Las bases del serio problema azulgrana

La asistencia ·
Los granos bajan dentro del reloj de arena cuando Forrest amasa la pelota en botes improductivos y sin llevarla a los lugares adecuados

Ángel Resa

Jueves, 10 de octubre 2024, 17:01

l título de esta columna arranca con una breve palabra escrita en femenino, pero el asunto capitular alude a la seria inquietud que hasta la fecha generan los bases azulgranas. Muy especialmente Forrest, autor de un pésimo encuentro en Belgrado. Y, claro, unos cimientos heridos ... por las grietas afectan a la estructura de cualquier edificio, incluso cuando se halla en plena fase de construcción como el que trata de erigir Pablo Laso sin colocar de momento los interruptores de la luz.

Cierto también que el majestuoso pabellón serbio no parecía el escenario ideal para elevar la confianza de Forrest. Fundamentalmente porque en el interior ha adecuado su cueva 'El Lobo'. El Baskonia clavó el dardo en el centro de la diana los dos últimos cursos mediante los fichajes consecutivos de Thompson y de McIntyre. El 'uno' que asombró la temporada anterior a Europa entera con el escudo del carnero sobre el pecho y que levanta la presión para sus sucesores hasta niveles difícilmente soportables.

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Los hechos después de cuatro partidos oficiales –un triunfo y tres derrotas– son tozudos, aunque el ejercicio baloncestístico apenas acaba de desperezarse y queda tiempo de revertir contundentemente el mal inicio. A saber, el grupo del técnico vitoriano vive de impulsos individuales localizados en la elegancia de Luwawu-Cabarrot, la solidez de Sedekerskis, la verticalidad de Moneke y el oficio de Hall a la altura o por encima del aro.

En gran parte, desde luego, porque el juego colectivo no fluye desde el mismísimo vértice que origina el buen movimiento de cualquier bloque. Es decir, desde la base que bien podríamos trasladar al papel en masculino plural: los bases.

Un contratiempo severo que agudiza la actuación correcta, incluso lejos de sus exhibiciones vistiendo la camiseta azulgrana, de McIntyre. El 'ex' firmó una estadística de siete puntos y otras tantas asistencias pero, sobre todo, mostró unas dotes de mando que dejaron más en evidencia al base titular de Laso. Los granos bajan dentro del reloj de arena cuando Forrest amasa lentamente la pelota en botes improductivos sin algo que crear ni llevándola al sitio adecuado.

A falta de generar ventajas se oyen los toques de corneta de los individuos válidos para la lucha de guerrillas, labor que lidera Moneke. Baldwin se muestra más dinámico y enseña cierta capacidad anotadora, pero tampoco gobernó en Belgrado. ¿Jaramaz? De espectador en primera fila de banquillo, junto a Savkov y Ndiaye.