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Robert Basic
Lunes, 25 de enero 2021, 23:57
Todo ha cambiado de una manera espectacular. Este Athletic nada tiene que ver con el que perdió el derbi ante la Real Sociedad, aquel 0-1 que unos días más tarde costó el puesto a Gaizka Garitano. El equipo vuela, está repleto de confianza, apenas ... acusa los golpes y cuando los recibe se levanta y pega aún más fuerte. Un buen ejemplo de este renacimiento rojiblanco lo encarnan Iker Muniain y Raúl García. Forman una sociedad letal que aporta asistencias y goles. Una pareja que se entiende a las mil maravillas y que desde hace menos de un mes fabrica dianas de todos los colores, de bella factura y con una facilidad pasmosa. Anoche, contra el Getafe, el capitán dio otros dos pases de gol, uno de ellos al mediapunta, quien se marchó con un doblete.
Tanto Muniain como Raúl García no terminaban de sacar su mejor fútbol en la etapa anterior. De hecho, Garitano sentó al mediapunta e hizo lo propio varias veces con el capitán. Buscaba soluciones, respuestas a un Athletic plano y sin acierto, que ahora viaja a la velocidad de crucero y ve la puerta rival con facilidad. En solo un par de semanas, el hombre que anoche jugó su partido 444 con la camiseta rojiblanca ha logrado dar cuatro asistencias de gol en tres encuentros, dos de ellos al Raúl García. El primero fue en Ibiza y el segundo frente al Getafe, que se marchó de San Mamés con una buena tunda.
Las otras dos asistencias del capitán fueron a Villalibre, en la final de la Supercopa, y ayer a Yeray, quien por cierto marcó su primera diana con el Athletic después de cinco temporadas y 130 partidos oficiales. Además, también filtró el pase que Williams trabajó y convirtió en el gol de su vida contra el Barcelona en La Cartuja. A Muniain se le ve suelto, encantado con el balón pegado a sus botas, que consiguen mandarlo donde quiere y cuando quiere. Disfruta en el terreno de juego, se divierte, conecta bien con todos los integrantes de la zona atacante y rinde a un alto nivel. No sería exagerado decir que está en uno de los mejores momentos de su carrera.
También Raúl García parece otro, el de antes, el de siempre. Pasaba por un mal momento, suplente y con solo un gol en la Liga, el del Valencia, hasta que salió de la trinchera y empezó a disparar de nuevo con munición de verdad. Desde la llegada de Marcelino, el navarro suma cinco goles y una asistencia. Hizo el doblete contra el Real Madrid, el VAR le quitó otro tanto por un fuera de juego milimétrico ante el Barcelona, anotó contra el Ibiza y ayer facturó otros dos frente al Getafe. En el primero cazó un gran centro de Muniain, su socio preferente, y luego cabeceó a la red una asistencia de Balenziaga.
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Nada más acabar la goleada -nadie había logrado marcar al Getafe de Bordalás más de tres tantos-, Raúl García habló de su buen estado de forma, pero dio el mérito de la victoria a Simón. «Estoy contento con mi trabajo. Para mí, el partido lo gana Unai en el penalti. Fue un momento clave del partido que nos sacó de un apuro», dijo sobre la parada del alavés a Mata. Cuando se le preguntó por el renacimiento del Athletic a las órdenes de Marcelino, el navarro hizo una reflexión interesante. «Todos sabemos que cuando hay cambios la gente aprieta más. Tenemos que reconocer que te vas acomodando cuando llevas mucho tiempo con alguien», apuntó sobre Garitano.
Feliz por el partido, Raúl García volvió a repetir que le gustaría renovar. «Hay que mirar arriba», dijo apuntando al palco. «Estoy contento y mi familia está bien. Intento trabajar para que el club quiera que me quede».
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