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Esta noche toca derbi. En una ciudad tan futbolera como Bilbao esta palabra se asocia a los colores txuri-urdin y nos trae a la cabeza otras rivalidades históricas de un calado social mucho mayor. En el mundo de la canasta las connotaciones siempre han ... sido otras, y nunca con tanta repercusión como aquellas. Bien sabida es la incomodidad que la presencia bilbaína en la ACB generaba en los despachos baskonistas cuando se gestó la creación y rápido ascenso del Bilbao Basket a la máxima categoría. Pero solamente durante los 'años de oro' del Bilbao Basket, final de liga ACB y participación en la Euroliga incluidas, el rápido crecimiento de la franquicia bilbaína pudo llegar a inquietar realmente al Baskonia.
La comprobación de que aquel despegue fulgurante carecía del combustible económico necesario y el club se asentaba sobre pies de barro trajo de vuelta la lógica de unos derbis marcados por la tremenda desigualdad de ambas plantillas. Esa teórica superioridad alavesa, muchas veces reflejada sobre la cancha, no ha quitado nunca un ápice de ilusión y combatividad al equipo bilbaíno y a su afición, sabedores de que la dificultad de la empresa es directamente proporcional a la satisfacción de la victoria.
Llega el Baskonia a Miribilla con mejores sensaciones que números en liga ACB y un gran inicio en la máxima competición continental -a pesar de su derrota ente el ASVEL-, argumentos de peso que sirven para justificar su papel de favorito si el potencial de su plantilla no fuese suficiente. Además de esa buena dinámica con la que ha comenzado, la vuelta a Vitoria de un enorme jugador como Pierriá Henry no hace sino acrecentar ese favoritismo.
En el lado bilbaíno, la euforia generada por los buenos resultados en los primeros partidos oficiales del curso se ha desinflado un poco tras caer en Granada y Lugo. Es el Bilbao Basket un equipo en formación, que viene de una pretemporada muy accidentada y con poco tiempo para acoplarse, que además ha tenido que cambiar el paso sobre la marcha modificando la rotación exterior ante la baja de Radicevic.
La irregularidad siempre es el caballo de batalla en plantillas con tantos cambios, sobre todo hasta que se va logrando el acoplamiento de todas las piezas, pero el tren está ya en movimiento y hay que seguir su ritmo. Y la locomotora que llegará a Miribilla desde Vitoria vendrá con dosis de carbón extra ya que, pese a todos los condicionantes y favoritismos, y aunque muchos jugadores que saltarán a la cancha no habrán tenido casi tiempo de entender la rivalidad local, ganar un derbi siempre deja un puntito más de alegría en el cuerpo que cualquier otro partido del año.
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