Dusko Ivanovic acepta un reto titánico

El banquillo del Buesa Arena reedita la sensación de inestabilidad en el cargo vivida desde 2012 -doce entrenadores desde entonces- con el inicio de la cuarta etapa del técnico montenegrino de 66 años. Menos de dos años después de ser cesado «por la mala racha de resultados» -12 derrotas en 19 partidos-, los dirigentes azulgranas vuelven a recurrir a un mito de la institución como apagafuegos de un inicio de curso descorazonador. Se sacrifica al eslabón más débil con un balance de una victoria y cuatro derrotas en Euroliga, donde el club no alcanza el play off desde 2019, y se contrata a un especialista en la labor de levantar a una tropa y competir.

El desafío que afronta Ivanovic desde esta misma mañana es un reto titánico. Llega para reactivar a una plantilla menguada por las lesiones. Solo seis de los doce jugadores están plenamente disponibles para el primer entrenamiento del balcánico. Rogkavopoulos estará de baja al menos mes y medio, Dani Díez y Moneke siguen renqueantes por sendos golpes, Khalifa Diop y Mannion sufren de la espalda al igual que Markus Howard, del que, en principio, el club descarta una lesión de gravedad pese al susto que deparó su salida en brazos de la cancha del MoraBanc Andorra.

El montenegrino, que será presentado durante la jornada de hoy, deberá lidiar de inicio tanto con la falta de efectivos como con la necesidad de al menos un refuerzo en la posición de base. La dirección deportiva se lo prometió a Peñarroya desde verano y acelera esta semana en la búsqueda de al menos un jugador que mejore la configuración actual. Las apuestas de Mannion y Miller-McIntyre como principales directores de juego han resultado fallidas hasta la fecha y el rigor del baloncesto que impregna el técnico de Bijelo Polje requiere de un timonel que ejerza de líder sobre la pista.

El año pasado en el Estrella Roja se apoyó en Luca Vildoza para igualar la mejor marca de la historia de la Euroliga de un entrenador que toma las riendas con la temporada lanzada. Seis victorias con las que el conjunto serbio se disparó hasta rozar los puestos de play off y perder fuelle en la parte final pese a la inscripción de Campazzo. Un inicio similar al del Baskonia pero con una plantilla de muchos más quilates le condenó al paro el pasado viernes, 20 de octubre. Hasta entonces, el club azulgrana buscaba sin suerte un relevo a Peñarroya desde verano. La confirmación de que el Baskonia maneja dos filosofías en el mercado: un amplio abanico de jugadores y un círculo cerrado de entrenadores.