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El Athletic vuelve a pisar una semifinal de la Copa del Rey. Han pasado cinco años desde la última ocasión en la que se metió en esta ronda, la antesala del partido más deseado del torneo, y en aquella ocasión tumbó al Espanyol. Ya ... son seis semifinales en el siglo XXI, tres saldadas con éxito (2009, 2012 y 2015) y otros dos que acabaron en decepción (2002 y 2005). ¿Qué sucederá en la sexta, que se disputará entre la próxima semana y la primera de marzo? Tiempo al tiempo. De momento, vamos a disfrutar del sabroso triunfo conseguido contra el Barcelona, ese ogro que nos arrebató tres finales y con el que ya no se encontrará la tropa de Gaizka Garitano. Por cierto, desde 1939 hasta 2000, son otras 22 semifinales.
Después de derribar al Salamanca y al Villarreal, el Athletic se encontró con el Real Madrid de los 'zidanes y los pavones'. El partido de ida en San Mamés terminó de la manera soñada, con un buen resultado, a priori. 2-1. «Las espadas quedan en todo lo alto», tituló EL CORREO la crónica de aquel 23 de enero de 2002. El actual técnico blancó adelantó a los visitantes nada más arrancar el choque, en el minuto 3, por un error de Lacruz. Sin embargo, entre Joseba Etxeberria e Isma Urzaiz dieron la vuelta al encuentro. Por delante, 2-1. Era posible pasar de ronda. No obstante, todo se vino abajo en el Santiago Bernabéu. El Madrid se volcó hacia la meta de un Aranzubia que no disfrutó de su mejor encuentro. «La presión del Bernabéu puede con Aranzubia», se tituló un reportaje de este periódico. Larrainzar, en propia puerta, y Raúl, en el minuto 58, ya habían puesto por delante a los blancos. A falta de un cuarto de hora para el final, Guti remató un contragolpe y rompió los sueños vizcaínos. «Fue bonito mientras duró».
Fran Yeste fue el mejor del partido en el entonces Manuel Ruiz de Lopera. El Athetic de Ernesto Valverde buscó la victoria con ahínco en Sevilla, incluso con un cabezazo de Asier del Horno al palo. Los vizcaínos fueron «osados» y «ambiciosos» y merecieron más contra el Betis en el que ya daba guerra Joaquín. «Hemos dejado pasar una buena oportunidad», cabeceaba Valverde el término del encuentro en la ciudad que acogerá la final de la Copa durante los próximos cuatro ejercicios. «San Mamés tenía que decidir. Y decidió, pero en contra de los bilbaínos. Fue en un dolorosa tanda de penaltis. Salió cruz. Y eso que los locales salieron con brío al terreno de juego, en busca de esa diana que pudiera tumbar a los verdiblancos. Arrinconó a su oponente y acumuló varias ocasiones. Sin embargo, la diana no llegaba. Nada. El Betis se plantó en La Catedral con una idea: defenderse, jugársela a los penaltis, aunque es cierto que contó con dos buenas oportunidades para marcar. Pues bien, el partido entró en esa ronda decisiva. Seguir o a la calle. Y la tanda comenzó torcida. Falla Del Horno, marca Assunçao. Yeste anota, y Oliveira dispara alto. El universo rojiblanco respira. Alivio. A empezar de nuevo. Tiko, Joaquín, Orbaiz, Denilson, Iraola y Lembo cumplen. Pero Doblas se lo para a Ezquerro. Y Luis Fernández sentencia. La Catedral llora. Jugadores, técnicos y aficionados terminan rotos, destrozados. De nuevo, el Betis era un verdugo, como en la final de 1977.
«Nos vamos a comer al león desde la melena hasta la cola». Aquella semifinal de la Copa del Rey, la primera ganada por el Athletic en el siglo XXI, quedará marcada para siempre por esa frase de José María del Nido, presidente del derrotado Sevilla. Después de vencer en casa 2-1, con goles de Duscher y Acosta –remontaron el tanto inicial de Fernando Llorente–, el dirigente hispalense se presentó crecido en Bilbao. «No hay ningún vasco que duerma tranquilo sabiendo que juega Kanouté». Todas las bravuconadas se las comió bastante pronto. Bilbao era una fiesta, un hervidero, aquel inolvidable miércoles 4 de marzo de 2009. Y el Athletic se contagió de todo ese ambiente, de la preciosa oportunidad de disfrutar de una final (la última se había jugado en 1985) tanto tiempo después. Salió el equipo de Joaquín Caparrós como un torbellino. Le bastaron 36 minutos para cenarse a la escuadra andaluza, entrenada por Manolo Jiménez. Minuto 3. Javi Martínez. Minuto 33. Fernando Llorente. Minuto 36. Gaizka Toquero. Boom. Ya estaba la eliminatoria remontada. Tras el descanso, los vizcaínos dosificaron la renta. Y San Mamés clamó. «Cómeme el rabo, Del Nido, cómeme el rabo». Todos a Valencia.
El Mirandés estaba en Segunda B y había derribado al Villarreal, que jugaba la Champions -como en esta edición-, al Racing y al Espanyol. Quería repetir la heroicidad contra el Athletic. Pero aquel equipo disfruta con Marcelo Bielsa en el banquillo. Ya en el partido de ida, lo dejó claro el cuadro vizcaíno. 1-2. Antes de la media hora, con Vicente del Bosque como testigo en el año de la Eurocopa, Fernando Llorente ya había anotado los dos goles visitantes. Lambarri, en el 91, daba una pequeña esperanza al cuadro rojillo. Y en La Catedral se ofició una fiesta en febrero de 2012. Minuto 22. Muniain, Susaeta y Aurtenetxe ya habían anotado un tanto cada uno. Aitor Blanco recortó distancias... Pero siguió el martillo vizcaíno, impulsado por el técnico rosarino desde el banquillo: doblete de Llorente. El billete ya estaba conseguido. El problema, de nuevo el Barcelona sería el oponente en la final. Y, de nuevo, el cuadro culé destrozó a los vizcaínos. Al menos, eso ya no ocurrirá esta temporada.
«Pudo ser mucho peor». «Vivos de milagro». Son solo dos titulares de la edición de EL CORREO del 12 febrero, al día siguiente del partido de ida de semifinales contra el Espanyol en San Mamés. Los vizcaínos empataron a uno, y eso que se adelantaron con una diana de Aduriz a los once minutos. Sin embargo, Víctor Sánchez empató en el minuto 35. Y los periquitos, en un «partido decepcionante» de los locales, estuvieron cerca de sentenciar la eliminatoria. De hecho, Valverde tiró de sinceridad. «El resultado es bueno tal y como ha ido la eliminatoria». Había que ganar, o al menos marcar dos goles en el entonces Power 8 Stadium. Y el Athletic lo consiguió. Cómo no, el delantero donostiarra adelantó a los vizcaínos en el minuto 13. Y Xabi Etxeita anotó el segundo al filo del descanso. Herrerín también tuvo mucho que ver en la clasificación. El Espanyol, que había empleado la canción «Mi gran noche» de Raphael para motivar a su afición, se quedó con la miel en los labios. Y fueron los futbolistas rojiblancos los que entonaron ese tema. Por supuesto, el rival fue el Barcelona y la historia la sabemos todos.
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