La compleja continuidad del capitán baskonista

Aquel contrato tiene ya una caducidad de seis meses, un período en el que el Baskonia confía en convencer a Sedekerskis de que continúe como una de las piezas claves del proyecto. Es el papel que ahora ejerce, justo en su momento de asentamiento definitivo como uno de los principales valores del baloncesto continental. El adolescente que llegó con 15 años a Vitoria es ahora un jugador de referencia indiscutible. Lo es en el Baskonia y en una grada del Buesa Arena que reconoce su valía como joya labrada en la cuna azulgrana. Para la entidad que preside Josean Querejeta su continuidad es prioritaria, tanto por cuestiones deportivas como emocionales. Sin embargo, su renovación no saldrá barata al tratarse de un jugador que quedará libre al cierre de la presente campaña y que cuenta con un estatus en el baloncesto europeo. Se trata de un escenario que el Baskonia quiere evitar a toda costa. Y no solo por el riesgo de perder el negocio de un posible traspaso futuro. Se trata de garantizar la continuidad de un jugador capaz de dotar de equilibrio y personalidad a cualquier equipo.

El problema es que el actual mejor reboteador de la Euroliga apunta a contar con pretendientes dentro del grupo de clubes de la élite continental. Por otro lado, Sedekerskis tiene el rango de cupo de formación, que puede despertar el interés de entidades como el Real Madrid o el Barcelona. En este punto, el Baskonia sí tendría una baza que jugar en caso de plantarse en verano sin un acuerdo de renovación con su capitán. El derecho de tanteo le daría la posibilidad de igualar cualquier oferta llegada desde otro club de la ACB con el fin de retenerle u obtener un beneficio económico a cambio de su renuncia.

En el Barcelona, el cupo de formación se ha revitalizado con los movimientos del pasado verano y la adquisición de Darío Brizuela, Joel Parra y Willy Hernangómez. Sin embargo, la necesidad del club merengue puede ser mayor si se consuma la retirada de Rudy Fernández o se intenta rebajar la edad media de un grupo de 'nacionales' que cuenta con veteranos como Sergio Llull (36 años) o Sergio Rodríguez (37 años).

El alero lituano cumplirá 26 años el próximo miércoles con toda una carrera por delante y con la sensación de haber recorrido el tramo más difícil de una trayectoria repleta de giros y contratiempos. En una temporada convulsa como la presente, Tadas Sedekerskis se ha convertido en un valor seguro, con un rendimiento regular y un perfil característico que va más allá del jugador atlético, especialista defensivo y entregado a las labores más sacrificadas del juego. En la actual configuración azulgrana, piezas como Chima Moneke o Markus Howard ponen la fantasía, pero Sedekerskis ejerce de contrapeso solvente sin renunciar a una cuota de protagonismo en ataque nada desdeñable. Un soldado moldeado a sí mismo y que cuenta con la confianza plena de Dusko Ivanovic.