Pablo Laso: «No me frustro»

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Ángel Resa

El técnico azulgrana consumió este jueves gran parte de la comparecencia de prensa previa al choque de esta noche ante el Asvel en responder a las preguntas respecto a las palabras lanzadas en territorio lucense. Ante la cuestión sobre las razones de esa falta de comunicación entre pizarra y jugadores, fue descriptivo. «Me sorprendió mucho nuestro primer tiempo. Fue malo en muchos aspectos, sobre todo a nivel físico y mental». Alegó que «era nuestro tercer partido en cinco días», colofón a una semana complicada. «Es más una sensación de falta de concentración y físico. También de tener claro lo que queríamos hacer contra el rival», resumió.

Ni una aseveración clara respecto a la desconexión apuntada en Lugo, aunque sí se encargó Pablo Laso de recordar que no es un caso inédito en su carrera. «Me ha pasado muchas veces. Lo que tienen que hacer los entrenadores es intentar darle la vuelta con rapidez. Valorar por qué ocurren esas cosas e intentar solucionarlas», aleccionó.

La realidad es que ciertos lapsus de concentración acontecieron ante el Breogán, pero son ya conocidos en el historial azulgrana durante el presente curso. No es la primera vez que el preparador pone la lupa sobre los problemas de su equipo, pero tampoco se abraza al desaliento. «No me frustro», aseguró con una sonrisa socarrona. El vitoriano también se autoimpone deberes. «Mi obligación es que el equipo juegue muy bien». La asignatura sigue, de momento, pendiente.

La inmadurez azulgrana chirría a estas alturas de campaña, aunque Laso recuerda que «siempre es complicado ensamblar equipos». También se trata de un proceso que, en el caso de la escuadra baskonista, su técnico no tiene la sensación de que «esté siendo especialmente difícil». «Depende mucho de la capacidad técnico-táctica de los jugadores. También de su IQ y de su situación física. Hay muchos aspectos que tienes que valorar al punto que vemos equipos que hay veces que los cambian de año a año y funcionan en un mes», reseña.

A tenor de los resultados cosechados hasta el momento y de las sensaciones que transmite su juego, el Baskonia de la presente campaña forma parte del grupo de equipos de maduración tardía y compleja. Laso subraya que desde el principio tanto él como el club tenían claro que «estamos hablando de un equipo muy joven, un equipo en crecimiento». Desde su perspectiva, «es muy difícil que haya dos jugadores iguales». «A partir de ahí, lo que tiene que hacer el entrenador es intentar ensamblar las diferentes personalidades de cada jugador».

La escasa química que desprende el Baskonia va de la mano con la dispar cosecha de resultados de un equipo con cierta fiabilidad en su cancha, pero casi nula lejos del Buesa. Laso se niega a creer en un plantel azulgrana de «dos caras» dependiendo de su condición de local o visitante y reconoce que «en casa también hemos tenido momentos muy buenos y otros muy malos». Esta noche, los baskonistas vuelven a Zurbano tras una semana de gira desalentadora. «Es el últimos partido de Euroliga en el Buesa. Estamos obligados a ofrecer a nuestro público nuestra mejor versión», alienta Laso.