
Baskonia 87 - 85 Estrella Roja
La bendita costumbre de vivir al límiteSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Baskonia 87 - 85 Estrella Roja
La bendita costumbre de vivir al límiteLos servicios médicos de urgencias deben de permanecer en estado de alerta máxima cada vez que el Baskonia afronta un partido europeo. Al menos, el ... servicio de Cardiología. Resultará difícil acumular tantos tensiómetros y desfibriladores ante la cantidad de pacientes que podrían ingresar con las constantes disparadas de mala manera. Desde el advenimiento de Dusko Ivanovic por cuarta vez a la tierra prometida de Zurbano, la parroquia azulgrana se aprieta el pecho en el ánimo de sujetar su corazón desbocado.
Baskonia
Miller-McIntyre (4), Marinkovic (9), Díez (2), Sedekerskis (18) y Kotsar (6) -cinco inicial-, Chiozza (2), Raieste (-), Rogkavopoulos (14), Howard (17), Diop (-) y Moneke (15).
87
-
85
Estrella Roja
Teodosic (13), Nedovic (7), Lazarevic (2), Davidovac (-), Bolomboy (14) -cinco titular-, Giedraitis (24), Lazic (9), Tobey (5), Mitrovic (8) y Dos Santos (3).
Arbitros: Jakub Zamojski (Polonia), Robert Vyklicky (República Checa), Steve Bittner (Alemania). Eliminaron al visitante Bolomboy por faltas personales (min.40). Señalaron falta técnica a los locales Marinkovic (min. 16) y Howard (min.28).
Incidencias: 10.470 espectadores
El balance de 7-1 con el técnico montenegrino nuevamente de vuelta en el banquillo azulgrana propulsa al bloque vitoriano hasta los puestos más nobles de la tabla continental. Tres duelos amarrados por la delgadez extrema de un pelo más los dos puntos de ventaja ayer. Moneke estrelló un misil terrestre desde el tiro libre para que el Estrella Roja masticara la rabia en ese segundo imposible de rentabilizar.
Y todo ello después de que Giedratis, tres notables ejercicios en Vitoria y protagonista ayer de un duelo superlativo con su relevo en la capitanía (Sedekerskis), colase uno de esos triples casi sin saltar y de parábola recortada que tanto conocemos aquí. Era el empate a 85 que requería del cuadro alavés una acción productiva. La que fuera. Y quiso la justicia en estado puro la que deparara la gloria al lituano que queda en Betoño. Penetración valiente contra el mundo, falta cobrada y temple para anotar desde el punto de penalti.
De este modo aseguró el Baskonia la victoria en un compromiso eterno y denso. Mucho más difícil de lo que ciertos parciales favorables (43-30, 52-39 y 84-74 a dos minutos de la conclusión). Una cita a la que convenía acudir armado de paciencia. Al don azulgrana para resolver tantos encuentros sobre el alambre se le unía la habitual pérdida serbia de pie a última hora con la barra de equilibrios. El Estrella Roja que aún no paladea una alegría como visitante ha perdido sus siete partidos lejos de Belgrado por diferencias que oscilan entre dos y seis puntos. Dato que habla sobre su incapacidad hasta al fecha de dejar una muesca viajera, pero también de su evidente virtud de no descoserse nunca.
El corajudo grupo vitoriano volvió a experimentar la bendita, aunque peligrosa, costumbre de vivir al límite. Visto el desarrollo lineal de un compromiso estirado hasta las dos horas largas, la derrota local hubiera supuesto un rejón inmerecido. A falta de baloncesto desde el poste bajo o petróleo extraído en las cercanías del aro, el Baskonia se nutrió a base de bien por el atajo que representa la tabla del tres. Nada menos que un 47% de acierto desde el arco que permitía al cuadro de Ivanovic mandar con holguras relativas casi toda la noche. A la asombrosa facilidad de Howard para anotar desde la lejanía se unieron las mirillas telescópicas de un Sedekerskis imperial, un Rogkavopoulos que apunta esperanzas fundadas y también de Moneke.
Mucho mérito cabe atribuir a la naturaleza poliédrica del equipo alavés. Porque vivió de sus dos almas libres, Markus y Chima, hasta el punto de que ambos sumaban la mitad de la producción conjunta en el descanso. Pero el Baskonia de inercia triunfal supo variar el argumento de la obra. Aguantó las embestidas de un oponente empeñado en agobiar la subida del balón y castigador del tablero azulgrana con su pleamar de rebotes ofensivos.
Soportó la proximidad inquietante del Estrella Roja (62-62, minuto 29 y el empate a 85 con sólo siete segundos por jugar sin sus anotadores compulsivos del primer tiempo. Agarrándose al parqué en el apagón ofensivo del tercer cuarto frente a Teodosic, Giedraitis, Mitrovic y Bolomboy. Y mediante las crecidas de McIntyre -irreprochable de nuevo el autor del mate sideral del miércoles-, del alero griego que alimenta las ilusiones de la parroquia aulgrana y de Tadas. En el reencuentro de rango mayor de los dos últimos capitanes, Sedekerskis se encargó de cerrar el fértil diálogo bajo el techo de Betoño.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Muere la pelotari navarra Naroa Elizalde a los 27 años
Juan Pablo Martín
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.