20 años del traspaso de Nocioni

Del 'no' al Madrid a la limusina de Chicago: «Me 'compraron' de manera extraordinaria»

La nota informativa de aquel caluroso día de agosto fue una mera formalidad. El movimiento se gestó en la quincena de julio, en cinco días intensos para todos menos para el Chapu. «Tampoco sentía como que se me fuera a escapar la oportunidad de mi vida. Yo quería renovar con el Baskonia», recuerda para EL CORREO. El argentino llevaba dos temporadas a un nivel inmenso. 15,4 puntos, 6,7 rebotes y 16,5 créditos de valoración de media en sus dos últimas Euroligas. «Ya era buenísimo, pero siguió mejorando y notabas que las posibilidades de seguir ganando títulos obviamente se multiplicaban», rememora Sergi Vidal, capitán y uno de los muchos amigos que dejó en Vitoria.

Pero al jugador nacido en Gálvez, anárquico y competitivo como pocos, «no tenía una cosa desesperada por la NBA» como hay ahora. «Nunca fue una gran ambición, nunca lo habíamos hablado. Así como que Luis (Scola) siempre quiso ir a allá, en el Chapu no era un comentario cotidiano», menciona Villanueva. El alero, baluarte de aquel legendario TAU Cerámica, ya había tenido algunas propuestas norteamericanas que fue desechando, pero la de los Chicago Bulls de aquel verano iba a ser irrechazable.

Su desembarco en Estados Unidos comenzó a fraguarse mucho antes de que él lo supiera. El 12 de noviembre de 2003 se disputó un Benetton-Baskonia de fase de grupos de la Euroliga en el que Nocioni aupó al Baskonia a la victoria (92-99) con 36 puntos (10 de 11 en tiros de dos puntos, 3 de 4 en triples) y 15 rebotes. «Se le puede definir con un superlativo o escribir tres folios de su actuación apabullante.Sin parangón en Europa», valoró Ángel Resa, enviado especial de nuestro periódico. De aquella antológica exhibición en el Palaverde de Treviso también fue testigo un ojeador de los Chicago Bulls. «Esos tipos en Europa van viendo todos los partidos y mandando información, pero no se pusieron en contacto con nosotros hasta mucho después», apostilla Villanueva.

Aquel curso, el conjunto de Dusko Ivanovic logró el cuarto título de Copa del Rey del Baskonia superando en la final al Joventut. Rudy Fernández se llevó el MVP del torneo por delante de Scola o Nocioni, que firmó 20 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias, 3 recuperaciones y 8 faltas recibidas, lo que acrecentó el informe de Chicago. «Creo que el Baskonia tuvo alguna oferta de algún equipo dando vueltas por ahí, aunque no estoy seguro», recuerda el Chapu.

Su agente le ayuda a hacer memoria. «Había recibido una oferta muy buena del Madrid. Me reuní en la capital con Lolo Sainz, que estaba en ese momento al frente, y otro muchacho, Alberto García Chapuli. Hablamos en un restaurante, se lo comenté al Chapu y después quedó en la nada. El Chapu no entendía bien el tema de por qué se tenía que ir a Baskonia». Nocioni le dijó 'no' al Madrid, fascinado por la intensidad y carácter del argentino y dispuesto a acometer la locura de pagar más de tres millones por su fichaje. El mejor aval para negociar la renovación con el Baskonia.

«Tenía solo un año más de contrato y quería alargar mi vínculo y llegar a un mejor acuerdo», recuerda el Chapu, que se fue a Argentina a preparar los Juegos Olímpicos de tan buen recuerdo para la albiceleste. El revuelo llegó cuando no apareció en el primer entrenamiento. «Dos días antes se abrió la puerta de la NBA y él me dijo, chárlalo», recuerda Villanueva.

«Surgió la invitación de Chicago. No estaba muy decidido a ir, pero la tomé porque realmente me dio curiosidad ver cómo era aquel mundo del que todo el mundo hablaba. Digamos que lo hice con un sentido de fondo de a ver si me convencen. Pero en aquel momento no pensaba en aceptar ninguna oferta. Fui porque me enviaron los pasajes. Y pedí permiso a Josean (Querejeta), que aceptó sin problema», alega el alero retirado en 2017. El cambio llegó nada más salir del aeropuerto de la capital de Illinois. «Me estaban esperando en limusina. Me llevaron al pabellón, me enseñaron toda la historia de Chicago, me pasearon por toda la ciudad, nos alojamos en un gran hotel... La verdad que me compraron de una manera extraordinaria. Y me convencieron. Entonces me empezó a circular por la cabeza aceptar la propuesta».

