El Euromillones del viernes: comprobar resultados del 31 de enero

Ver fotos

manu cecilio
Valencia - Athletic | Copa del Rey vuelta semifinales

Una decepción de las que no se olvidan

El Athletic termina su brillante historia en esta Copa con un chasco tan doloroso como imprevisto en Mestalla, donde el Valencia se impuso con un gol de Guedes al final de la primera parte

Miércoles, 2 de marzo 2022

Ningún aficionado del Athletic podía esperar una decepción semejante. Y no nos referimos a la eliminación en sí, lógicamente dolorosa, sino a la manera en que se produjo. Era el partido del año y el chasco fue monumental. Marcelino apostó por una estrategia de control y maduración del juego, calculando que el choque iba a ser una batalla durísima y un punto barriobajera. Por ello, el asturiano eligió a su gente más curtida, con más heridas de guerra y batallas que contar; hasta el punto de que la media de los diez futbolistas de campo, según informó la Adurizpedia, era la más veterana que ha nunca presentado el Athletic.

Valencia

Mamardashvili, Foulquier, Diakhaby, Paulista (Guillamón, min. 83), Alderete, Gayà (Lato, min. 33), Ilaix Moriba, Soler, Guedes, Hugo Duro y Bryan Gil (Musah, min. 71).

1

-

0

Athletic

Agirrezabala, Lekue (Petxarroman, min. 61), Yeray, Iñigo Martínez, Yuri, Berenguer (Nico Williams, min. 70), Dani García (Vencedor, min. 61), Vesga (Zarraga, min. 82), Muniain, Iñaki Williams y Raúl García (Sancet, min. 61).

  • Gol : 1-0: min. 43, Guedes.

  • Árbitro : Jesús Gil Manzano (Comité extremeño). Amonestó a Paulista, Alderete y Diakhaby, del Valencia, y a Iñigo Martínez y Zarraga, del Athletic.

  • Incidencias Partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey disputado en Mestalla.

El problema es que el técnico se olvidó de que su equipo jugara al fútbol, de que mostrara sus mejores virtudes, que son las que surgen cuando sus futbolistas juegan con valentía y ambición, sin ataduras. Fue el suyo un error de concepto absoluto que acabó condenando al Athletic, desnaturalizado y nervioso a medida que pasaban los minutos, incapaz de sobreponerse a un gran gol de Guedes al final de la primera parte. Con decir que en 97 minutos sólo dispararon una vez entre los tres palos y fue en un libre directo que lanzó Iñigo Martínez en la segunda parte está todo dicho.

Después de una Copa tan brillante como la que venían realizando los rojiblancos, después de eliminar al Barça y al Real Madrid, caer contra el Valencia de Bordalás, un grupo correoso pero muy limitado, supone una frustración enorme. Todo le falló ayer al Athletic, comenzando por su entrenador y siguiendo por sus jugadores franquicia. Lo de Iñaki Williams fue como para comer cerillas durante todo el partido, Raúl García no hizo nada y Muniain apenas apareció, y mucho menos en la versión creativa que necesitaba el equipo. La pareja Dani García-Vesga se limitó a trasegar, incapaz de dar al juego una mínima circulación decente. En fin, que en el día D el Athletic volvió a encontrarse de nuevo con una versión muy pobre de sus teóricas estrellas, al estilo de lo que ocurrió en la final de Copa contra la Real.

El partido arrancó con mucho ambiente en las gradas, pero sin ser ese escenario bélico que algunos presagiaban. El Valencia, por otro parte, tampoco fue el grupo salvaje de leñadores airados que muchos temían. De hecho, en la primera parte los de Bordalás sólo hicieron 4 faltas. Acabaron con 15, pero es que el Athletic hizo 18. Vamos, que por ese lado sombrío tampoco se pueden buscar excusas, una tentación que siempre existe y más cuando te gana un rival inferior al que no has sabido imponerte con tu juego. La primera parte discurrió entre pelotazos, innumerables fallos en las entregas, saltos y demás morralla. No parecía pasar nada, pero en el minuto 40 comenzó a escribirse la historia de la eliminación del Athletic.

Williams, que llevaba una noche aciaga de imprecisiones en los centros y en los apoyos, recibió un gran pase en profundidad de Muniain y se plantó en el área como un cohete. El delantero rojiblanco decidió pensar en lugar de chutar, optó por hacer un recorte y el cohete explotó como un petardo de feria, sin consecuencias, para desesperación de la hinchada rojiblanca. No era un partido para fallar ocasiones. Ninguno lo es, pero lo cierto es que algunos admiten una mayor cuota de desperdicios que otros. Ayer la eficacia era obligatoria. Al Athletic no le valía con tener la posesión ante un Valencia al que dar tres pases seguidos le daba más problemas que a Champollion descifrar la piedra Rosetta. Tenía que golpear primero, por si acaso.

Se demostró dos minutos después del fallo de Williams, en una jugada aislada. Yeray despejó de cabeza un falta lateral y el balón le cayó a Guedes, fuera del área. El portugués había aparecido poco en el partido, apenas en los primeros minutos, como le sucedió a Bryan Gil, pero es un hombre con talento. Y lo sacó cuando más lo necesitaba su equipo. Se buscó línea de tiro y nada pudo hacer Agirrezabala ante su derechazo monumental. El golpe fue duro por lo inesperado y dejó al Athletic zarandeado, hasta el punto de que Soler pudo hacer el 2-0 justo antes de que sonara la campana del descanso.

En cualquier caso, había razones para confiar en que el Athletic reaccionara en la segunda parte. El Valencia era un rival débil, pese a todo. Haciendo las cosas bien, el equipo de Marcelino podía darle la vuelta al marcador perfectamente. No fue posible, por varias circunstancias pero sobre todo por una: los cambios llegaron tarde y, además, había algo de injusto y peligroso en pretender que fueran los jóvenes quienes tuvieran que darle la vuelta a un partido de tanta tensión y compromiso y en campo rival, con un ambiente volcánico. La gran ilusión, pues, se desvaneció y ahora le toca al Athletic un reto todavía más difícil de lo que hubiera sido ayer eliminar al Valencia: pelear de verdad por Europa, que queda a siete puntos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad