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Carlos Pérez de Arrilucea
Lunes, 5 de octubre 2015, 20:58
El Baskonia cerró en Moscú ante el Unics Kazan su tanda de duelos amistosos de pretemporada, saldada con un balance de dos victorias y cuatro derrotas. El balance en absoluto es concluyente ni debe ejercer de mal augurio de cara al arranque de competición, previsto ... para el domingo en la cancha del Estudiantes. Sin embargo, las maneras mostradas por el Laboral Kutxa, especialmente durante los tres choques de la semana pasada perdidos ante el Dolomiti Energía Trento, CSKA y Unics Kazan, sí perfilan un primer boceto en el que se apuntan líneas de actuación y facetas de mejora. Eso sí, también condicionado por los diferentes grados de aclimatación entre los jugadores que comenzaron la pretemporada y aquellos que se han ido incorporando en las últimas semanas.
Tras seis encuentros amistosos disputados, el Laboral Kutxa muestra una primera fotografía lógicamente borrosa. Los fríos números hablan de un equipo que, en sus choques de preparación, ha encajado 87 puntos en contra de media y ha logrado anotar 81 por choque. Si en aro contrario, se trata de un botín nada desdeñable, en canasta propia es un dígito mejorable. Y más para una escuadra azulgrana que ha tratado de correr en transición con mesura limitado por sus carencias reboteadoras y que se ha intentado esmerar por realizar un trabajo ofensivo más elaborado, sin apretar el gatillo a pocos segundos de iniciada la posesión de ataque.
Cubierto ayer el tránsito de vuelta a casa desde Moscú, a Velimir Perasovic y sus pupilos les restan cinco días de trabajo intensivo de entrenamiento para completar una reserva mínima de competitividad para arrancar el curso con ciertas garantías. Queda un largo trecho en el acoplamiento y una faceta clave como la defensa en la que avanzar. Fiel a los valores tradicionales de la escuela a la que pertenece, el técnico croata prioriza la máxima de candar el aro propio como base principal de juego. En los últimos duelos de la pretemporada, el conjunto azulgrana ha mostrado predisposición a dar un paso en este aspecto, pero no es menos cierto que le ha faltado sincronización y constancia a la hora de trasladar a la cancha los preceptos defensivos de Peras. Ante el CSKA fue un equipo desbordado, frente al Trento murió debido a la sangría reboteadora y frente al Unics logró alargar los minutos de armonía colectiva atrás, pero flaqueó en momentos claves a la hora de frenar el uno contra uno rival.
Las próximas semanas dirán si el Baskonia puede pulir estos aspectos o se convertirán flancos débiles que tapar. En este punto, el dominio del rebote se convierte también en una asignatura en la que hincar los codos y donde puede entrar en juego el cambio de estructura propiciado por la incorporación de Bourousis y la marcha de Anosike. El griego viene a para inyectar dosis de calidad a un juego interior con un Ilimane Diop emergente pero inexperto y un Darko Planinic aún en fase de aterrizaje. Pero también se busca un mejor control de los rechaces en aro propio. Debe ser la base del ritmo de un Baskonia que quiere ser intenso y veloz.
Los capítulos colectivos por modelar se asocian estrechamente con las diversas situaciones individuales que presentan los miembros de la plantilla azulgrana. Los partidos amistosos han dejado claro que, en una plantilla escaso de grandes virtuosos ofensivos, el papel de Mike James y Darius Adams será crucial. La pareja de bases ha participado de manera activa en la anotación de cada partido, aunque con la sensación de querer equilibrar la faceta organizadora con su naturaleza de killers. Perasovic aspira a que sus dos bases se involucren más en el juego, pero tampoco va a renunciar a su virtud más distintiva.
Impulsivo Shengelia
Los dos han ejercido de referentes en ataque, pero no han sido los únicos. En este apartado, ha emergido un Tornike Shengelia con espíritu de ejecutor, pero también con un exceso de impulsividad que deberá atemperar. Dentro del nuevo orden de Perasovic, resalta el hecho de que el balón pase en menos ocasiones por las manos de Fabien Causeur, un referente el pasado curso con capacidad para generar ventajas. Por contra, el peso de Adam Hanga gana enteros en un puesto de alero en un perímetro con una capacidad de empuje físico limitada y de producción triplista poco estable. Corbacho y Blazic, a quienes Peras utiliza de forma indistinta en el puesto de alero y escolta son, de momento, hombres de refresco en la rotación exterior. El balear ha dejado destellos de su condición de tirador, pero también una intermitencia que hace que se diluya su juego sin el impulso del acierto.
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