Baskonia -Alba Berlín

La primera de las zancadas imprescindibles

Ningún vaticinio, salvo que alguien reclame ahora la razón mediante la táctica del ventajismo, situaba al bloque construido en verano por la dirección deportiva y que viene cincelando de modo más que notable Joan Peñarroya en el lado bueno de la muga. Mérito enorme, redoblado incluso, porque el Baskonia siempre ha permanecido dentro de la casa que alberga a los ocho primeros y no ha pasado siquiera una semana a la intemperie. Un éxito sostenido, sobre todo, en la gran solvencia al amparo de su público.

La misma que ha de continuar explotando durante este ciclo que inaugura hoy la visita del Alba Berlín, el penúltimo de la fila. La asombrosa primera vuelta vitoriana le permite aferrarse a los cálculos conservadores. Si los adversarios directos en la pugna por acceder a los cruces de cuartos necesitarán, probablemente, un balance positivo de 18-16, los 'averages' que ha amasado el cuadro del técnico catalán en el prodigioso diciembre -su particular mes de las luces largas- pueden facultarle la entrada en los 'play off' por la puerta de la paridad absoluta (17-17).

Eso sí, el compromiso de esta noche en el Fernando Buesa Arena aparece rotulado con el 'uno' en la quiniela. De hecho, derrotar al equipo alemán se presenta como una de esas zancadas imprescindibles que el Baskonia debe de avanzar para convertir aquel sueño de otoño en una realidad primaveral. La que se merece después de una campaña anterior deficiente en la que extravió el carácter ahora recuperado. Al que ha añadido el baloncesto bueno y bonito -esa 'doble B' nada sencilla de aliar- del cuadro más divertido para ver en el continente entero. El ataque de mayor veneno que viaja en el avión de las líneas áreas turcas.

Cierto que al grupo alavés se le está haciendo larga la senda tan pedregosa que conduce a la postemporada. Desde aquel registro 11-5 con el que lideró el campeonato hasta ahora sale una cuenta de cuatro triunfos y diez derrotas. Pero a estas alturas del calendario, cuando cuelga la pancarta de meta a dieciséis días vista, el grupo azulgrana cuenta a su favor con el comodín del público. Por algo luce ese sobresaliente balance de 11-3 junto a los humedales de Salburua, donde se han ahogado transatlánticos de enorme eslora. Sólo el líder Olympiacos, Barça y Mónaco -el paradigma absoluto del exagerado listón físico que requiere la Euroliga- han descerrajado la caja fuerte de Zurbano.

Realidad encomiable cuando el club alavés venía de una de las campañas más desalentadoras que se le recuerdan en los últimos años y el hombre elegido para liderar el nuevo proyecto desde la banda se estrenaba en la máxima competición continental con una plantilla renovada en la mitad de sus elementos. Nada menos. Y entre los fichajes, las típicas apuestas que el ojo de halcón azulgrana meten casi por primera vez en el laboratorio del alquimista.

El desarrollo del curso indica que tal vez al Baskonia le valga con solventar las visitas al Buesa Arena de los dos últimos de la fila: Alba hoy y Asvel la próxima semana. Pero, eso sí, los deberes empiezan esta misma noche porque el rival parece propicio -no hay oponente pequeño, cobra sentido el tópico, en este campeonato savaje- y un traspié ante el oponente germano podría recordarse en un par de semanas con amargura.

Para el Baskonia de este ejercicio, poner la cancha viene a suponer una partida de cartas con los monos de la baraja incluidos. Y ahora se juega la timba en tres duelos caseros -el viernes actuará aquí el Fenerbahçe- más el desplazamiento final a El Pireo. Cierto que durante la primera vuelta cayó en Berlín y Villeurbanne, peor partido azulgrana de la campaña. Pero reconforta pensar que al carnero del escudo le brotan los colmillos afilados junto a la lumbre de su chimenea en el hogar de Betoño.