Peñarroya: «No podemos permitir que recuperen diez puntos en un minuto»

El técnico lo dice con conocimiento de causa. Los azulgranas remontaron en 'La Mano de Elías', en un ambiente similar, se colocaron once puntos arriba y vieron cómo la ventaja se desvanecía de un plumazo. «Debemos tener la capacidad de poder estar sólidos en nuestros momentos de no acierto», reclama el catalán.

Con el arreón de Baldwin y Lorenzo Brown todavía en la retina, Campazzo, Vildoza y Nedovic encarnan las figuras efervescentes a vigilar este jueves en Belgrado. «Son tres jugadores de élite, con el balón son demonios, en tres segundos te cogen el rebote y están en el aro rival», desgrana. «Grandes individualidades» para un equipo «enérgico y con corazón». «Muy de Dusko, tiene auténticos guerreros».

Se refiere al bloque serbio, liderado por Dobric o Lazic, ambos dudas, con Luka Mitrovic en el interior, «un jugador listo, que le encuentran los bases en situaciones de 'roll'», y Filip Petrusev como pívot de referencia. «Se está consolidando como uno de los postes importantes que va a dominar la competición en el futuro». Un equipo rojiblanco que «siempre compite», pero al que los resultados no le están acompañando en los últimos meses de Euroliga.

El Estrella Roja apurará sus escasas opciones de play off. A falta de cinco jornadas, está a tres triunfos de la octava posición del Baskonia y con cinco equipos de por medio. Mucho más cerca lo tienen los vitorianos, que después enlazarán tres jornadas en casa antes de acabar la fase regular en El Pireo. «La clasificación sabemos cómo está y hay que sumar victorias para estar en el top-8», simplifica un Peñarroya que evita el tópico de considerar los partidos de 'finales' pese a que «estamos cerquita del final».

Por último, el de Terrassa sigue reivindicando su inamovible estilo de juego y respondió así cuando se le preguntó por introducir algún matiz a un sello de identidad que también favorece a su rival de este jueves. «Si estamos tan arriba es porque jugamos bien, con criterio y no con desorden. Ellos pueden jugar como nosotros, pero vamos a ver quién puede controlar más el ritmo».