Fin a la racha triunfal tras los parones de selecciones

Julen Ensunza

Domingo, 30 de marzo 2025, 23:05

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Osasuna se ha convertido en un auténtico dolor de muelas para el Athletic en casa. Los rojillos volvieron a sacar petróleo en San Mamés, donde solo han perdido en una ocasión en las últimas ocho ocasiones. Se llevaron un empate que pone fin a la racha triunfal rojiblanca después de los parones de selecciones. Los hombres de Ernesto Valverde, hasta este domingo, habían ganado en las tres ocasiones en las que se ha producido esta circunstancia en la presente campaña.

La primera tuvo lugar en septiembre pasado y el Athletic doblegó a domicilio a Las Palmas (2-3) con goles de Sancet, que no jugó pese a estar finalmente convocado y sentarse en el banquillo, Nico Williams y Paredes. Posteriormente –el 19 de octubre–, el cuadro bilbaíno goleó 4-1 al Espanyol en La Catedral gracias a un doblete de Iñaki Williams y los tantos de Vivián y Berenguer. Y como no hay dos sin tres, repitió la jugada a finales de noviembre superando por la mínima (1-0), también en San Mamés a la Real Sociedad.

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El Athletic salió dispuesto a no perder esa buena costumbre, pero Osasuna parece tenerle tomada la medida en Bilbao. Y eso que los rojillos llegaban inmersos en una grave crisis de resultados –solo una victoria en las últimas 16 jornadas– y con el hándicap de haber jugado además el jueves el partido aplazado ante el Barcelona por el fallecimiento del médico azulgrana Carles Miñarro. Ni por esas.

El Athletic volvió a chocar con un muro que, lejos de los que cabía esperar, planteó un encuentro muy físico desde el pitido inicial. Y en las contadas ocasiones en las que el equipo de Txingurri logró superar el entramado defensivo rival se encontró con un imperial Aitor Fernández bajo palos que echó por tierras las ilusiones de los athleticzales y frenó la racha victoriosa tras los parones de selecciones. Empate y gracias porque pudo ser peor de no haber sacado Unai Simón una mano salvadora en el descuento a lanzamiento de Rubén Peña. Solo el Real Madrid tiene mejor bagaje que los rojillos en sus últimas siete visitas a La Catedral.

Una de las claves del valioso empate osasunista en su intento por evitar sobresaltos en la recta final del campeonato estuvo en su solidez defensiva. Los de Vicente Moreno cometieron muy pocos errores atrás. Conscientes de la capacidad de desequilibrio tanto de Nico como de Iñaki Williams por las bandas, los rojillos se emplearon a fondo para taponar sus intentonas con ayudas constantes de los centrales. En una de las contadas ocasiones en las que el menor de la saga consiguió controlar el balón –minuto 31– se fue hacia el centro y lanzó un potente disparo que Aitor Férnandez desvío a córner. En la segunda mitad, el internacional rojiblanco volvió a gozar de otra oportunidad, que de nuevo desbarató el meta rival. Iñaki, por su parte, solo dispuso de un balón que se marchó fuera a la derecha del palo. Y, si los flancos estaban sellados, la falta de fluidez impidió al Athletic, en un partido en el que no estuvo nunca cómodo, encontrar algún resquicio por dentro.

El Athletic, tras el empate el sábado del Atlético en su visita al campo del Espanyol, tenía una gran oportunidad de colocarse a sólo dos puntos de los 'colchoneros', terceros en la general. En caso de derrotar a Osasuna hubiera logrado además abrir una brecha de ocho puntos con respecto al Villarreal, que tiene un partido menos, así como sobre un Betis que también se encuentra en línea ascendente. Tras el empate ante los navarros, sin embargo, el duelo del próximo domingo en el Estadio de la Cerámica se presenta clave de cara a la batalla por la cuarta plaza. Los hombres que dirige Marcelino García Toral se llevaron tres puntos de oro en su visita a Getafe y mantienen el pulso.

A la espera de que se recupere Vivián, Valverde apostó por la pareja Yeray-Unai Nuñez, pese a que el primero estaba apercibido de sanción. El baracaldés salió indemne y estará disponible la próxima jornada, al igual que Álex Berenguer y Mikel Jauregizar, que también estaban en peligro. Ernesto Valverde, visiblemente enfadado por el cariz que había tomado el encuentro en su recta final, decidió sentar a Unai Nuñez, que había sido amonestado, para evitar posibles contratiempos. Al menos en este aspecto, el Athletic salió bien parado.