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No hacían falta palabras, bastaba con los gestos, con las caras, la tristeza que vestía de rojo y blanco y la sensación de impotencia que martilleaba sin piedad a los jugadores del Athletic. Se miraban unos a otros, luego al suelo, algunos al cielo, y ... los ojos eran el espejo del alma. Hablaban el lenguaje del abatimiento, huecos, incapaces de asimilar lo que pasaba a su alrededor. El Levante golpeó una vez y el empujón bastó para tirar a su rival, que no volvió a levantarse. Y es justo lo que demandó un afectado Iker Muniain, anoche capitán, quien pidió perdón a la afición y también ayuda para salir del pozo. «Es un momento tremendamente duro el que estamos viviendo, pero hay que levantar la cabeza porque esto sigue y debemos estar más unidos que nunca».
El navarro no pudo ocultar su tristeza, la que embargaba a toda la expedición rojiblanca, incapaz de entender lo que le está pasando y hundida en la clasificación. «Veníamos de una victoria que nos podía impulsar a ganar», dijo Muniain en referencia al choque copero frente al Huesca (4-0). «Hemos hecho una buena primera parte y hemos podido incluso ponernos por delante si hubiéramos acertado. El gol de ellos nos ha hecho daño», comentó el mediapunta sobre el gancho en el hígado que propinó Chema al Athletic en el tiempo de descuento de la primera parte. Demasiado castigo para un equipo muy tocado anímicamente, que se viene abajo con una caricia y le cuesta un mundo volver a ponerse de pie. «Es un momento duro -repitió el capitán-, pero hay que levantarse. Pedimos perdón a la afición. No nos están saliendo los resultados y debemos tirar hacia adelante. Más que nunca hay que poner todo el corazón y salir de esta situación como sea».
Muniain hablaba por los ojos, tristes y llenos de preocupación. A su lado desfilaban cabezas gachas, gente que quiere y no puede, secuestrada por una interminable mala racha que no parece tener fin. ¿Cómo ponerle remedio? ¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo? «Nos falta redondear las cosas. Hacemos muchas bastante bien, pero al final lo que te da el premio son los goles. Si no acertamos, es jodido sumar, ganar. Que nadie dude de que vayamos a poner todo de nuestra parte. Pedimos a la afición -insistió en acudir de nuevo su gente- que esté con nosotros en este momento difícil y nos vamos a dejar la vida», prometió ante las cámaras de GOL y todavía sobre el césped del Ciutat de València.
Cuando se le cuestionó a Muniain por Eduardo Berizzo, destitutido este mediodía, el navarro salió en defensa de su técnico y aseguró que «obviamente confiamos en él. Estamos a muerte con el entrenador y la sensación que tengo es que mis compañeros también. Es la persona con la que debemos ir de la mano», comentó el mediapunta, visiblemente afectado y abatido tras un contundente 3-0 en contra. Eso sí, el apoyo llega hasta donde llega y el navarro precisó que «a partir de ahí -en referencia a la adhesión de la plantilla al proyecto del 'Toto'-, yo me dedico a jugar, a ayudar a mis compañeros y al cuerpo técnico y a todo el mundo. Ojalá esta situación cambie», cerró su intervención.
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