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A Kylian Mbappé se le ha atragantado su estreno en Bilbao. La estrella del Real Madrid volvió a mostrar su versión más apagada. Sigue descarrilado tras su llegada al Santiago Bernabéu desde el PSG, un sueño del madridismo que este verano se veía cumplido tras años de espera. Y ante el Athletic en San Mamés el francés volvió a mostrarse inconexo y taciturno. Sobre todo, después de fallar en el minuto 70 el penalti que detuvo con solvencia Julen Agirrezabala.
El galo asumió la culpa en primera persona a través de una escueta publicación en sus redes sociales. Reconocía el atacante el «mal resultado» tras el tropiezo por 2-1 en La Catedral. Y calificaba como «un error grande» su fallo desde los once metros en un partido en el que «cada detalle cuenta». «Asumo toda la responsabilidad por ello. Es un momento difícil, pero es el mejor para cambiar la situación y demostrar quién soy», prometía a su afición.
Agirrezabala fue héroe y villano al filo del minuto 70. Protagonizó una salida a destiempo en una falta colgada que peinó el gigante Rüdiger. Llegó tarde y le arrolló. Penalti. Su fallo lo enmendó adivinando las intenciones de la estrella madridista. Agirrezabala se tiró a media altura a su izquierda. Y mantuvo el 1-0 en el marcador.
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Javier Ortiz de Lazcano
No fue el único varapalo del partido. El árbitro le anuló un gol en el minuto 13 por un claro fuera de juego. Poco más se dejó ver en un choque en el que volvió a mostrar su versión más desdibujada.
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