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La guinda del Baskonia se hace esperar

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Iván Benito

Esta temporada llega con el añadido de que cada franquicia puede contar en su plantilla con un jugador más con contrato dual entre el equipo afiliado y el principal y un incremento salarial de este tipo de acuerdos, con lo que la guinda azulgrana se hace esperar. Una situación de bloqueo que a la dirección deportiva del Baskonia, experta donde las haya, no parece inquietarle más de lo normal. Sabe que en la marejada del mercado de fichajes, primero cazan los peces gordos y después los pequeños.

Su objetivo es claro. Cerrar la plantilla con un timonel ejecutor, con dotes de mando y capacidad para anotar. A falta de directores de juego cerebrales como Darius Thompson, una maravillosa excepción, el club azulgrana trata de adquirir otro generador de juego en ataque y cuyo rendimiento no desfallezca en defensa. Y para lograrlo, centra sus esfuerzos en sondear a aquellos que sus agencias de representación siguen tratando de encontrar un hueco en la NBA.

El tipo de jugador que se busca está claro y el Baskonia dispone de una plaza de extracomunitario que gastar para sumergirse en el mercado estadounidense, donde hay calidad a raudales y un amplio abanico donde encontrar un jugador que encaje con los deseos azulgranas. El Baskonia, ya con doce integrantes entre sus filas, sabe que debe tener paciencia para poner la guinda y, según ha podido saber este periódico, tantea opciones como la del número 24 del Draft de 2020, R. J. Hampton, quien acumula 162 partidos en las tres últimas temporadas entre los Orlando Magic y los Detroit Pistons con un protagonismo secundario. Sin embargo, su contratación está lejos de fructificar porque el base de 22 años no se plantea por ahora el desmbarco en Europa.

En este punto, la dirección deportiva que encabeza Félix Fernández espera la posible irrupción de otras alternativas, al tiempo que asume que el caché de ciertos agentes libres estadounidenses puede bajar en la medida que no logren el cobijo que desean. Mientras tanto, en Europa se siguen moviendo los pocos jugadores que quedan sin equipo. En las últimas semanas han llegado a las oficinas del Buesa los ofrecimientos de Jared Harper, al que Peñarroya no le ve encaje como base principal, o Shannon Evans, cuyo estreno en la Euroliga con el Valencia Basket no fue del todo halagüeño.

No obstante, todo indica que al Baskonia le queda dinero que invertir en un período estival en el que ha ingresado más de millón y medio por las ventas de Sidy Cissoko, alistado en el Draft por los San Antonio Spurs, y Darius Thompson, atraído por el Anadolu Efes a golpe de oferta millonaria. Por contra, ha logrado retener a algunos jugadores revalorizados de la pasada campaña como Howard, Costello o Kotsar y se ha liberado del alto salario de Giedraitis, 900.000 euros. Ahora, el plantel azulgrana se enfoca en completar una terna de 'unos' que ahora ocupan Nico Mannion y Miller-McIntyre para confirmar una plantilla polivalente, con un alto poderío anotador y unas mejores condiciones físicas.