
Marcelino reflota el submarino
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Cogió al Villarreal en decimocuarta posición el curso pasado, tras los ceses de Setién y Pacheta, y casi entra en Europa. Ahora es el rival directo del Athletic por asegurarse la plaza ChampionsDicen que segundas partes nunca fueron buenas. Pero, en el caso de Ernesto Valverde y Marcelino García Toral, técnicos que se veran las caras este ... domingo en el estadio de La Cerámica en un Villarreal-Athletic que puede ser clave de cara a la batalla por la cuarta plaza liguera que otorga billete para la Champions, este dicho popular no es válido. Ambos rompen la regla. El primero vive una exitosa tercera etapa en la entidad rojiblanca y el asturiano una segunda en la que lleva camino de convertir de nuevo a los castellonenses en uno de los equipos punteros del panorama nacional.
Los dirigentes del submarino amarillo lo tuvieron muy claro cuando la pasada campaña estaban con el agua al cuello. Pese a que en agosto de 2016 Marcelino fue destituido justo antes de la previa europea ante el Monaco, su trabajo dejó huella en la entidad 'groguet'. Ascendió al equipo a Primera el curso 2012-2013 y disputó después una semifinal de la Europa League ante el Liverpool, además de clasificarlo para la Champions. Por filosofía, personalidad y conocimiento de la casa era el candidato ideal para reflotar la nave tras la vía de agua generada en los tres primeros meses de competición.
El riesgo de naufragio era real. El club no tenía claro el rumbo a seguir. Quique Setién primero y Pacheta después -dos preparadores con planteamientos antagónicos- trataton sin éxito de gobernar el barco amarillo y Fernando Roig, presidente del consejo de administración, dijo basta. Necesitaba un entrenador acostumbrado a lidiar con situaciones de ese tipo, pero con aspiraciones importantes a medio plazo. Y los astros se pusieron de cara. Marcelino, tras un inicio de temporada también convulso en el Olympique de Marsella, de donde salió voluntariamente tras las amenazas al presidente que lo contrató por parte de los hinchas más radicales del club, se encontraba libre.
El Villarreal cerró su llegada por lo que restaba de campaña y dos más y, aunque los inicios fueron complicados con una dolorosa eliminación copera ante el Unionistas a los penaltis, el equipo terminó remontando el vuelo. Aparecieron brotes verdes, pese a que finalmente terminó fuera de las plazas europeas después de mucho tiempo -octavo en Liga-.
El exentrenador del Athletic -conquistó una Supercopa y disputó dos finales de Copa durante el año y medio que estuvo en el banquillo de San Mamés- se centró desde el primer momento en dotar al submarino amarillo de mayor solidez atrás para frenar la sangría de goles en contra. Lo consiguió en la segunda mitad del campeonato. Pasó del decimocuarto puesto que ostentaba cuando asumió las riendas del equipo a quedarse finalmente a solo cuatro puntos de una Conference League para la que se clasificó el Betis.
«La organización sin balón y la reducción de tiempo y espacio para el oponente es un aspecto clave. Es primordial recuperar la posesión lo antes posible. En el aspecto ofensivo, me gusta trabajar transiciones rápidas pero siempre controlando el ritmo del partido», resalta siempre el asturiano como argumentos irrenunciables de su filosofía de juego.
Para poner en práctica todo ello en su habitual 4-4-2, el pasado verano decidió hacer borrón y cuenta nueva. Acometió una amplia reestructuración en la plantilla y llegaron futbolistas como el mediocentro Pape Gueye, los delanteros Ayoze Pérez, Thierno Barry y Nicolas Pépé y el lateral Sergi Cardona, entre otros. Ajustar el engranaje le ha llevado su tiempo y algún disgusto, como la dolorosa eliminación por segundo año consecutivo ante el Pontevedra (1-0) en la segunda ronda.
Durante la primera mitad del campeonato la fragilidad defensiva y las lesiones de algunos hombres importantes lastraron la marcha del submarino amarillo. Sin embargo, a la vuelta del parón navideño el panorama cambió radicalmente y la mejoría atrás, unida a su gran promedio realizador -es el tercer equipo que más goles ha marcado hasta la fecha (51), por detrás del Barcelona y el Real Madrid- le ha hecho subir enteros. La escuadra 'groguet' llega en un buen momento al tramo decisivo de la temporada.
Los de Marcelino García Toral son quintos a seis puntos del Athletic, aunque con un partido menos en su casillero, el aplazado contra el Espanyol debido a la alerta roja por la dana. «El equipo está sólido y compite bien y eso nos hace ilusionarnos. Vamos a luchar hasta el final para acabar lo más arriba posible», resaltó el asturiano tras el importante triunfo ante el Getafe en el Coliseum la pasada jornada que, unido al empate cosechado por el Athletic ante Osasuna en San Mamés, convierten en vital el duelo del domingo entre ambos.
Marcelino (432) y Valverde (548) son los dos técnicos españoles en activo con más partidos en la competición doméstica. Se han enfrentado en una veintena de ocasiones en total, aunque el duelo del domingo en la Cerámica será el undécimo como entrenadores del Villarreal y Athletic, respectivamente. Los diez anteriores se saldaron con cinco triunfos rojiblancos y dos del conjunto castellonense, mientras que en los tres restantes el encuentro acabó en tablas. El pulso está servido.
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