Ander Herrera
Ander Herrera
Una mesa, dos sillas y la grabadora. Una charla relajada con el fútbol y la vida como núcleos centrales de una conversación en la que Ander Herrera (Bilbao, 34 años) habla de todo menos de lo que va a pasar más allá del 30 de ... junio. «No voy a decir ni una palabra sobre mi futuro», avisa el centrocampista, quien aborda con naturalidad el resto de los temas mientras aclara que la cuestión de su continuidad la tratará en la intimidad del club. Está feliz de formar parte de un Athletic que es «puro rock and roll».
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– Ha vuelto después de ocho años en el Manchester United y el PSG. ¿Quién ha cambiado más, el Athletic o Ander Herrera?
– Por suerte, el Athletic no ha cambiado. Muy poquito, más allá de los cambios estructurales y de infraestructuras en Lezama. Han sido grandes y han situado al club en un lugar que nada tiene que envidiar a los grandes en los que he estado. ¿Ander Herrera? Entiendo que la madurez que te da la vida, el hecho de haber sido padre, de haber viajado mucho y jugado en dos países diferentes y en dos clubes grandes ha hecho que haya cambiado más que el Athletic. Pero tampoco tanto. Todavía veo esta profesión desde un punto de vista pasional a pesar de los cambios del fútbol.
– Habla de su mercantilización.
– Correcto. Intento mantener esa parte pasional, la que tenía de pequeño. Me despertaba los sábados nervioso perdido porque me tocaba ir a jugar al fútbol sala en mi colegio. Y me sigo poniendo nervioso antes de un partido.
– Cuando escucha los sonidos del fútbol y de su cuerpo, ¿qué oye? ¿Qué le dicen?
– Que todavía tengo muchísima ilusión y pasión. Me encanta lo que hago. Y también tengo mucho vértigo al postfútbol.
– ¿No está preparado para ello?
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– No lo sé. Hasta que no me lo encuentre de golpe... Intento concienciarme para que dentro de cuatro, cinco u ojalá seis años... Llegará un día en el que esto se acabe. Me da vértigo. Tengo una base formativa y educacional, un conocimiento de la vida y un entorno racional que espero me ayuden en ese postfútbol. Es mi vida, mi pasión, lo que amo, y el postfútbol me da vértigo.
– Tras fútbol habrá más fútbol.
– Sí, pero no es lo mismo. El olor a vestuario, la competición, el día a día, competir por tu puesto, con otro equipo... Nada es igual. Mi padre tiene muchos partidos en Primera y siempre me repite: 'No hay nada como ser futbolista'.
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– ¿Todo acabará en el Zaragoza?
– Mi deseo es seguir vinculado al fútbol. Le debo mucho y a mi club. Con 9 o 10 años, los utilleros del Real Zaragoza tenían mi ropa preparada, las cosas estaban en su sitio, el vestuario limpio y el campo perfecto. Hay que ser agradecido en la vida y yo lo estoy con todos los clubes en los que he estado.
– Pero solo hay uno.
– El de la infancia. Me gustaría en algún momento, no sé cuándo, devolverle lo que me ha dado. Entiendo que les pasará a todos los futbolistas. El tema es estar agradecido y yo lo estoy.
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– ¿Cómo es ahora su relación con el fútbol? ¿Se quieren, se odian...?
– Nos queremos mucho. A pesar de que la temporada pasada fue complicada, mi amor por el fútbol no ha menguado ni un poquito. Tenemos la mejor profesión que existe. Me di cuenta el otro día al ir a los hospitales. Qué injusto es que nosotros tengamos la capacidad de alegrar a unos niños con leucemia, por ejemplo, mientras que enfermeros y doctores que les curan no. Para mí, ellos son los ídolos. Pero... Los que les alegramos, no sé si justa o injustamente, somos nosotros.
– Volvamos unos meses atrás. En marzo publicó un comunicado en el que hablaba de sus problemas físicos y que había pensado incluso en retirarse. ¿Por qué decidió abrirse en canal? ¿Fue un momento de debilidad o necesitaba ser comprendido?
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– Para nada. Tú creas unas expectativas, el club hace una inversión por ti, mucha gente va a San Mamés a verte y nosotros nos debemos a nuestros aficionados. En mi vida he sido de esconderme. Yendo a lo monetario, ganamos lo que ganamos por la gente y la gente necesita escucharnos.
– ¿Era como pedir perdón?
– No. El perdón lo pide el que no tiene la conciencia tranquila. Yo siempre la he tenido porque he sido un profesional impecable en su trabajo. Pero la gente pregunta qué te pasa, por qué juegas 16 partidos cuando estás acostumbrado a jugar 30, 35 o 40. Sentía que la gente del Athletic merecía escucharme. No me arrepiento, lo volvería a hacer. Somos lo que somos por la gente.
