Fe en el presente inmediato de Ndiaye

Tras las marchas de siete jugadores que defendieron el escudo del carnero la campaña anterior –los tres bases, Vanja Marinkovic, Dani Díez, Matt Costello y Maik Kotsar– queda recomponer la plantilla. Un grupo en el que figurará Ousmane Ndiaye, el pívot canterano a quien la gerencia ve como una pieza de presente inmediato.

Hasta la fecha sólo se conocen los reclutamientos del estadounidense Kamar Baldwin, presunto segundo base, y del alero francés Luwawu-Cabarrot, con experiencia en la NBA y Europa. Claro que los fichajes precisos de Darius Thompson y Codi Miller-McIntyre ensalzan el buen ojo de halcón alavés para enaltecer a directores de juego que no habían lucido hasta entonces en el mejor escaparate continental. Pero permanece la idea de que la entidad de Betoño busca a un protagonista que sujete el timón de la trainera azulgrana dentro de un mercado difícil, ya bastante movido y marcado por la carestía económica.

La directiva que lidera Josean Querejeta ha colocado las fichas más valiosas de la ruleta en las casillas de Markus Howard y Tadas Sedekerskis. Mantiene, además, a Chima Moneke y Sander Raieste. Y confía en las irrupciones poderosas de Nikos Rogkavopoulos y Khalifa Diop, decepcionante a las órdenes de Joan Peñarroya y luego de Dusko Ivanovic durante el primer tramo de la temporada reciente antes de someterse a una intervención quirúrgica.

Al margen de los vaivenes propios de un club inquieto y vendedor, el Baskonia se fija como objetivos prioritarios las contrataciones de un base de nivel y de un pívot. Es cierto que las salidas de Costello a Valencia y de Kotsar parecen reducir la batería interior vitoriana a la mitad, pero dentro del entorno de Zurbano se trabaja con la hipótesis de un fichaje para dentro de las zonas. Ahí se tantean la opción de Luka Samanic, capaz de abrir la cancha como Costello, o de Donta Hall, con un perfil más propenso a la intimidación y al juego cerca del aro.

El equipo alavés piensa que el próximo ejercicio debe de acoger cuanto se espera de Diop, una apuesta importante por el tiempo de contrato y el pago de 700.000 euros al Gran Canaria. Y en las oficinas de Zurbano confían en el rendimiento desde otoño del también senegalés Ndiaye. Entienden que incorporar al joven de veinte años a la primera plantilla podría abrochar la batería interior junto al 'superviviente' Moneke, la consolidación del polifacético Sedekerskis como 'cuatro' por su potencia física y el fichaje aún por llegar.

A Ousmane –actual pasaporte 'cotonou'– le queda un año para figurar en el rango de cupo de formación. Los reglamentos exigen tres en la cantera de un club federativo y el Baskonia le reclutó en 2022. Debutó con el filial azulgrana en LEB Plata –tercera categoría– con estadísticas de 9,2 puntos y 7,5 rebotes. El joven de 2,11 metros se apuntó al 'draft' de la NBA para retirar su candidatura antes de la noche que reparte a las promesas del baloncesto entre las treinta franquicias de la NBA. Y el curso pasado jugó hasta enero como préstamo desde Vitoria al descendido Zunder Palencia.

En el cuadro castellano, antes de la artroscopia de enero en su rodilla izquierda, Ndiaye promediaba 5 puntos y 4,1 rebotes para una valoración de 6,6 créditos. El Baskonia lo tenía bien controlado a doscientos kilómetros de casa y ahora, de vuelta a la disciplina directa de Betoño, el club cree en él como presente inmediato, además de nítida esperanza para el futuro.