Muniain dice que está listo para la final

La noche sirvió para empezar a despejar los fantasmas y las buenas noticias comenzaron a correr por el cuartel general rojiblanco a primera hora la mañana de este viernes. Marcelino podrá contar con él, se indicaba desde el hotel Barceló Renacimiento. Rafa Alkorta, el director deportivo, ofreció al mediodía un mensaje tranquilizador al indicar que el navarro padece unas «molestias musculares leves» y apuntaba a que era «precipitado decir que es duda».

El navarro participó en el paseo junto a todos los jugadores convocados para el encuentro. Dieron una vuelta de quince minutos por las inmediaciones del hotel, un paseo en el que estuvo muy arropado por sus compañeros y en el que se le vio caminar con normalidad, aunque sus pasos eran los de alguien que los da con prudencia.

Por la tarde, Muniain y Marcelino fueron los primeros rojiblancos en llegar al estadio. Se presentaron en La Cartuja poco antes de las siete de la tarde, momento en el que concluyó la sesión de entrenamiento del Barcelona. El navarro saltó al césped y posó junto al otro capitán, Leo Messi. Sonrió en la instantánea, en una imagen más tranquilizadora que la de la víspera. Y también más que la que ofreció quince días atrás el realista Illarramendi, quien participó en la misma sesión con cara de circunstancias porque se acababa de lesionar y no podía jugar el partido por el título.

Muniain, en su papel de capitán, intervino en la rueda de Prensa oficial previa al partido, convocada 45 minutos antes del entrenamiento en el que iba a comprobar si estaba preparado para la final. Pero sus sensaciones eran buenas. «Bien, me encuentro bien, a la espera de este último entrenamiento. Tengo alguna molestia, pero lo habitual en esta fase de la temporada. Son muchos partidos, pero lo típico en un jugador. Soy optimista», zanjó nada más sentarse ante los periodistas. Quedó claro: el capitán se alista a la gran final.

Los periodistas solo pudieron presenciar los primeros quince minutos de la sesión de entrenamiento, a la que Muniain salió de los últimos. Entró al campo, levantó un dedo hacia el cielo y se unió al grupo.

El grupo rojiblanco se fue a la zona más alejada de los periodistas, pero desde los objetivos de los fotógrafos se pudo apreciar que el 10 rojiblanco no forzaba, como por ejemplo a la hora de levantar los pies con prudencia para saltar las pequeñas vallas que se colocaron sobre el césped. Muniain completó la sesión, según las fuentes consultadas por este periódico y regresó al hotel pasadas las nueve y media de la noche con la pierna derecha protegida por un vendaje.

También se ejercitaron con el grupo Yeray y Berchiche, recuperados para el duelo por el título. Marcelino dijo contar con ellos, pero pone una condición, que estén en plenitud y no tengan la más mínima incertidumbre sobre cómo responderán. «Es un partido diferente. Es una final. Es muy importante no tener dudas para afrontarlo desde ningún punto de vista. Eso me va a llevar a distraer mi atención sobre lo que es trascendente que es el juego», comentó el preparador asturiano.

La recuperación de estos tres jugadores clave permitirá a Marcelino oponer este sábado al Barcelona a su once de gala y le ahorra el debate sobre si era conveniente alinearlos el pasado 7 de abril en el partido de Anoeta ante la Real Sociedad.