El Senado rojiblanco coincide en que, una vez más, la falta de puntería ha dinamitado las opciones del Athletic de alcanzar una nueva final de Copa. Y tras perdonar en varias ocasiones, Osasuna mandó la que tuvo a la cazuela. Un mazazo firmado por Pablo ... Ibáñez.
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Enchufado. El Athletic saltaba al verde de San Mamés con las pilas puestas. Es lo que se esperaba del conjunto de Valverde, pero Osasuna planteaba un once que también quería jugar, nada defensivo. Teníamos que esperar a ver rodar el balón para conocer las posibilidades de cada uno. Osasuna empezaba perdiendo tiempo, provocando faltas, pero los leones espabilaban a los de Jagoba Arrasate, aquí hemos venido a jugar.
Media hora de juego intenso, presión, robos, ocasiones y llegaba el gol. Deberes hechos. En este tipo de partidos resulta fundamental igualar pronto la eliminatoria para empezar a disputar otro partido, el del tú a tú, sin ventajas. Con la eliminatoria empatada, después de una gran primera parte, llegaba el descanso y todo por decidir en la segunda.
Cabe destacar la intesidad por la banda izquierda con los centros de Nico, la participación de Sancet, la anticipación de Vesga, el saber estar de Iñaki y la omnipresencia de Guruzeta abriendo espacios, recibiendo, centrando y rematando. Era una de las sorpresas del once de Valverde, ya que se barajaba la presencia de Raúl García, y, una vez más, ha sabido aprovecharlo.
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La segunda parte, totalmente distinta, mucha emoción pero sin definición. Llega la prórroga. Osasuna gana presencia, el Athletic no quiere arriesgar para no perder lo logrado y los minutos vuelan. Si Nico ha perdonado por dos veces, Pablo Ibáñez ha sabido acertar. Se acaba el sueño. El Athletic vuelve a fallar en la definición y Osasuna se clasifica para la final gracias a un partido muy serio. Tristeza y decepción en San Mamés.
El partido arrancó con dos equipos con las ideas muy claras. Los de Valverde fueron a por el partido desde el pitido inicial. Tocaban con paciencia, y aunque con algunas imprecisiones, fueron verticales en busca de la portería rival. El plan de Osasuna estaba claro. Dormir el partido, intentar romper el ritmo que quería imponer el Athletic y esperar un error para aprovechar una contra. El Athletic llegaba pero faltaba claridad en los últimos metros para encontrar el mejor pase. El que la sigue la consigue, y tras un córner lanzado por Iker, llegaba el merecido gol que igualaba la eliminatoria por medio de Iñaki.
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En la segunda mitad, el guion no cambio. Los rojiblancos no cesaban en el empeño en buscar del gol de la victoria mientras que los rojillos no querían ni ver el balón. Aparecieron las ocasiones pero volvió a faltar precisión en la finalización, llegando incomprensiblemente a una prórroga donde llegó el jarro de agua fría con el gol osasunista que nos deja fuera de la final.
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