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Carlos Pérez de Arrilucea
Viernes, 6 de octubre 2017, 08:27
Los hombres altos del Baskonia marcaron territorio durante el duelo de ayer para forjar una productiva asociación interior. El control del rebote fue básico para elevar el ritmo de juego azulgrana e inyectar confianza en un baloncesto todavía por madurar. Con un Shengelia en tono ... menor tras volver de su corto periodo de convalecencia, Voigtmann, Diop y Poirier arrimaron el hombro para adueñarse de la zona, aportar presencia física y centímetros pero también las dosis de calidad en ataque que ayudaron a marcar la diferencia, especialmente en el segundo cuarto. El senegalés fue un reactivador certero mientras que el germano se mostró más asentado en su juego, quizás impreciso en su carta de tiro pero capaz de equilibrar su aportación en otras facetas. Por su parte, Poirier fue un jugador que comenzó a conocer la grada del Buesa Arena y que dejó destellos de pívot capaz no solo de ser un peligro cerca del aro sino también de pasar y mostrar una gran movilidad en las continuaciones.
Comenzó con algunas dudas pero terminó por encontrar su ritmo ideal en el segundo cuarto, cuando se mostró veloz en las transiciones y certero en su aportación ofensiva.
De nuevo en acción tras dejar atrás su tratamiento de rodilla. Buscó el protagonismo de inicio sin demasiada puntería y se mostró más asentado y efectivo tras el descanso.
Una gran consistencia en el puesto de alero. Sobrado de recursos para multiplicar sus amenazas, tanto desde el poste bajo como desde más allá de la línea de tres puntos.
Un tanto desdibujado una vez superado su esguince de tobillo. Puso ardor, pero no siempre fue eficiente.
Capaz de sobreponerse a un arranque marcado por dos faltas demasiado tempranas. Volvió en el segundo cuarto para ampliar la ventaja a base de energía y puntos. Fue algo que repitió en el último cuarto para frenar el acercamiento estudiantil.
Hizo despertar a su equipo en los instantes finales del primer cuarto con dos triples certeros, su gran momento estelar del encuentro. Buen trabajo atrás.
Sin gastar apenas tiros de campo fue un pilar clave en los mejores momentos azulgranas. Buen pasador y capaz de asociarse con los bases en el ‘pick and roll’, demostrando una buena comprensión del juego. Presencia física y movilidad.
Tomó responsabilidades ofensivas tras el descanso y supo leer los momentos de necesidad de su equipo en una segunda parte menos brillante.
Más participativo que en el duelo en Barcelona. Fallón en sus lances en el poste bajo, pero de nuevo determinante con su acierto triple.
Laborioso y consciente de su papel. Sin suerte en los lanzamientos que intentó.
Cuatro minutos sin apenas continuidad.
Testimonial en la recta final.
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