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– ¿Habló de sus dudas con Valverde y el club?
– No. Hablas en el día a día. He tenido una carrera bastante limpia en cuanto a lesiones, más allá de las normales de un futbolista. ¿Cómo haciendo lo mismo que has hecho en toda tu carrera...?
– ... ha tenido seis partes médicos musculares.
– Correcto. Intento buscar una explicación y no la encuentro. Descanso igual que siempre, no bebo alcohol, respeto mi profesión, hago la prevención de las lesiones y no funciona. ¿Por qué? Nunca lo sabremos. ¿Y por qué ahora me siento bien? Pues sigo haciendo lo mismo que el año pasado.
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– Para aclarar una duda que lleva tiempo coleando: ¿Ha venido al Athletic lesionado, 'tocado' o no estando al cien por cien?
– No, porque jugué los últimos partidos en París. No se puede jugar en el PSG lesionado.
– ¿Así que vino bien, en perfecto estado de revista?
– Por supuesto.
– Acaba contrato en seis meses. ¿Qué pasará el 30 de junio?
– Entiendo que me pregunte, pero no voy a decir ni una palabra de mi futuro. Lo que tenga que hablar lo haré con mi entorno, mi gente, mi familia, y con Mikel González y el presidente en el caso de que toque mirándonos a la cara. Mi forma de actuar es hablar de puertas para dentro.
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– Hagámoslo así: ¿El club le ha llamado para hablar?
– No voy a decir ni una palabra de mi futuro.
– ¿Se ve capaz de seguir jugando?
– Me veo capaz de seguir disfrutando del fútbol, de seguir entrenando, de ir a Sevilla a intentar ganar, de tratar de pasar contra el Eibar. No voy más allá.
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– Vayamos a lo actual. ¿Qué le transmite el juego del Athletic?
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– Intento comparar el Athletic en el que estuve con el de ahora. Ver cómo ha evolucionado incluso con el mismo entrenador, porque después de Marcelo (Bielsa) tuve un año a Ernesto (Valverde). Aquel Athletic tenía más control de juego, con futbolistas que daban más continuidad a la posesión, y ahora estoy en un Athletic que es puro rock and roll. Transiciones rápidas, fútbol vertiginoso, llegar lo antes posible a la portería rival, avasallar al contrario con intensidad, velocidad y ocasiones.
– ¿Y qué hace un clásico como usted en una banda de rock and roll que toca, vive y juega rápido?
– Una cosa que he tenido clara en toda mi carrera es que tenía que adaptarme a lo que el equipo necesita. He jugado en equipos con mucho control de balón, como el PSG, en equipos con un fórmula mixta como el Manchester United de Mourinho y vivo un Athletic como el de ahora, de rock and roll. Tienes que ver qué puede necesitar cada entrenador y aportar la cualidad que necesita el equipo.
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– ¿Qué necesita el Athletic?
– Que dé más equilibrio a su fútbol vertiginoso. Los Vesga, Herrera, Galarreta, Dani García, Prados... tenemos que perder el balón lo menos posible para que los Williams, Berenguer, Muniain, Sancet, Guruzeta, Villalibre y Raúl García sean libres y pierdan muchos balones. Que se me entienda bien: dar equilibrio e intentar que el fútbol vertiginoso sea en las dos últimas líneas, con los mediaspuntas y los delanteros.
– En Inglaterra y Francia ganó títulos y compitió al más alto nivel. ¿Tiene algo pendiente aquí?
– Jugamos dos finales. No habría nada más bonito para mí que dar un título importante al club. Pero en Bilbao hay algo que va más allá de los títulos. Es la forma de competir, el orgullo que se siente al hacerlo con la gente de la tierra, formada en Lezama. Nos tenemos que dar valor. La gente valora al Athletic, pero a veces no sé si lo valoramos lo suficiente.
– ¿Se es injusto con el Athletic?
– No diría injusto, sino valorar lo que ha hecho el club y lo que sigue haciendo durante años. En el año en el que el filial está en Segunda Federación, Jauregizar está preparado para jugar en Primera. También Prados, que estuvo en el Mirandés, pero listo para la élite, al igual que Unai Gómez. Tenemos a Hugo Rincón, que en cualquier momento puede echar una mano.
– Fuera aprendió a ganar, ¿qué le ha enseñado el Athletic?
– Mucho. Querer lo propio por encima de todas las cosas. Muchas veces les digo a mis amigos y a mi gente del entorno zaragocista que me gustaría que (el Zaragoza) se pareciera un poco más al Athletic en el hecho de amar lo propio por encima de lo demás. Incluso sabiendo que hay cosas mejores, pero queriendo lo propio.
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