Bilbao Basket 43-67 Unicaja
No es la derrota, son las sensacionesJornada 11 ·
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Bilbao Basket 43-67 Unicaja
No es la derrota, son las sensacionesJornada 11 ·
El Bilbao Basket pierde en un horrible partido ante el Unicaja, firma su peor anotación histórica en la ACB y encadena su sexta derrota en la ligaDecía Jaume Ponsarnau en la previa del partido que el Bilbao Basket no está en una mala dinámica. Si no lo está, se le parece bastante. Y más después del horrible encuentro completado este sábado frente al Unicaja saldado con la sexta derrota consecutiva en ... la ACB y la peor anotación histórica en la Liga Endesa y de siempre. El récord estaba en los 48 puntos conseguidos ante el Real Madrid en 2005 -se hicieron 45 en la LEB contra el Palma-, ahora batido por los 43 en un choque para comer cerrillas y enterrar bajo tierra. Lo peor no fue perder ante un rival de postín y superior, sino las malas sensaciones que transmitió el Surne durante muchas fases del duelo. Urge recomponer el estado de ánimo –flotaba en el aire la fatalidad de Badalona–, restaurar las señas de identidad, recuperar a los hombres clave y volver a la senda del triunfo.
Enfrente estaba una roca del tamaño de Dwayne Johnson, con paredes lisas y verticales y sin apenas aberturas por las que meter la dinamita con el objetivo de hacerla saltar por los aires. El Unicaja es un equipo con mayúsculas, en el que cada pieza está al servicio de un colectivo que suele funcionar como una apisonadora. Saltó al parqué de Miribilla con el distintivo del segundo clasificado y una racha de seis victorias seguidas en la ACB, entre las que destacan las cabelleras quitadas al Baskonia y Real Madrid a domicilio y que cuelgan del cinturón de los cajistas. Los hombres de negro sabían que necesitaban rozar la perfección para gripar la máquina construida por Ibon Navarro, vigente campeona de Copa, y llevar su juego al límite en búsqueda de un triunfo que jamás estuvo en el horizonte. Salvo un chispazo de orgullo entre el tercer y el cuarto período, donde dio señales de vida, el Surne devolvía un encefalograna plano.
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El 5-0 de salida fue un espejismo que pronto se encargaron de neutralizar los malagueños con un 0-7. A los hombres de negro les costaba atacar el aro y la defensa rival, que rozaba el límite del reglamento. El trío arbitral dejaba hacer a los andaluces mientras que a los bilbaínos les castigaba con 'faltitas'. Una vez dejado claro el criterio de los colegiados, bien entendido por los visitantes y todo lo contrario por los de casa, los de Ponsarnau intentaban sujetar lo inabordable. Encima lo hacían mal, sin acierto ni intensidad suficientes, superados en rebote, físico, defensa, pizarra, porcentaje, asistencias... Todo. El Unicaja no tardó en fabricar otro 0-8 y cerrar el primer cuarto seis arriba (13-19).
El equipo trasladaba malas sensaciones y no terminaba de reconocerse en el espejo, cada vez un poco más demacrado por los golpes de los malagueños. Le costaba hacer lo que siempre hace con independencia del resultado: competir. Y sin competir no se gana a nadie en la ACB. Will Thomas hacía y deshacía a su antojo, Osetkowski anotaba con facilidad, Djedovic picaba con veneno... Mientras tanto, el Bilbao Basket perdía balones, fallaba tiros libres –acabó con un 9 de 20–, se inmolaba desde el triple –un escalofriante 2 de 20–, no sabía cómo atacar y menos cómo defender a su rival. «Números espantosos», los definió Ponsarnau. Solo Renfroe tiraba de un carro que en vez de ruedas tenía troncos. El Unicaja apretó el acelerador como quien se bebe una cañita fría en verano y se fue 21 arriba en el segundo cuarto (23-44). El Surne no sabía por dónde le daba el aire y se marchó a los vestuarios 20 abajo (26-46).
Hlinason, con el tobillo tocado
Kalinoski puso la máxima tras el paso por la caseta (26-48), pero los cajistas bajaron sus porcentajes y entraron en el juego de los vizcaínos. Ninguno de los dos equipos veía el aro. Un detalle: a falta de 1'40 para el final del tercer período, ¡el Bilbao Basket había anotado 8 puntos y los malagueños 5! Al menos los de Ponsarnau apretaron los dientes en defensa y los enseñaron aún sabiendo que su rival se los acabaría partiendo. Un poco de amor propio para llegar a los últimos 10 minutos 14 abajo (37-51). Un pequeño milagro visto el rendimiento general del equipo, con un Smith irreconocible (2 puntos) y hasta tres jugadores sin anotar (Andersson, Rabaseda y De Ridder).
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Pese a todo, el Bilbao Basket se acercó a 10 en el último cuarto. Del 26-48 se pasó al 41-51, un parcial de 15-3 que puso a Miribilla de pie. Lo sentó el Unicaja con un demoledor 0-14 que devolvió la lógica al marcador (41-65). Encima Hlinason acabó con un tobillo 'tocado'. El Surne ya lleva mes y medio sin ganar en la ACB. Y toca ir a Valencia.
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