes en esos momentos, mucho arsenal, y debemos saber usarlo. El año pasado lo utilizamos bien en Bilbao. ¡Ojalá no lleguemos a ese final tan apretado ahora! Sabemos que será un partido difícil».

Es entonces cuando Facu se refiere a las visitas a Miribilla, donde le gusta competir. «Es un estadio –así llama al Bilbao Arena– muy bonito para jugar. La gente alienta a su equipo. Llevan a muchos aficionados, contra nosotros más todavía. Aprietan mucho y hacen que sus jugadores ganen en confianza. La afición de Miribilla es el sexto jugador del Bilbao Basket.», sentencia el base argentino, quien subraya el saber estar de la parroquia vizcaína. «La gente es respetuosa y siempre nos ha tratado muy bien». La marea negra tampoco olvida el detallazo que tuvo la plantilla del Madrid en marzo de 2014, cuando al término del choque en Miribilla hizo el pasillo y aplaudió a sus colegas de profesión que al día siguiente iban a la huelga por impagos. Nueve meses después, Álex Mumbrú, entonces capitán del equipo, entregó una camiseta a los blancos –concretamente a Felipe Reyes– con la inscripción 'Eskerrik asko' por el apoyo recibido en una época muy dura.

«¿Fácil? Nunca»

Campazzo huye de favoritismos y no para de repetir que el choque de hoy será complicado. «¿Fácil? Nunca. Pienso que será un partido duro, físico, con los dos equipos corriendo la cancha. Se viene mucho tiro de tres y habrá que controlarlo. El que maneje las emociones y los ritmos (del encuentro) será que el que tenga más 'chance' de llevarse la victoria. En la ACB –avisa–, si entras mal a la cancha, y así nos los dice la experiencia, puede ganarte cualquiera. Bilbao no va a ser una excepción. La temporada pasada sufrimos hasta el último minuto y esperamos algo similar. Intentaremos imponer nuestra identidad y ritmo de juego».

Ríe cuando se le recuerda que Miribilla siempre grita «¡Llull, Llull, Lull!» al ver a un rival fallar un tiro libre. «Me lo tomo con mucho cariño», dijo el propio escolta menorquín en una entrevista con este periódico. ¿Y si se acuñara un «¡Facu, Facu, Facu!»? «Estaría muy bien, divertido. Se valora mucho ese juego con la afición. Esto es un espectáculo, un show, y lo entendemos de esa manera. Se forma una relación sana. Que sea lo que tenga que ser, lo disfrutaré».

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