Carlos Pérez de Arrilucea
Sábado, 19 de marzo 2016, 00:07
El Baskonia ha sabido aplicarse a la hora de llenar su despensa de victorias en el Top 16 para cuando lleguen momentos de escasez. A pesar de la derrota en la cancha del CSKA, su depósito de siete victorias le sigue permitiendo tener a tiro ... la clasificación para cuartos. Es la lectura positiva de un tramo final de segunda fase en el que se recrudecen las hostilidades en un Grupo F repleto de gigantes. Entre ellos, el cuadro azulgrana se ha creado una trinchera desde la que sigue defendiendo el segundo puesto. Le restan tres jornadas, con dos inmediatas en las que tendrá que defender el Buesa Arena ante el Barcelona y el Real Madrid. Sin olvidar la visita de mañana del Unicaja, mejorado en los últimos partidos.
Publicidad
Los dos próximos duelos continentales serán exámenes finales para nota antes de cerrar el Top 16 en la cancha del Brose Baskets. El reencuentro en casa con blaugranas y merengues supone para el Baskonia escalar una cordillera de extrema complejidad a la que llega con las fuerzas justas. No es tanto una cuestión de cansancio como de la lógica evolución de un equipo que, a medida que pasaban las semanas, ha visto limitada, e incluso reducida, su tropa, mientras otros contendientes sacaban chispas de plantillas más numerosas y mejor armadas.
Las dos últimas derrotas a domicilio en el frente continental ante el Olympiacos y el CSKA muestran un Laboral Kutxa que sigue jugando al límite de su potencial y capaz de pelear para mantenerse dentro del partido, pero al que le falta esa dosis extra de empuje para abatir a colosos en su propio territorio. Son duelos en los que se echa en falta el sacrificio de Tornike Shengelia, una rotación exterior más, dado que Alberto Corbacho sigue relegado al banquillo en los choques europeos, un mayor equilibrio en el puesto de cinco o la explosión del recién incorporado Davis Bertans. Las costuras saltan en varios puntos cuando se choca contra muros de altura y dureza extremas. Se agudiza la dependencia de Bourousis, lo que repercute en un Ilimane Diop aún inmaduro y que llevó a Perasovic a recuperar a Darko Planinic en el tercer cuarto del choque en Moscú. El camino de las alternativas se estrecha para un equipo que necesita que buena parte de sus engranajes funcionen con fluidez cuando toca caza mayor.
Déficit defensivo
Más allá de nombres propios, hay una sensación general de que el Baskonia llega justo de pegada física a la recta de llegada del Top 16. La chispa defensiva flaquea ante rivales que pueden alimentar su constancia gracias a plantillas de talla extralarga. En Moscú, los azulgranas no bajaron de los 20 puntos encajados en cada cuarto, lo que hace imposible cualquier hazaña en la cancha del CSKA.
Las grietas se abren en la contención para un equipo que ha patentado un baloncesto de recuperar y correr, para lo cual necesita el dominio del rebote y ese mordiente en las líneas de pase que ayudan a revolucionar su motor. Es el sello del Baskonia actual, aunque sus recursos también precisan de una energía que no siempre fluye en duelos de alto nivel como los que está afrontando en el Top 16. Es una inestabilidad que agudiza la necesidad de elevar los portencajes de acierto en ataque, justo la virtud que no siempre estuvo del lado azulgrana tanto en El Pireo como en Moscú.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.