![Iban Zubiaurre, ayer en su taller de coches, situado a un kilómetro del Martínez Valero, el estadio donde hoy juega el Athletic.](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202001/22/media/cortadas/zubi1-22-kStB-U901303474952Yu-624x385@El%20Correo.jpg)
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«Lo siento. No le puedo dejar un coche de sustitución. Los tres que tenemos están ocupados. Si trae su vehículo en grúa hasta aquí, le ponemos una rueda provisional a la espera de que llegue la otra mañana». Son las cuatro de la tarde. ... Iban Zubiaurre (Mendaro, hoy cumple 37 años) inicia el turno de tarde en Box Mecánica Reyes, un taller de automoción en Elche del que es uno de los dos socios. Tienen cuatro empleados en nómina.
El ajetreo comienza nada más cruzar la puerta. «Esto es un no parar. Así de lunes a viernes de ocho de la mañana a dos del mediodía y de cuatro de la tarde a ocho». No se pone el mono. Su labor es de gerencia. Lleva la cuentas, gestiona los recambios, atiende llamadas y concierta citas. Al lado de su mesa, lucen dos camisetas de Athletic y Elche, los equipos que más quiere.
«Conocí a mi socio porque él llevaba al mecánico los coches de los jugadores en el Elche. Hace casi cinco años decidimos montar esta empresa. Me metí en esto porque me gustan mucho los coches», dice en esta entrevista en la que rompe su silencio. «Es la primera que doy desde que me retiré» hace seis años.
«¿Más feliz ahora que en el fútbol? Es diferente. La vida del futbolista es muy cómoda. Te pagan muy bien a final de mes y son dos o tres horas de entrenamiento, pero yo sufrí mucho. Aquí son diez o doce horas al día y con la necesidad de luchar para salir adelante, pero debo decir que me siento muy contento», explica
Zubiaurre rompió con el fútbol cuando se retiró en el verano de 2013 tras hacer la pretemporada con el Racing y renunció a seguir en un equipo con graves problemas económicos. No ha vuelto a jugar un partido, ni con los veteranos del Elche, ni a emplear sus títulos de entrenador de los dos primeros niveles. «Relacionaba el fútbol con problemas, con algo negativo. Si va rodado es muy bonito, pero terminé muy desilusionado y la cabeza me pedía no seguir. Cuando lo dejé, cogí tranquilidad», evoca mientras da cuenta de una ensaladilla rusa y un pincho de tortilla en un bar cercano a su taller.
El fútbol
Su familia
Tranquilo en el anonimato tras ser durante años protagonista de las noticias deportivas en Euskadi, a Zubiaurre le dio fuerte por el triatlón al poco de dejar el fútbol. Participó en el medio iroman de Vitoria (1,9 kilómetros de natación, 90 de ciclismo y 21 de atletismo). Luego subió un escalón y completó dos iroman completos (el doble en las tres disciplinas) en Los Arenales (Elche) y Austria. «Bajé de doce horas», se felicita. «Desde que empecé con el negocio lo tuve que dejar porque no tenía tiempo. Habré cogido 15 kilos desde entonces», admite.
Su única actividad deportiva es el tiro pichón, una gran pasión que ha tenido desde hace años y que le ha llevado a participar en varias pruebas del campeonato del España y a inscribirse en el de Europa, que se celebrará el próximo verano en Elche. Además, es un gran aficionado de la caza. Su especialidad es la paloma torcaz.
Zubiaurre era un lateral derecho prometedor e internacional sub'21. El 1 de julio de 2005, el entonces presidente del Athletic, Fernando Lamikiz, le presentó en Ibaigane. La Real Sociedad defendió que le quedaba un año de contrato. Aquello derivó en una durísima batalla legal que concluyó con una sentencia del Tribunal Supremo que condenó al jugador y al Athletic a indemnizar con cinco millones a los donostiarras, que pedían 30. La cantidad ampliada posteriormente en 900.000 euros por intereses de demora.
El trato entre Ibaigane y el defensa fue que pagaban a medias. Zubiaurre firmó ocho años, a razón de 600.000 euros por curso. «De lo que yo tenía firmado con el Athletic a lo que cobre finalmente, no tiene nada que ver».
Cuando todo parecía por fin zanjado, su agente, Ángel Caballero, le demandó porque no le había pagado la comisión. El jugador contestó con una querella de revocación que condenó al intermediario a pagarle 2,8 millones. Finalmente, llegaron a un acuerdo económico extrajudicial.
El deporte
Aficiones
«Conocí a mi esposa Ana en Elche cuando vine cedido en 2008. Me siguió a todas partes, Bilbao, Albacete, Salamanca, Santander y vivió conmigo en Mendaro. Ella tenía claro que al dejar el fútbol volvíamos aquí. Estoy a gusto. Es una ciudad grande y cómoda».
El matrimonio tiene dos hijos, Marc (5 años) y Julen (3), los dos furibundos hinchas del Athletic. El mayor se pone la equipación rojiblanca cada vez que juegan los suyos. Lo llevó al vestuario de los de Garitano en el partido de Copa ante el Intercity. Los excompañeros de su padre le regalaron una camiseta y en aquel momento fue «el niño más feliz». Le viene de familia. «Mi padre es del Athletic a muerte, de los que va a San Mamés. Mi madre, de Ondarroa, también. Yo también, incluso cuando jugaba en la Real».
El fútbol le dejó un catálogo de desgracias. Su polémico fichaje por el Athletic, no poder entrenar con los rojiblancos y hacerlo con el Elgoibar y la Cultural de Durango durante año y medio porque no le daban ficha federativa, no contar para ninguno de sus entrenadores en el Athletic -Caparrós y Bielsa-, sufrir impagos en el Salamanca y Racing y ver cómo un entrenador como David Vidal que le prometió la titularidad en el Albacete no le puso ni un minuto.
Los efectos fueron espantosos e irreparables. El prometedor fichaje apenas jugó cuatro partidos con el Athletic y hoy arrastra una enfermedad crónica debido a lo que sufrió. «Tengo de por vida una colitis ulcerosa en el estómago que no tiene cura y me vino provocada por el estrés y los nervios padecidos. Me vino el año que llegó Bielsa, en el que estuve mes y medio ingresado en el hospital. Cada seis semanas tengo que ir al hospital de día a que me pongan un goteo. Cada vez que voy estoy cuatro horas poniéndome medicación tumbado en una cama. Hay que afrontar las cosas como vienen. Eso lo llevo conmigo toda la vida».
Sus equipos. Cantera de la Real Sociedad, Real Sociedad (2004-05), Athletic (sin ficha federativa entre julio de 2005 y febrero de 2007), Elche (2008-09), Athletic (2009-10), Albacete (2010-11, cedido), Athletic (2011-12), Salamanca (2012-13, cedido) y Racing (se retira tras la pretemporada de 2013-14).
4 partidos jugó con el Athletic, todos ellos con Joaquín Caparrós en el banquillo. Tres fueron en la campaña 2007-08 y el otro en la 2009-10. Fue ante el Austria de Viena, el único que disputó en San Mamés.
5 millones de euros más otros 900.000 euros en intereses de demora pagaron entre el Athletic y el jugador a la Real Sociedad. El club donostiarra exigía que la indemnización fuera de 30 millones.
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