Los socios decidirían la continuidad de la junta si le tumban las cuentas dos veces seguidas

Llegado el caso de dos balance rechazados, el equipo de gobierno sólo tendría dos opciones: «O bien someterse a la cuestión de confianza de la asamblea plenaria -la que forman todos los socios y que se articularía por medio de un referéndum- o bien presentar su dimisión», tal y como se recoge en el artículo 63 del texto final que deberá recibir luz verde de los compromisarios para ser constituido. En caso de una derrota, debería convocar de inmediato elecciones. Si los dirigentes ganan, se daría por aprobado su proyecto económico. Este artículo sólo afecta a las cuentas del curso anterior, no a los presupuestos del que está en curso.

Nunca en la historia del Athletic se ha dado el caso de que una asamblea de compromisarios eche atrás dos balances de la junta directiva. Pero han sido varios los presidentes que han sufrido ese revolcón una vez: Lertxundi, Arrate, Macua y Elizegi. La opción de que dos derrotas seguidas en la asamblea coloquen al equipo de gobierno contra las cuerdas da más capacidad de presión a los compromisarios sobre la junta y aumentaría la tensión sobre la asamblea en posibles segundas convocatorias para discutir las cuentas.

El planteamiento en el anteproyecto de la comisión que redacta los nuevos Estatutos era que bastara con los dictámenes favorables de auditoría externa y de la comisión de transparencia para que el balance saliera adelante en caso de dos derrotas. Pero los cinco integrantes de este órgano han aceptado las sugerencias recibidas para cambiar el texto, como han hecho con otros artículos.

«La denominación Estadio de San Mamés es considerada como símbolo del club», se recoge en el artículo seis. Esto supone que para cambiar su nombre y ponerle uno comercial (al estilo Reale Arena o Wanda Metropolitano) sería necesaria la aprobación de la asamblea plenaria, en la que tienen voto todos los socios.

Eso sí, si se opta por ponerle un 'apelllido' no sería necesario acudir a esa cita plenaria. Para denominarlo 'San Mamés-Nombre de marca comercial' bastaría con el visto bueno de la asamblea de compromisarios, a la que se sometería a votación la inclusión de un «apellido comercial a la denominación Estadio de San Mamés».

El texto final aclara con una «redacción más legible» cómo se perdería la condición de compromisario. Esta baja se produciría cuando uno de ellos falte a dos asambleas en el período de cinco años para el que ha sido elegido «sin justificación suficientemente acreditada». La pérdida de esa condición impediría al afectado ser elegido compromisario en los siguientes cinco años.

Los nuevos Estatutos permiten la participación telemática, por lo que los compromisarios podrían intervenir en las asambleas desde el otro lado del ordenador.

Los nuevos Estatutos plantean que el presidente que gane las elecciones el 24 de junio tendría un plazo de un mes para presentar un preaval por el 5% del presupuesto del anterior año. Con 140 millones de presupuesto de gastos en el curso 2021-2022, el candidato ganador tendría que depositar un preaval de siete millones. Se sustituiría por el que presenten más adelante cuando se les aprueben sus primeros presupuestos.

¿Qué sentido tiene esta norma? Cubrir la responsabilidad económica en todos los casos. Valga un ejemplo: una junta es elegida un mes de junio, pero dimite en noviembre sin tener aprobados sus primeros presupuestos. En este escenario no habría aval con el que cubrir sus responsabilidades. El preaval protegería este escenario.

La reciente modificación de la Ley del Deporte eliminó la obligatoriedad de las directivas de los clubes que no son sociedades anónimas de avalar un 15% del presupuesto. La norma deja ahora en manos de cada entidad fijar esa cantidad. En el caso del Athletic, se propone el 5%. Si los nuevos Estatutos no se aprueban, la junta no tendría que avalar ninguna cantidad.

El texto introduce la aclaración en modo de disposición transitoria de que durante 2022 no se aplicará la normativa sobre elecciones. Esto significa que los comicios del 24 de junio se celebrarán bajo el reglamento anterior. Se evita así el problema de llamar a las urnas con unos Estatutos y votar con otros.