Contracrónica del Obradoiro - Baskonia

Una reproducción de los mismos males nacientes

Con el reciente fichaje de Chris Chiozza, se trató de mitigar el mal endémico de la plantilla desde la salida de Darius Thompson. Unos problemas en la dirección de juego que, por el momento, están lejos de subsanarse, con el estadounidense todavía aclimatándose, Nico Mannion de baja y un Miller-McIntyre con dificultades para profanar defensas replegadas. Esa es la realidad actual de un Baskonia que el año pasado logró alcanzar los cien puntos en quince encuentros y que ayer no fue capaz de lograrlo ni con dos prórrogas de añadido. De un equipo que en tierras gallegas acreditó las mismas asistencias que pérdidas, 21 y que se vio abocado a la inspiración de Markus Howard como en los peores días de la etapa de Peñarroya. El Obradoiro subsanó su infereioridad técnica con 26 puntos tras robo.

Antes del éxtasis total de los hermanos, el baskonista, desgastado tras más de treinta minutos en pista, entregó la última posesión azulgrana de la primera prórroga a unos compañeros que recibieron el balón con estupefacción. De pronto, falló el sistema, McIntyre rehuyó una vez más un triple liberado, Costello optó por pasarselo a Marinkovic a falta de dos segundos y el serbio erró un triple forzado. Sedekerskis, autor de un nuevo doble-doble, capturó el rebote y Howard volvió a asumir la responsabilidad sin elaborar jugada y con un triple lejanísimo.

Para entonces, Dusko Ivanovic ya había decidido jugarse el partido con solo cinco jugadores. En un contexto de partido con los jugadores sin aliento, el montenegrino prescindió de Chima Moneke, que ayer disputó 16 minutos exactos, con habitual producción ofensiva y problemas en defensa. También superado estuvo Kotsar, desbordado por Pustovyi. Raieste sigue sin aportar la intensidad que el técnico demanda y Dani Díez, en el día que más ha participado esta temporada –22 minutos– no se desenvolvió con la soltura de la temporada pasada.

De esta guisa, Dusko Ivanovic solo realizó un cambio en los últimos 17 minutos. El obligado por la quinta falta personal de Howard. Su equipo mostró un nimio movimiento de balón y, tras subsanar los problemas para defender la línea de fondo sufridos en la primera mitad, volvió a conceder canastas fáciles a Scrubb, Tinkle y Pustovyi, seguramente a causa de la falta de gasolina. Del cansancio.

Por su parte, Moncho Ferández, ya desde el vestuario, movió ficha y confió en Jordan Howard. El estadounidense venía de superar una lesión muscular y el técnico gallego apenas usó al mayor de la saga hasta que vio los problemas de anotación de su equipo. Ahí murió la idea del Baskonia de tratar de jugar 'pick and pop' con Costello para sacar a Pustovyi de la zona. El duelo se convirtió en un duelo fraternal, precioso para los espectadores, pero contrario al ideario de Dusko Ivanovic. «Cuando podíamos remontar, hemos sido muy individuales. Hay que jugar más en equipo», dijo el pasado domingo. Una semana más tarde, los mismos problemas en la noria azulgrana. Un día arriba, en Euroliga ante Partizan y Olympiacos, y otro abajo, perdiendo con el Gran Canaria y el Manresa.