Baskonia y Bilbao Basket suspenden la Euskal Kopa por la humedad de la pista de Galdakao

Félix Fernández y Rafa Pueyo, los directores deportivos de ambos clubes, compartieron confidencias en una esquina del polideportivo y le propusieron la decisión a Luis Mari Sautu, presidente de la federación, que aceptó la suspensión. Todas las partes entendieron que el riesgo de lesiones era elevado y lo más sensato era evitarlo. Un resbalón del pívot del Bilbao Basket Sasha Killeya-Jones a falta de 4 minutos y 33 segundos para el descanso, con victoria azulgrana por 29-33, fue la gota que colmó el vaso. Los dirigentes le comunicaron al árbitro principal la cancelación y acto seguido Joan Peñarroya y Jaume Ponsarnau se apretaron la mano y dieron por bueno dejar de jugar.

La humedad echó al traste el penúltimo ensayo de la pretemporada baskonista. Eran cuatro amistosos que se quedan en tres. Los quince minutos disputados ayer no sirvieron de nada. A los jugadores les costó entrar en el choque tras el retraso del horario. A los del Baskonia, por haber realizado un trayecto de 45 minutos en dos horas y media tras el accidente de la AP-68. Y los del Bilbao Basket, por la espera.

La expedición azulgrana llegó al municipio vizcaíno pasadas las siete de la tarde, cuando el derbi estaba previsto para las 19:30 horas. En ella no estaba Markus Howard. El astro estadounidense se levantó indispuesto y se quedó en Vitoria para reponerse. Los de Peñarroya realizaron un calentamiento exprés en el que Codi Miller-McIntyre tuvo que reducir su tiempo de meditación. El base partió en el quinteto junto a Rogkavopoulos, Moneke, Khalifa Diop y Raieste, que dejó atrás las molestias de tobillo que le impidieron jugar los dos primeros amistosos y anotó dos triples.

El Baskonia volvió a exhibir su pretensión triplista pese a arrancar con mal pie. Después de los primeros resbalones de Andersoson y Dani Díez, el propio interior del Bilbao Basket colocó el 6-12 (minuto 4). Peñarroya movió el banquillo y agitó al equipo. Costello y Kotsar culminaron un parcial de 11-0 con el que dieron la vuelta al duelo. Entonces llegó el único momento de verdadero espectáculo. Sasha Killeya-Jones realizó un mate de concurso, saltando por encima de Costello, para deleite de los 500 espectadores.

De lo poco que se jugó del segundo cuarto, dos detalles. Hugo Besson, objeto de debate esta semana por su posible permanencia en la plantilla, dejó dos chispazos. Una penetración de mucho mérito y un triple que apuntan que el francés, al menos por ahora, destaca más por la generación que por la dirección de juego.

Mannion llevaba el mando hasta que agotó la paciencia de Peñarroya. Tras un rebote, cruzó el campo a trote, no al ritmo que quería imprimir el técnico, que le cambió de inmediato. Un minuto después volvería para vivir desde dentro la cancelación del partido. Los jugadores aplaudieron a la grada y se quedaron en la pista para atender sus peticiones de fotos y autógrafos. Una compensación para los aficionados desplazados, que se quedaron sin ver a nadie levantar el trofeo. Ambos equipos se mantienen invictos y Peñarroya recibe hoy a Marinkovic y Sedekerskis, a una semana de la liga.