Valencia 1-0 Athletic

El Athletic flojea en Mestalla y ve terminada su racha

A los rojiblancos le faltó de todo un poco en Mestalla: acierto, intensidad, fluidez, frescura, ideas claras, suerte... Fueron un equipo reconocible y competitivo que salió al campo a ganar, no a especular. Es más, de haber tenido un poco de fortuna, podrían haberse adelantado en el minuto 28 en una llegada de Nico Williams o en el arranque de la segunda parte en un remate de Sancet que se fue muy cerca del poste. Digamos que el Athletic fue el de siempre, pero lo fue en una versión floja, más desvaída. Así se explica que, en la última media hora, tras recibir el 1-0, sólo estuviera cerca del empate una vez. Fue en el minuto 80, tras una bonita combinación entre Adu Ares y Unai Gómez que terminó con un zurdazo del bermeano al que Mamardashvili respondió con un paradón; uno de los que acostumbra el georgiano a hacerle al Athletic. Debe ser que le gusta exhibirse ante el club de Iribar.

No dio sorpresas Valverde en su alineación. Recuperó a la mayoría de sus titulares habituales que faltaron ante el Alavés (Unai Simón, Berchiche, Nico Williams y Guruzeta), y tuvo que mantener a la pareja de medios centros formada por Ander Herrera y Beñat Prados, ya que Galarreta estaba entre algodones, aunque acabó entrando, y Vesga fue baja de última hora. A diferencia de Imanol Alguacil, que ayer en Vigo cambió su once de arriba a abajo pensando en la Copa, el técnico rojiblanco no quiso pensar en el choque del miércoles contra el Barça. Los resultadistas dirán que la suya fue una apuesta fallida, pero parece evidente que mantener la racha en la Liga para continuar en puestos de Champions e ir apuntalando la clasificación para Europa era la prioridad.

El partido decepcionó. Y es que estaba reciente el recuerdo del Athletic-Valencia de finales de octubre en San Mamés, que por cierto fue cuando arrancó la magnífica racha de 14 partidos sin perder que llevaban los rojiblancos. Aquello fue una montaña rusa de emociones, un monumento al vértigo. Era lógico, por tanto, imaginar que en Mestalla podía ocurrir algo parecido. Desde los primeros minutos, sin embargo, se vio que el partido iba a tener un cariz distinto, más calmado. Los dos equipos querían ser fieles a su estilo pero también ser prudentes, no dejarse sorprender en su retaguardia. Y esta doble voluntad acabó produciendo ese tipo de juego insulso que surge cuando en el campo hay mucha movilidad pero la profundidad brilla por su ausencia.

El Athletic sólo tuvo dos oportunidades en la primera parte, ambas de Nico Williams y en ambas con la ayuda de un Beñat Prados que aprovecha cada oportunidad que se le brinda. El emparejamiento de Nico con Foulquier se antojaba a priori muy esperanzador. Cuando en el minuto 9 el extremo rojiblanco, tras una buena recuperación de Prados, hizo una gran jugada personal que terminó con un disparo flojo a las manos de Mamardashvili, quien más quien menos pensó que el equipo de Valverde podía tener una mina de oro en ese costado. Y resultó que no, que fue justo lo contrario. Nico comenzó a flojear y Foulquier, un futbolista peculiar, de luces y sombras, desconcertante muchas veces, se fue agrandando. El juego del Valencia era bastante inocuo y la entrada de Yaremchuk en lugar del lesionado Sergi Canós a los 12 minutos estuvo lejos de mejorarlo. Alguna muy gorda ha tenido que armar Javi Guerra para que Baraja prefiriera sacar al ucraniano, un tocho al que acabó retirando antes del final, que a la mayor perla de su cantera.

El equipo che, pese a todo, se fue rehaciendo y acabó terminando mejor la primera parte. Guillamón en un disparo desde fuera del área y Pepelu en un cabezazo que Unai Simón acabó despejando con apuros de tacón estuvieron cerca del gol. Había razones, pues, para preocuparse por la suerte del Athletic en la reanudación. Por un momento, tras la gran ocasión de Sancet en el minuto 46 en una bonita jugada coral por la derecha, pareció que ese temor estaba infundado y que quienes iban a tener que preocuparse eran los aficionados de Mestalla porque los leones volvían a rugir. Pero no. Fue una falsa impresión. El Valencia volvió a reactivarse y Hugo Duro acabó adelantando a su equipo. Quedaba media hora, todo un mundo, pero aunque Unai Gómez, Galarreta e incluso Adu Ares mejoraron al equipo y el bermeano, siempre vertical, tuvo cerca el empate, al final no pudo ser y el Athletic vio terminada su racha. Ahora, por supuesto, se trata de empezar otra.