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Fiesta con récord en Miribilla

El Bilbao Arena registra la mayor asistencia de público del año a un partido del Surne, que recibe a un Real Madrid que lidera la Liga Endesa y la Euroliga

J. F. CACHORRO

Martes, 27 de diciembre 2022, 22:05

El Bilbao Arena registra 9.972 espectadores, la mejor asistencia desde 2019, con una marea negra cuya animación desbordó las gradas

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bilbao. Miribilla vivió ayer una noche mágica con una asistencia de público (9.972 espectadores) en el duelo contra el Real Madrid que hacía ... mucho tiempo que no se veía en la casa del Bilbao Basket. Hay que retornar hasta el 17 noviembre de 2019 para encontrar una afluencia similar, cuando se contabilizaron 10.001 espectadores en otro partido contra el equipo blanco. La marea negra ha vuelto a cumplir y ha ocupado todos los asientos de su templo en una fecha señalada del calendario, con la visita de un rival siempre potente y que lidera la Liga Endesa y la Euroliga,

Además de la categoría del adversario, todo se conjugó ayer para que el Bilbao Arena registrara una entrada como en las mejores épocas. Las vacaciones navideñas, con más días de ocio para las familias, y la buena marcha de los hombres de negro, tanto en la ACB como en la Champions europea, ayudaron que el pabellón municipal se llenase. Sin olvidar el aliciente deportivo como es mantenerse en la octava plaza de la clasificación, la última que abre la puerta a la disputa de la Copa del Rey. También la plantilla había animado el ambiente días antes con la emisión de un simpático vídeo en las redes sociales rapeando la canción de Olentzero. Y por si hubiese pocos reclamos, el club invitó a confeccionar «el mejor árbol de Navidad de la Liga Endesa» con adornos aportados por aficionados, que entraban en un sorteo de regalos.

La respuesta del público fue abrumadora. Las calles del barrio de Miribilla se convirtieron en un circuito de automóviles buscando una plaza casi imposible para aparcar dos horas antes del partido. El acceso al estacionamiento del pabellón se cerró poco después de las siete de la tarde y solo se podía entrar con acreditación. Fue entonces cuando policías municipales tuvieron que dirigir la circulación en los alrededores del polideportivo mientras la grúa retiraba coches mal aparcados.

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El festival deportivo arrancó con la llegada del autobús del Real Madrid. Aficionados merengues esperaban a los suyos. Sergio Llull, que fue elogiado por su amabilidad, se detuvo a hacerse numerosas fotos, como su compañero Rudy Fernández. A todo ello seguían ajenas las numerosas personas que poblaban entonces los aledaños de los bares más próximos al Bilbao Arena. Media hora antes del inicio del choque empezó la peregrinación al pabellón. Adultos y niños formaban un grupo de trece personas que destacaba entre los demás peatones. «Somos familiares, unos de Gandía (Valencia) y otros de Bilbao, y estamos pasando juntos las fiestas aquí». La mayoría de los pequeños no ha presenciado nunca un encuentro de alto nivel. Bueno, menos el benjamín, Gaizka: «Yo he venido una vez». Igor (senior y junior) Beñat, Mónica, Elena y Pepe se despiden y se unen al resto de los suyos.

Un noche espectacular

Dentro del pabellón se degustaban los primeros bocadillos de la tarde-noche. Los nuevos en Miribilla buscaban la puerta de acceso consultando la entrada o un plano. Iñaki, un treintañero de Sestao, pudo adquirir un asiento a última hora, aunque en las filas más altas. «Voy a intentar que alguien me cambie el sitio ya dentro, Tengo que ver el partido separado de mi novia (Edurne) porque, si no, no vamos a poder estar juntos»

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20.37 horas, se levanta el telón. Por megafonía anuncian a los protagonistas locales: «Los hombreeeeeees de negro». Ambos conjuntos calientan. Llega la liturgia previa al encuentro, con el saludo a las peñas, la cámara que enfoca parejas y las proyecta en el videomarcador central, la presentación de los hombres de negro, solo iluminados por los surtidores de chispas y multitud de teléfonos móviles. Puro espectáculo.

El encuentro en sí fue un ejercicio para soñar, sobre todo al llegar al descanso con empate a 42. El Surne aguantó a un todopoderoso hasta los últimos minutos. Perdió pero regaló una fiesta de gran altura a unos seguidores que se dejan la garganta en cada segundo de partido.

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