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Desde la sala de prensa, Pablo Laso lanzó un dardo directo al vestuario del Buesa Arena. «Estaba mirando la estadística. Los puntos y los porcentajes de tiro son solo la mitad de ella. Hay que llenarla también en asistencias, rebotes, contraataques, faltas, tapones... Ahí es dónde hemos sido inferiores», arrancó su comparecencia. Esta vez no se hizo esperar como en los fiascos ante el Andorra o el Mónaco. Sin cónclave en el vestuario, fue claro ante los medios.
«El otro equipo ha jugado con más ritmo y deseo y eso no lo puedo aceptar», expresó «cabreado y jodido». Y empezó a señalar. «Somos un club que nos caracterizamos por estar siempre en el mercado. Y yo también soy de los que piensa que a veces la plantilla mejora quitando», afirmó con una sonrisa pilla y un gesto con la mano de que hasta ahí llegaba su respuesta.
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La sincera revelación del técnico generó varias reacciones. Los murmullos entre el director deportivo, Félix Fernández y el secretario técnico, Alfredo Salazar, presentes en la estancia, y la restricción de las preguntas instantes después. Fue imposible cuestionarle sobre a quién o a quiénes se refería. Varios periodistas se quedaron con su consulta en la boca y esta mañana tampoco habrá rueda de prensa previa al duelo de mañana ante el Fenerbahce.
«¿Qué está pasando?», le preguntaron al de San Viator antes de que se enrareciera el ambiente. «Yo no entreno a Howard. No entreno a Moneke. Entreno al Baskonia y lo más importante es el equipo», se limitó a resumir. «Podemos ir uno a uno por los jugadores a pensar lo que pueden hacer mejor. Pero a mí eso me da igual», aseguró. Laso reconoció que la que era su mayor aspiración, que el juego del Baskonia fuera reconocible, «no lo está siendo». «Puedes jugar mal, fallar, pero debes hacer muchas más cosas en defensa», declaró entre varios rodeos.
Al técnico del Baskonia se le cuestionó lo primero sobre por qué no pidió ningún tiempo muerto durante el doloroso tercer cuarto. «Intento guardarlos para el final, para cosas más tácticas. Lo he podido parar pero he pensado que eran situaciones buenas en ataque que no metíamos y bajábamos la cabeza y no bajábamos defender. Ya lo he usado en el primer tiempo para reaccionar y no hemos sido capaces de hacerlo. No le doy importancia», justificó sobre una «lectura» que «podría durar horas».
El técnico hizo mención al partido del jueves ante el Zalgiris para ponderar el poder del colectivo. «Todo el mundo ensalza nuestro partido en Kaunas el otro día. No ganamos por meter más, si no que jugamos bien como equipo. En el descanso transmití que estábamos compitiendo bien pese a que íbamos perdiendo. Soy defensor de que el conjunto debe transmitir seguridad como equipo, no por individualidades. Y eso nos está costando mucho y no nos deja crecer», analizó antes de deslizar ya la declaración que luego vendría después.
«Como entrenador a veces tienes que tomar decisiones que son drásticas o importantes para la dinámica de grupo. No creo que multar, un ejemplo tonto, a un jugador cambie la dinámica. Debemos quitarnos la losa de pararnos en cuanto cometemos un error y seguir trabajando», sentenció un técnico que solo mencionó los partidos ante el Mónaco, Valencia y el tercer cuarto en Barcelona (Euroliga), este último con matices, en los que «el equipo no tiene por qué caer así». «¿Preocuparme? Desde el primer entrenamiento. Es obligatorio en mí», remachó.
Por su parte, Pedro Martínez mostró todo el respeto del mundo ante la delicada situación de su exequipo. «Si jugamos pasado mañana contra el Baskonia sería distinto. Esto se sale de la normalidad y hay que tener los pies en el suelo», zanjó.
Por su parte, Pedro Martínez compareció son su habitual tono sosegado. «Contento, pero no debemos caer en que esto es lo normal. Hay que ser humildes y tener los pies en el suelo», expresó de inicio. El entrenador del Valencia, con dos etapas en el Baskonia, fue respetuoso en todo momento con su exequipo. «Si jugamos pasado mañana contra el Baskonia sería distinto. Esto se sale de la normalidad. Hay que tenerlo claro». Por último, habló de que los taronjas «jugaron muy bien» y se crecieron al ver el «colapso» del Baskonia. «Coges más confianza al ver esas caras y eso te hace jugar mejor».
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