No es el mejor cliente para cobrar las facturas pendientes, pero el Bilbao Basket quiere intentarlo. Viene de dos derrotas en la ACB, en Granada y Lugo, y aspira a reaccionar este domingo contra un rival de dimensiones difícilmente abarcables. Si a esto se le ... añade el ingrediente del derbi, siempre picante y motivador, el 'pack' está servido. En vísperas de Halloween, el Surne pretende disfrazarse de lobo y enseñar los dientes al Baskonia (Miribilla, 21 horas). No le importaría que se los rompiera porque piensa dar la cara en todo momento, competir y defender cada balón como si fuera el último. Los hombres de negro saben que si no muerden acabarían arrollados por el vecino, que como es lógico siempre afronta estos partidos con la consigna de imponer su historia, plantilla, presupuesto y calidad ante un rival que de vez en cuando le sale contestón.
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Los de Jaume Ponsarnau necesitan el fuego del infierno de Miribilla para crear un clima perfecto e ir con todo a por la sorpresa, a fundir lo que se presume acero puro. Todo el mundo es consciente de la dificultad del reto, de la magnitud de la 'operación vecino', pero también lo fueron los compromisos ante Joventut y Valencia y el Bilbao Basket dio la campanada, cuyos ecos aún resuenan en el ambiente. Precisan rozar la perfección y minimizar las virtudes del Baskonia, que no son infinitas pero casi, si pretenden salir con vida y reforzados en su estado de ánimo.
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Una vez más, Ponsarnau deberá ingeniárselas para paliar las carencias en la rotación exterior. Nikola Radicevic sigue entre algodones debido a su lesión en el tendón de Aquiles y está prácticamente descartado para el derbi, lo que obligará a usar a Adam Smith en el puesto de base y oxigenar así a Ludde Hakanson. Tampoco llega en las mejores condiciones Emir Sulejmanovic, con un fuerte esguince de tobillo, pero al bosnio tendrían que amputarle una pierna para que se quede en la grada. Jugó la semana pasada en Lugo pese a sus problemas físicos y salvo sorpresa mayúscula también lo hará esta noche ante el Baskonia. Su carácter, defensa y capacidad de rebote son imprescindibles ante un rival que mueve montañas en la pintura.
El Bilbao Basket sabe todo lo que hay que saber del conjunto vitoriano, al que ganó en Miribilla en octubre de 2019. Fue el séptimo y el último triunfo de los hombres de negro en su casa ante los vecinos, donde en cambio hincaron la rodilla 12 veces. Ahora buscan el octavo ante un rival que acredita registros impresionantes en la ACB: es el equipo más anotador de la Liga Endesa (88,2), el que más triples mete (13) y con el mejor porcentaje (43%), el que tiene el mejor promedio de los tiros de dos (58,8%) y también en los lanzamientos desde la línea de castigo (84,5%). Al igual que el Surne, su balance es de tres victorias (Unicaja, Zaragoza y Real Madrid) y dos derrotas (Barça y Tenerife), pero las buenas sensaciones se generaron sobre todo después de superar a los blancos.
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También van bien en la Euroliga (3-2), aunque los de Joan Peñarroya vienen de perder los dos últimos choques ante el Olympiacos en el Buesa Arena y este viernes en la cancha del ASVEL. Eso sí, acaban de reforzarse con Pierriá Henry y han recuperado al lesionado Howard. Todo esto lo sabe el Bilbao Basket, que con sus armas intentará detener al blindado baskonista. Ya lo dijo el exhombre de negro Aaron Jackson: «Cuando los guerreros sueñan, los gigantes caen». Y en Miribilla se ha escuchado más de un estruendo.
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