El Baskonia, un auténtico marrón para Dusko

Con su marcha del club serbio aún reciente, Ivanovic afronta un auténtico marrón en Vitoria. Toma las riendas de un equipo hecho jirones, con la enfermería casi repleta y necesitado, como mínimo, de un refuerzo en el puesto de base. En primer lugar, debe saber vender su estricto decálogo a una plantilla que ahora arrastra el ánimo por los suelos, quizás dividida entre jugadores que eran de la cuerda de Joan Peñarroya y los que anhelaban un cambio. Al mismo tiempo, tiene que recuperar el hábito de ganar partidos en una Euroliga en la que ahora se encuentra rezagado. En la Liga ACB, la clasificación copera es un objetivo ineludible, pero que nadie se engañe, el club examina a sus empleados sobre el parqué y en el banquillo en la máxima competición continental. Es el baremo que quita y pone entrenadores y ratifica la valía de un plantel en el club que preside Josean Querejeta.

Dusko Ivanovic vuelve a Vitoria con ese aura legendaria de técnico capaz de obrar milagros deportivos. Gran parte de sus logros con el Baskonia muestran un patrón similar; son obras de una épica arrolladora y una factura imprevisible. Luego, también están los fracasos sonados. En su haber hay dos destituciones como entrenador azulgrana y algún que otro batacazo en su primera etapa en Vitoria con plantillas de alta gama. Su figura levanta opiniones y pasiones extremas. No hay término medio entre los que jalean su llegada como el mejor recurso para recuperar las esencias perdidas y el orden y aquellos que proclaman su pereza ante la reposición de una película que consideran ya vista demasiadas veces. Cada cual que elija su trinchera.

Que los focos del protagonismo se centren ahora en el entrenador balcánico no deja en segundo plano los urgentes deberes que le esperan al Baskonia. Visto lo discutible de las apuestas estivales en el puesto de base, es necesaria la incorporación de uno en el menor tiempo posible. El jugador que no llegó en verano debe aterrizar ya metidos en pleno otoño. En esta situación de necesidad emerge la figura de Chris Chiozza. A falta del anuncio oficial, todo apunta a una nueva apuesta por un jugador que debe probarse en la Euroliga.

Nada nuevo en un Baskonia siempre dispuesto a dar oportunidades a jugadores en crecimiento ante lo caro que se ha puesto lo de contratar elementos mínimamente contrastados. Nico Mannion y Codi Miller-McIntyre pueden ser útiles en un esquema en el que otro asuma el papel principal al timón. Que al base titular del Baskonia se le 'flote' de manera sistemática partido tras partido es una circunstancia insólita en la historia de la entidad y una situación muy difícil de sostener. El tiempo dirá si Chiozza es la pieza adecuada. El base está en camino y es posible que, más pronto que tarde, aterrice una rotación exterior más. Es como si antes de poner las pilas a los jugadores, Ivanovic hubiera hecho reaccionar en primer lugar a los despachos del Buesa Arena.

El cambio en el banquillo pone fin a más de una semana de ese 'ruido' que rodeaba a Peñarroya, que no era otra cosa que la repercusión de informaciones atinadas. En un mundo ideal, la agonía del catalán tendría que haber terminado tras la derrota ante el Unicaja. Sobraban los 'sapos' que se tuvo que tragar en Atenas y Andorra. ¿No disponía el Baskonia de una figura interina de la que echar mano mientras cerraba la negociación con el montenegrino? Parece que no.