Padilla, el niño trotamundos que ahora cumple su sueño
Trabajo ·
El internacional mexicano siempre ha «sacado el lado positivo» de su ajetreada infancia, habla de la importancia del factor psicológico y no mira más allá del presente en el AthleticSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Trabajo ·
El internacional mexicano siempre ha «sacado el lado positivo» de su ajetreada infancia, habla de la importancia del factor psicológico y no mira más allá del presente en el AthleticHace justo un año, Álex Padilla (Zarautz, 2003) se puso bajo palos en Lezama en el enfrentamiento que midió al Bilbao Athletic en Segunda Federación ante la Mutilvera. Ahora le paran los niños por la calle. Decenas de ellos le pidieron firmas, selfies y consejos ... en un encuentro al que acudió el guardameta rojiblanco en la tienda de Fútbol Emotion del Megapark de Barakaldo. Antes del acto sacó un rato para charlar con EL CORREO en una conversación en la que repasó su infancia, sus inicios en el fútbol y el dulce momento que atraviesa en Bilbao.
Paisano de Yuri, Padilla no creció en las mismas calles de la localidad guipuzcoana como lo hizo el lateral izquierdo. Su madre es natural de México, país al que la familia emigró cuando el pequeño Álex era un recién nacido. Se instalaron en el municipio de Camargo, en el estado de Chihuahua, al norte del territorio azteca. «Después nos fuimos año y medio a Estados Unidos y con casi diez años regresamos a Zarautz», finaliza para resumir su ajetreada infancia. Su prominente estatura –levanta 190 centímetros– le hizo probar con el baloncesto y el balonmano, «lo que se lleva en un chaval de pueblo, pero el fútbol era lo mío. Todavía tenemos vídeos de México en los que ya estaba en la portería».
Noticia relacionada
Iván Orio
Padilla vivió tres cambios de residencia en su primera década de vida. «En mi casa siempre se ha sacado el lado positivo de las cosas para mejorar como personas. Ahora con 21 años doy gracias a Dios por haber vivido todos estos cambios», declara al echar la vista atrás. Lo que peor llevó durante su adolescencia fue no poder estar con su familia materna. «Llevaba siete años sin ver a mi abuela. Y a algún familiar incluso más hasta que hicimos la pretemporada con el Athletic allí el año pasado», narra. El trofeo Árbol de Gernika para conmemorar el 125 aniversario del Athletic le midió con el Chivas de Guadalajara justo en el mismo verano en el que por primera vez Padilla se ponía a las órdenes de Ernesto Valverde. «Es un recuerdo que jamás olvidaré. Fue muy bonito. Aproveché para estar con mi familia».
Meses después el destino le volvería a unir con México más allá de sus lazos familiares. Sus raíces aztecas motivaron el interés de la Federación para hacerse con los servicios de un jugador que había defendido en seis ocasiones la sub'19 española, con la que se estrenó precisamente ante la 'Tri'. «Cada momento tuvo sus razones. Cuando estuve con España era porque eso era lo mejor, pero cuando se puso sobre la mesa la opción de México no me lo pensé mucho. Es la selección que yo siento desde pequeño y estoy muy ilusionado. Quiero hacer historia con ellos». Por lo pronto defiende la meta del combinado sub'23, aunque Javier Aguirre ya le ha llamado una vez con la absoluta. Su estreno no tardará en llegar y podría ser en la próxima ventana de noviembre.
Pero volvamos atrás. Con su vuelta a Zarautz empezó a despuntar en las categorías inferiores del club local. Hasta que en 2019 el Athletic se pone en contacto con él. «Cualquier chaval que se vaya de casa con 15 años sabe que separarse de tus padres es duro. Tienes una rutina y cambias por completo tu vida, pero lo haces para cumplir un sueño», lanza con una sonrisa enorme. Un lustro después y tras pasar por el Juvenil, Basconia y el filial, se puso bajo palos en San Mamés por las lesiones de Unai Simón y Julen Agirrezabala. «Lo llevé con la mayor naturalidad posible, como una experiencia más de la vida».
No deja de sorprender oírle hablar con ese temple sobre su estreno en la élite, pero detrás de sus declaraciones hay mucho trabajo psicológico. «Me preparo bien en ese sentido. Tuve un entrenador en el Zarautz que me dijo que el rendimiento del jugador es un 70% el estado mental y solo el 30 restante el físico. Yo no le entendía nada pero es que ahora... ¡Cuánta razón!», desarrolla. ¿Cuál es la receta? «Estar estable, sentirte bien, seguro de ti mismo y de lo que haces. Y trabajar, hablar, afrontar realidades de la vida misma también».
ha jugado ya Padilla con el Athletic, tres de ellos completos. En total, 320 minutos
ha encajado: 1 ante elGetafe, 2 contra el Barça, 1 frente al Sevilla y 2 en Girona
Tal es el punto de control de la situación de Padilla que el día de su debut en la primera jornada ante el Getafe «me eché una siesta de dos horas antes del partido. Luego ves que San Mamés se va llenando, empieza el partido, te ves ahí... Un poco nervioso sí que te pones», reconoce alguien que solo disfruta «del momento». Es lo que responde cuando se le cuestiona sobre su futuro a corto plazo una vez que Simón se recupere. «Yo voy a seguir en la misma línea: trabajar. Mi cabeza no está en esas cosas. Quiero aprender lo máximo al lado de ellos, en el día a día en Lezama», desliza.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.