Se habían alzado muchas voces en el Athletic y en el fútbol para apoyar a Nico Williams tras su decisión de cerrar sus redes sociales por los «insultos y faltas de respeto» recibidos en ellas ftras fallar dos claras ocasiones el martes ante el Osasuna, ... según denunciaron el Athletic y el jugador. Pero hasta este sábado no se había escuchado la del afectado. Y ha confesado haber vivido días atormentado por un cierto sentido de la culpabilidad. «Lo he pasado muy mal, me he comido mucho la cabeza y no creía en mí», indicó nada más concluir el partido que el Athletic ganó al Espanyol.
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La familia Williams tiene motivos para estar feliz. Sus dos hijos fueron los protagonistas en el Athletic, pero esta vez por un motivo para celebrar. Firmaron dos goles de belleza inconmensurable que relanzan las opciones europeas de los rojiblancos. Los últimos días, por desgracia para ellos, sólo dieron que hablar por los duros ataques recibidos por el pequeño. Dos estados de ánimo radicalmente distintos con cuatro días de diferencia.
Este sábado ha reabierto sus redes sociales una horas antes del partido. Lo hizo con un mensaje en Instagram en el que reenvió un vídeo de la cuenta del Athletic en la que se le veía posando con unos aficionados y firmando autógrafos a la llegada este viernes del conjunto bilbaíno a Barcelona. Lo acompañó de un mensaje: «Muchas gracias a todos los athleticzales por el apoyo y a todos los demás».
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Pocas horas después saltó en los últimos veinte minutos del partido. Firmó una jugada magnífica de regates que Guruzeta no alcanzó a rematar a bocajarro nada más pisar el campo. Luego asumió el protagonismo de finalizar. Lo hizo con un movimiento fascinante que dio el 0-2. El mismo jugador criticado el martes por sus errores en remates se mostró en su apogeo.
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A pie de césped el jugador respondió a los ataques. Lo hizo con la admisión de que lo sucedido le ha hecho plantearse preguntas. «Lo he pasado muy mal, me he comido mucho la cabeza y no creía en mí», admitió a Gol TV. Fueron sus únicas declaraciones porque el Athletic decidió que no compereciera en zona mixta, donde sí lo hizo su hermano.
Nico dijo que la experiencia le ha hecho comprender que a su alrededor hay muchas personas que le aprecian. «Estoy muy agradecido. Es una pena que por cuatro que no tiene educación al final lo he pasado mal, pero me quedo con la gente buena, con los aficionados que han estado conmigo, con los que me animan en el estadio y fuera. He recibido un montón de mensajes de los athleticzales y de todo el mundo», señaló.
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El primero que tenía claro que no le iba a dejar solo era su hermano Iñaki. Fue el autor de una extraordinaria carrera que cerró con el 0-1. Nada más superar a Pacheco enfiló hacia el banquillo, de donde se levantó su Nico. Los dos se fundieron en un hermoso abrazo. «Ha sido muy emotivo. Iñaki sabe más que nadie lo mal que lo he pasado. Ese abrazo me ha servido para ayudarme a creer en mí mismo», relató. «Ha sido una semana muy complicada para el equipo, en especial para mi hermano. En el ámbito familiar ha sido bastante complicado», resumió Iñaki Williams.
De 'padre'
Iñaki tiene ocho años más que Nico. De niños, vivieron grandes temporadas con su madre porque su progenitor trabajaba en Londres. Está habituado al papel de 'padre' del pequeño. El hermano mayor ha hablado mucho con el pequeño estos días. Le ha insistido en el mensaje de que sea consciente de que tiene un don para jugar al fútbol y que no debe dejarse derribar por personas de «bajeza moral», como definió Valverde a quienes le insultaron en las redes sociales.
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El epicentro de sus conversaciones es que Nico debe concentrarse en lo esencial, el juego. «Nadie te tiene que hacer dudar de ti. Te tienes que centrar en lo que te ha hecho llegar hasta aquí». Iñaki quiere que Nico dibuje su propio camino y que se tome este episodio traumático como un aprendizaje. «Ha sido una semana complicada, pero es una lección de vida que mi hermano se lleva. Es joven y hay que saber que todo no viene llovido en este mundo. Los palos nos hacen ver la persona que somos. Mi hermano ha aprendido muchísimo esta semana, que nada viene del cielo, que nada viene regalado», resuelve.
Los dos hermanos se han quitado un enorme peso de encima. Nico abandonó el estadio de Cornella-El Prat con una sonrisa dibujada en su rostro acompañado de su buen amigo Adu Ares. Atrás quedaban los días sombríos del recuerdo de las ocasiones falladas y el dolor de los insultos en redes sociales.
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