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Iñaki Williams ha regresado de la Copa África justo a tiempo. Hizo lo más grande que se podía esperar, marcar el gol clave en la prórroga que lleva a los rojiblancos a su quinta semifinal de Copa seguida. «He llegado para algo, he llegado para ... algo», gritó entusiasmado a una cámara en el césped mientras daba la vuelta al campo con sus compañeros celebrando el rotundo triunfo. Después, confesó que su cuerpo necesitaba descanso. «Ha salido todo redondo, pero estoy reventado», desveló ante la prensa. Fue más allá, con esa sinceridad que le caracteriza: «Me gustaría irme con mis compañeros a echar un par de cervezas, pero estoy reventado. Me voy a ir a casa».
El atacante ha sustituido la crispación ambiental que rodeaba la selección de Ghana por el entorno de euforia que hay en el Athletic. De ser un secundario en la Copa África, en donde sólo fue titular en uno de los tres partidos, a ser recibido como un salvador y despedido como el gran héroe de la noche rojiblanca. Ese beso al escudo tras el gol del 3-2 tiene un mensaje. Esta es su casa.
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El Athletic contaba con la incorporación a última hora de IñakiWilliams como gran factor motivador. Veinticuatro horas antes de iniciarse el partido, el extremo estaba en el aeropuerto de Abiyán (Costa de Marfil) a sesenta minutos de iniciar un viaje que doce horas y media después le llevó a Bilbao.
Pero el primer trueno le cayó encima al Barcelona nada más empezar el duelo aún con el internacional ghanés en el banquillo. Lo protagonizó Guruzeta, quien colocó el 1-0 a los 35 segundos, el gol más rápido desde que se inauguró el nuevo San Mamés en 2013. Desbanca del primer lugar del podio al que firmó Raúl García en 2019 al Eibar a los 45 segundos.
Con Berenguer fuera de la lista por lesión, Valverde tenía dos opciones para formar el dúo de extremos con Nico. O cambiar a este de banda y meter a Muniain por la izquierda o el riesgo de apostar por Adu Ares, lo más parecido al mayor de los Williams. El capitán volvió a comprobar lo poco que cuenta para su entrenador. No salió ni con seis cambios.
El segundo trueno rojiblanco, de nuevo al poco de iniciarse un periodo, contribuyó a acentuar el aire lúgubre que se ha instalado este tiempo en el Barça. El tanto fue de Sancet tras una asistencia de Nico. Sus centros de gol se han convertido en una baza importantísima para el Athletic. Lleva ocho este curso. Sólo hay un jugador español con más, Álex Grimaldo (Bayer Leverkusen).
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Williams, para ese momento, ya había salido a calentar, lo que elevó aún más la temperatura de la caldera rojiblanca. Y el estadio se vino abajo definitivamente cuando saltó al campo en el minuto 59 en lugar de Adu Ares. Tras cinco partidos ausente por una decepcionante Copa África (sólo una titularidad y Ghana eliminada en la primera fase), el jugador más determinante del curso volvía con su Athletic.
Su viaje de regreso había levantado gran expectación, al punto de que su trayecto París-Bilbao fue el más seguido del mundo en las web Fligtradar, con 4.000 personas atentas al lugar del espacio aéreo en el que se encontraba un jet privado por el que el Athletic ha pagado en torno a 6.000 euros. No había mejor prueba de que se los aficionados le esperaban como agua de mayo. «Estoy preparado. A ganar, a ganar», proclamó a los periodistas que le esperaban en el aeropuerto antes de dirigirse a la concentración del Athletic en el hotel Carlton. Sobre su viaje aseguró que su padre le había acompañado al aeropuerto en Abiyán porque se encontraba en Costa de Marfil. «Cuando ganó Camerún sacamos el vuelo», afirmó. En ese trayecto hacia Europa, camino de París, aprovechó para dormir. Pero no lo suficiente. «Ha sido una locura. Estoy reventado», indicó.
Hubo dos incorporaciones en la segunda parte que dieron un chute de energía. La primera fue la de Unai Gómez y la segunda la de Williams por un Adu que dejó poca huella en el choque. No se podía pedir mucho más de un jugador que apenas había disfrutado de otras dos titularidades este curso, ante Rubí y Cayón.
El retorno de Iñaki permitió al Athletic acabar el partido con su magnífico tridente ofensivo formado por los Williams y Sancet. Con ellos el Athletic fue un vendaval que pasó por encima del Barcelona. Da gusto ver jugar así a los rojiblancos en esta Copa en la que se sienten poderosos y en la que no pierden una eliminatoria a partido único desde 2003 en Torrelavega. Iñaki Williams dijo haber llegado «para algo», para eliminar al Barça y guiar a su equipo a por otra Copa. La sensación en el vestuario es que es ahora o nunca.
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