Ganar al Unicaja en la última jornada daría la Champions al Bilbao Basket

El Surne podía haber sellado este domingo su regreso a Europa en Murcia, pero perdió y la oportunidad se fue al limbo. Luego jugaba el Obradoiro en Badalona, un choque vital para que los vizcaínos siguieran dependiendo de sí mismos. Una victoria de los gallegos –13 triunfos por los 14 de los bilbaínos– les hubiera dejado virtualmente fuera de la batalla por la décima plaza. ¿Por qué? Porque el 'average' es para los de Santiago, que además se enfrentarán en la última jornada al descendido Fuenlabrada. Llegar empatados al choque final de la fase regular significaba acabar undécimos. Pero el Joventut doblegó la resistencia visitante y terminó por imponerse (96-85). Un resultado que permite a la franquicia de Miribilla ser el dueño de su destino a pesar de su mal encuentro frente al UCAM.

Con el objetivo nuclear de la permanencia conseguido con mucha antelación, el Bilbao Basket buscará poner la guinda de la tarta con una nueva clasificación continental. Ganar al Unicaja daría el pase directo a la próxima edición de la BCL, mientras que una derrota unida a la victoria del Obradoiro abriría la posibilidad de una invitación ligada a eliminatorias previas. Terreno resbaladizo y no exento de dificultades que sería mejor evitar. Así que toca imponerse a un gran rival que aún apura sus opciones de acabar la fase regular entre los cuatro primeros. A los cajistas les queda enfrentarse al Tenerife de Txus Vidorreta, justo el contrario al que persiguen, y al Surne. Un duelo en el que saltarán chispas.

Facilitar los fichajes

El Bilbao Basket quiere repetir en Europa a pesar del riesgo que conlleva siempre competir en dos escenarios para una plantilla tan justa como la vizcaína. Lo hace fundamentalmente por dos motivos: porque la Champions no es deficitaria –da 50.000 euros por estar en la fase de grupos, luego se paga por partido ganado y los que llegan lejos cobran cantidades importantes– y porque supone un atractivo a la hora de fichar a jugadores. Es más fácil seducir cuando se pone sobre la mesa una participación internacional como complemento de la ACB.

Los hombres de negro saben que solo les vale ganar al Unicaja. En Miribilla han caído Valencia, Gran Canaria y Barcelona, entre otros, y ahora se invoca el último milagro.