Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Imanol Alguacil es un forofo, pero no uno cualquiera, sino un forofo ilustrado, es decir, que muerde defendiendo la Real Sociedad, pero no lo hace de manera irracional, sino con argumentos. Afirma que el derbi es el partido más importante de la temporada, pero no ... se entrega a él con orejeras y bufanda, sino que lo prepara con la precisión de un tallador de diamantes. La bufanda se la pone después, si gana, y tal vez la guarda en el bolsillo si pierde, pero no asoma en los entrenamientos ni durante el partido.
Lo primero que hizo la noche del derbi fue ordenar a los suyos que salieran al abordaje. Antes de que el árbitro diera inicio al partido, los jugadores de la Real corrieron hacia el centro del campo como salen los de waterpolo, nadando a por la bola en el saque inicial. Era toda una declaración de intenciones. Pero es difícil que el Athletic de Valverde se arredre en tales situaciones y durante muchos minutos no lo hizo. Para ello, el técnico rojiblanco intentó blindar el medio campo con cemento armado, colocando a Vesga y Dani García.
La combinación entre ambos ha sido indigesta más de una vez. Lo fue con Garitano y también con Marcelino. La racha de partidos en los que jugaron juntos y el Athletic no consiguió ganar se empezó a hacer insoportable con los anteriores entrenadores que pasaron por el banquillo de San Mamés. En fin, los técnicos saben más de todo esto que un periodista o un aficionado, dirigen los entrenamientos, utilizan cientos de datos, tienen asesores y, además un importante criterio propio que les ha llevado a estar donde están, aunque a veces se empecinan en cuestiones que el común de los mortales no acierta a comprender. El periodista, o el aficionado, sí que puede constatar que el asunto funciona o no, después de los 90 minutos, y tras el resultado del Reale Arena se puede decir que no carburó como debía el centro del campo que propuso el entrenador.
información relacionada
Jon Agiriano FERNANDO ROMERO
J. Gómez Peña
Javier Ortiz de Lazcano
Valverde sólo ha utilizado a Vesga y Dani García juntos en dos ocasiones, y en Anoeta pretendió que fueran la garantía para que la calidad de Silva, Brais o Merino apareciera en proporciones homeopáticas. En realidad, el gallego y el navarro no fueron de los más destacados de su equipo, pero, para que fluya el asunto, la máquina debe funcionar sin que ninguna de las piezas se atasque. Como un reloj. No se trata tanto de que el rival no consiga hacer su juego al cien por cien, porque las individualidades con calidad siempre terminan teniendo su momento, sino de, al menos, no cometer errores groseros que pongan en peligro el equilibrio de tu equipo, y en esto, Vesga no estuvo demasiado afortunado. Perdía el Athletic ya 1-0, por un error de De Marcos en la salida del fuera de juego, cuando el centrocampista vitoriano se dejó robar un balón por David Silva que acabó en el segundo gol realista. Fue un error de juvenil, teniendo enfrente, además, a un jugador como el canario, que no destaca por esa virtud de ir a la disputa. No coló su intento de hacer pasar el robo por falta.
Lo peor es que no fue la única vez. Silva le robó un par de balones más al jugador del Athletic, y en uno de ellos, Dani García tuvo que salir al quite para cortar la acción y ver tarjeta amarilla. Con la amonestación, por supuesto, su capacidad de acción quedaba mermada.
Análisis
Javier Ortiz de Lazcano
A nadie le hubiera extrañado que hubiera sido Merino, mucho más ducho en esas tareas, el que se dedicara a robar esos balones en zonas comprometidas, que fueron oro para la Real, pero curiosamente, el brío del jugador navarro apenas apareció durante todo el partido. Tampoco lo hizo Brais, bien sujetado, que sólo tuvo una intentona en un disparo lejano en la primera parte. Había sido el jugador más destacado de la Real en las citas anteriores, pero contra el Athletic no brillo.
Asi que la conclusión es que la tarea quedó a medias, que el medio campo rojiblanco y su pareja tantas veces fallida, funcionó en algunas cosas pero falló estrepitosamente en otras. Cuando Valverde la deshizo, para poner en el campo a Paredes y Zarraga, obligado por la expulsión, todo el pescado estaba vendido.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.