El primer día, el Chapu y su agente recibieron una oferta de tres temporadas. «Empiezo a hacer números y no me convenía económicamente porque tenía que pagar una cantidad muy grande de la cual Josean cumplió a rajatabla (risas)». Por reglamento, los Bulls sólo podrían pagar 350.000 dólares de la cláusula. El resto, le correspondía al jugador. «Perdía dinero», resume Villanueva. «Entonces dije a Chicago que con ese dinero no me llegaba para pagar la cláusula. Que iba a esperar un año más jugando en el Baskonia y así quedaba libre, ahí no tendría ataduras y llegaría como agente libre. Pero Chicago dijo que no, que tenía que ser aquel año. Habían hecho un gran Draft. Tenían a tres jugadores nuevos, Ben Gordon, Luol Deng, Chris Duhon. Tenían en segundo año a Ken Hendrick, Tyson Chandler, Eddy Curry… un equipo muy muy joven. Yo era joven también pero a la vez les daba veteranía y carácter guerrero. Me querían sí o sí», recuerda la leyenda del Baskonia.

«Fíjese si le querían que me dejaron estar en la reunión porque ellos son muy celosos con el tema de los agentes FIBA y yo tenía allí un socio, pero participé de la reunión y dije tímidamente dije que la operación me parecía muy difícil de completarse. Entonces el gerente de Chicago agarró la carpeta y dijo, me voy a ver que os puedo decir», añade el agente.

«Entonces se tomaron unas cuantas horas para debatir si me podían hacer una mejor oferta». En ese tiempo, surge una anécdota curiosa. «Nos llevaron a comer a un restaurante italiano. Yo me puse a hablar en castellano y el directivo de los Bulls que vino con nosotros se quedó pillado. Se sintió como que le hubieran engañado toda la vida porque él iba a comer comida italiana y en realidad la cocina era mexicana. Fue muy gracioso y además estuvo con nosotros el base Tyson Chandler. Nos trataron genial».

La espera no se le hizo larga a Nocioni. «Durante esas horas me generaba intriga el saber si de verdad me iban a ofrecer más dinero, pero no estaba nervioso. En Vitoria estaba cómodo y tampoco sentía como que se me podía escapar la oportunidad de mi vida». Después de los postres sonó el teléfono. «Aumentaban la oferta por la cantidad que yo la iba a poder quitar sin impuestos para poder pagar mi cláusula». 10 millones en tres años por uno de los escasos jugadores que no fantaseaba con la NBA.

El Chapu se fue con Argentina para ganar los Juegos y Claudio Villanueva a Vitoria a negociar el calendario de pagos de los 3,2 millones de su salida. «En eso fue muy rígido pero entendible porque él había hecho una inversión por mí. Yo la tenía que pagar íntegra, al 100%... además Josean no quería dejarme ir por menos dinero del que seguramente algún equipo podría llegar a pagar», recuerda el argentino, que regresó a Vitoria el 1 de septiembre con la medalla de oro olímpica colgada del cuello. A cambio se llevó la insignia de oro y brillantes del club.

Sergio Vidal discrepa en eso que cantaba Carlos Gardel de que '20 años no son nada'. «No me acuerdo si me enteré por SMS o por las noticias. Pero sí de despedirme de él en la pretemporada». El vacío fue imposible de reemplazar. «No podemos sustituir a Nocioni con alguien parecido porque no lo hay», dijo Dusko Ivanovic en su momento. «Era uno de los jugadores con más carácter que imprimía ese punto. No era tal vez alguien de dar muchas charlas, ni ser ese líder, vamos a decir, visible. Pero obviamente si era alguien que con su energía hacía que el resto también fueran impulsados», argumenta el jugador con más partidos en la historia del Baskonia.

El Chapu no se arrepintió de la decisión de su marcha. Tuvo ocho temporadas solventes en La Liga Norteamericana. Se hizo valer sobre la cancha y ganó cerca de 47 millones de dólares, aunque su amigo Vidal sospecha que fue menos feliz. «Él nunca lo ha dicho en estas palabras pero, seguramente como disfrutó en el baloncesto europeo, no disfrutó en la NBA. Es otro tipo de vida y esa parte familiar que teníamos en Vitoria, con los argentinos, con José Calderón, con muchos americanos, que quedábamos y hacíamos cosas… eso no es fácil de encontrarlo«.

«La vida en Estados Unidos, por lo que yo sé, es mucho más solitaria, y cada uno va un poco más a su bola», remacha el excapitán azulgrana. El Baskonia se guardó sus derechos en Europa y Nocioni regresó en 2012. El idilio continuó después de una operación marcada por el dinero que ingresó el Baskonia. «Y acuerdate que luego el Madrid pagó para ficharme a mis 35», bromea El Chapu. Perseguía la Euroliga que falta en las vitrinas del Buesa Arena. Ahora también se echa de menos su camiseta colgada del techo.