El socio aprueba la gestión de Uriarte pero le tumba las cuotas y el reglamento de peñas

Sin embargo, al empresario bilbaíno y los dieciséis directivos que le acompañaron en el escenario del palacio –junto al trofeo de la Copa del Rey ganada en Sevilla–, se les empezó a torcer la sesión cuando sufrieron un varapalo considerable en su intento de retocar el valor de los asientos de San Mamés. La contestación fue tal que siete de cada diez compromisarios mostraron su disconformidad con las cuotas: hubo 114 votos afirmativos frente a los 448 en contra.

En los días previos a la asamblea, el vocal Gorka Cubes mantuvo reuniones con grupos de compromisarios para explicarles las variables que iban a fijar el coste de los asientos de La Catedral. Ayer volvió a detallar la iniciativa e incluso tuvo que extenderse cuando una decena de socios, bien en la tribuna de oradores o desde sus casas de forma telemática, cuestionaron el fondo y la forma de la medida y también el momento elegido para ponerla en práctica. La idea general es que el club rojiblanco extendería un descuento para los actuales socios con el objetivo de premiar su fidelidad, y sólo verían por tanto incrementada la cuantía con la subida estatutaria. Al mismo tiempo, aplicaría una subida para los nuevos y también para los que ya lo son pero desean cambiarse de localidad. Los aplausos que recibieron los intervinientes ya auguraban una posición crítica de la asamblea con este punto, pero dio la sensación de que Uriarte y sus colaboradores no se esperaban perder la votación y mucho menos con unos números tan desfavorables.

Los compromisarios que tomaron la palabra sacaron a relucir pegas diversas a la propuesta de la junta, pero su argumentario puede condensarse en que la 'congelación' de las cuotas no sería la misma para todos y en que el eventual reconocimiento de la fidelidad se viene abajo desde el momento en que un socio actual tendría que pagar más si se cambiara de sitio. Cubes trató de desactivar estos razonamientos, aunque no lo consiguió. Dijo que la directiva se había fijado en otros equipos que disputan competiciones europeas para fijar las tasas, que se trata de una decisión transitoria y que el incremento medio de los carnés estaría en torno al 7,6%.

El presidente había mantenido hasta ese momento un perfil bajo, con una breve intervención inicial para defender su gestión en colaboración con el director general, Jon Berasategi, y delegando en sus directivos las respuestas a la mayoría de las cuestiones. Pero tuvo que intervenir para concretar las premisas que habían movido a los rectores del Athletic a darle una vuelta a los costes de los carnés. La junta recordó que las nuevas tarifas afectarían sólo a entre 4.000 y 5.000 localidades e insistieron en los descuentos generalizados, pero no sirvió de nada en las votaciones.

A la directiva le esperaba otro importante revés. Después de veinte minutos de receso para recuperar fuerzas, ya de madrugada, la asamblea debatió el sexto punto, el reglamento de las peñas. Hubo dos intervenciones críticas con la normativa. Los oradores reclamaron un mayor reconocimiento hacia la figura del peñista y un estrechamiento de las relaciones entre las agrupaciones y el club. También pidieron que se les den más facilidades en la adquisición de las entradas. Para entonces se había producido una desbandada, pero aún así los resultados de las votaciones fueron categóricos: 70 sufragios a favor y 196 en contra. La asamblea dio la espalda a Uriarte en los dos asuntos más polémicos de la cita en el Euskalduna.

Antes de este doble varapalo, el presidente apostó por un Athletic «ambicioso» y por aumentar el valor de la plantilla del primer equipo, en este momento la sexta de la Liga. Uriarte concedió especial relevancia al título copero logrado en la Cartuja y subrayó que mantenerse en lo más alto de las competiciones entraña unas «dificultades mayúsculas» que únicamente pueden superarse con un proyecto sólido en todas sus vertientes. «No existen los milagros» en el éxito deportivo, proclamó el empresario bilbaíno.

Clasificarse para más finales, ser un fijo en las competiciones continentales, retener el talento surgido en Lezama y estar cada vez más atentos a jugadores del entorno para atraerles a Bilbao son las bases sobre las que, en opinión de Uriarte, debe sustentarse el futuro del club. El presente, subrayó, está «asegurado» tanto en la plantilla masculina como femenina, pero es necesario trabajar con la vista puesta en el porvenir. El vestuario valía hace dos años 222 millones y ahora, 295, lo que le sitúa en la sexta posición de la Liga. La meta es crecer hasta el quinto puesto e incluso pelear por el cuarto.