El lastre de los déficits individuales

El combate se presentaba, además, con dos púgiles con trayectorias contrapuestas. La formación malagueña llegaba al Bilbao Arena con seis victorias consecutivas en la Liga Endesa. Esa exitosa serie incluye el plus por haber acabado con la imbatibilidad del Real Madrid la jornada anterior a domicilio, un premio al alcance de pocos equipos en la actualidad. Por el contrario, el Surne acumulaba cinco derrotas consecutivas en la ACB, aunque hay que puntualizar que en ese periodo se ha topado con contrincantes de la talla de Barcelona, Tenerife y Real Madrid. El último golpe de la racha negativa fue la cruel derrota en Badalona, con un triple sobre la bocina de Andrés Feliz desde su campo que otorgó el triunfo al Joventut (81-78).

Esas tendencias se mantuvieron ayer en Miribilla. En los halagos al rival sólo atinó Rabaseda, que encajó una derrota contra un equipo muy rápido al contraataque y en la circulación de balón, con elementos dotados de calidad técnica y claramente compenetrados. Los hombres de negro no fueron capaces nunca de contrarrestar superioridad de los visitantes. Y no pudieron conseguirlo porque demasiados jugadores aportaron poquísimo como fabricantes de puntos. Esos famélicos números pesaron demasiado en un Surne que necesitaba bordar su actuación para intentar acercarse a un enemigo muy armado.

El paisaje mejoró de forma sorpresiva en el tercer cuarto con una renta parcial de 11-5 para los locales en esos diez minutos. Un cambio explosivo sacudió el templo de los hombres de negro, eficaces en su zona contra un adversario que no encestaba ninguno de sus once lanzamientos de tres puntos. A continuación, se pusieron a diez (41-51), pero los visitantes volvieron a irse en el luminoso sólo con recuperar pequeña dosis de puntería.

Números escuálidos

La primera conclusión de la derrota es que ayer faltaron puntos con diferentes firmas, aparte de que el juego coral no existió. Tres jugadores no anotaron (De Ridder, Rabaseda y Andersson) y sólo dos (Kullamae y Renfroe) alcanzaron los dos dígitos. Esos diez puntos agregaron a medias los 'cincos' Hlinason y Killeya-Jones a la raquítica cosecha del Surne, mientras Reyes sigue sin despegar (3 puntos) y Tsalmpouris rubricó el par. Esta escuálida cifra también aparece en el balance de un Adam Smith desconocido, muy alejado de lo que se espera del líder ofensivo del Bilbao Basket. Contra Unicaja falló sus cinco triples y sólo embocó uno de sus tres tiros de dos. Resultado: dos solitarios puntos, un número impensable para un lanzador temido en la Liga Endesa.

A causa de los défitcits individuales, las estadísticas colectivas se arrastran por el suelo. Dos triples transformados de 20 intentos, 14 canastas de dos puntos e 33 disparos y 9 tiros libres metidos de 20 lo dicen todo de un conjunto obligado a transformarse cuanto antes.