Jugadores del Cartagena, su último equipo, mantean a Mikel Rico después de la última jornada para homenajearle en su despedida del fútbol. J. M. Rodríguez
Mikel Rico | Exjugador del Athletic

«Hubiera dado años de fútbol por salir en la gabarra»

El centrocampista, quien jugó seis años en el Athletic, se retira del fútbol después de dos décadas como profesional

Viernes, 7 de junio 2024, 01:00

No ha perdido ni un ápice de frescura ni de naturalidad. Habla claro, como es él, un tipo normal y sencillo que acaba de dejarlo con uno de los amores de su vida. Después de más de dos décadas como futbolista profesional, en las que ... ha jugado en campos de barro de Tercera y también en alfombras de la Champions, Mikel Rico ha anunciado su retirada a los 39 años. Ha pasado por siete equipos y cuatro categorías diferentes, siempre apegado al trabajo como la herramienta que un día le abrió las puertas de su Athletic. Seis temporadas y 176 partidos como rojiblanco figuran en su hoja de servicios como león. Los últimos dos cursos ha militado en el Cartagena, donde ha decidido colgar las botas. Una disculpa magnífica para hablar con un hombre que llegó a ganarse el pan en la obra y en una serrería hasta hacer realidad sus sueños.

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- ¿Cómo ha sido la vida de Mikel Rico como futbolista?

- Me siento afortunado. Nunca pensé que acabaría jugando en la élite. He estado nueve años en Primera, seis de ellos con el Athletic, he conseguido ascensos, jugado la Champions y la final de Copa, he ganado la Supercopa con el Athletic... Si me lo hubieran dicho con 15 años, no me lo hubiese creído. Tengo además la suerte de retirarme cuando quiero. Hasta aquí hemos llegado.

- Todo empezó en la obra, donde trabajó con su padre, y en una serrería de Arrigorriaga, tajos que compaginaba con el balón. ¿Qué recuerda de esa época?

- Son los recuerdos de un chaval, de un adolescente, que decidió dejar los estudios porque no le gustaban y tenía que trabajar. Empecé con mi padre en la obra, donde estuvimos 11 meses juntos, y luego me salió un trabajo en una empresa de sierras en Arrigorriaga. Estuve allí un año y pico, compaginándolo con el fútbol en Basauri, tanto en el Basconia como en el Indartsu, y la autoescuela. Cuando salía de entrenar iba a la autoescuela a sacarme el carnet de conducir.

- Cuando volvía de su turno de ocho horas, ¿qué pensaba al ver partidos en el Bernabéu, Camp Nou, San Mamés...? ¿Creía que algún día estaría allí?

- Qué va, imposible. No me lo hubiera imaginado en la vida, ni siquiera estando en Segunda B. ¿Jugar en esos escenarios y tantas veces? En absoluto, y mucho menos en la Champions. Me juntaba los miércoles en Cuenca con los compañeros del equipo para ver la Champions con una Coca Cola y una pizza. En la vida hubiera pensado que escucharía el himno de la Champions en Nápoles y que sería protagonista en uno de esos partidos.

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- ¿Qué recuerda de Nápoles?

- Que llegué con el equipo al estadio una hora y pico antes del partido y ya estaba medio lleno. Una silbada increíble nada más salir... Me acuerdo del himno de la Champions, mi primera vez en Europa, cuando pasó la cámara por delante y no sabía dónde mirar. Quité la mirada, tenía una sensación rara. Y cuando estaba acabando el himno, cómo lo entonó la afición del Nápoles. Se cayó el estadio. También me acuerdo de los últimos 15 minutos. Sufrimos como perros.

- Sacaron adelante el cruce.

- Sí, sí, nos pusimos 0-1 con un gol de 'Muni' y nos empataron (Higuaín). Aguantamos en los últimos minutos y llegamos en ventaja a San Mamés. Luego Hamsik les adelantó, pero remontamos.

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Filosofía

«No jugaba al fútbol por dinero, sino para divertirme»

- Volvamos atrás. Cobraba más en la serrería que en el Conquense B de Tercera.

- Así es. Cobraba el doble en la serrería. Ganaba 1.200 euros en la empresa y el Conquense me daba 600 al mes. Hablé con mi padre. Para trabajar en una empresa siempre tendría tiempo, pero para jugar al fútbol quizás no tanto. No quería quedarme con la duda y eso me animó a vivir la experiencia.

- La figura de su padre es clave para entender su carrera.

- Sí, siempre. Y ha habido años malos. Tras el primer año fuera regresé a casa y pasé un verano espectacular con mi familia y mis amigos. La siguiente pretemporada fue dura, sobre todo a nivel mental. Llamé a mi padre y le dije que quería volver, que quería dejarlo. Me dijo: 'Mikel, si dentro de 15 días estás así soy el primero en ir a buscarte. Pero aguanta 15 días porque te acabas de ir de aquí'. Aguanté, y tenía razón, como muchas otras veces.

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- ¿Cuántas veces llegó a pensar en que tanto esfuerzo no merecía la pena?

- Ninguna. Porque nunca he jugado al fútbol para ser profesional, ni para ganar dinero ni para llegar a la élite.

- ¿Y por qué jugaba?

- Porque en el colegio quería hacer una extraescolar. Había kárate y fútbol sala. Me apunté al fútbol sala. Hice amigos, me llamó el Danok Bat y empecé con el fútbol. Como nunca pensé que llegaría a profesional, pues bueno, simplemente jugaba y me divertía. No lo hacía por llegar a ningún lado, sino por divertirme.

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- Abrió las puertas de la élite con el Granada a los 26 años. ¿Cómo fue entrar en el mundo soñado?

- Fue tras un ascenso increíble. Mi hijo nació el 10 de junio y ascendimos ocho días después. Nació un miércoles y el jueves jugamos el play-off. Fue una bomba en mi cabeza, una montaña rusa de emociones que salió bien. Debuté en casa ante el Betis. Perdimos 0-1. Pero mi debut en Primera es un recuerdo imborrable.

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- ¿Cómo encajó en un mundo de estrellas, de gente acomodada...?

- Vi gente normal. Encajo fácil. Hay que desmitificar al futbolista. Somos normales, accesibles...

- No todos, y cada vez menos.

- Siempre hay de todo en todos lados. En los vestuarios en los que he estado, la mayor parte de la gente era muy normal. He tenido una adaptación fácil. Soy un tío sencillo y directo. No te tenido problemas prácticamente con nadie y cuando los he tenido los hemos solucionado. Para mí también tiene mucho mérito que un chaval como Muniain suba con 16 años y se mantenga tanto tiempo. Cuando llegas tan rápido es fácil no hacer las cosas bien, equivocarte y salirte de la rueda.

Último día en Lezama

«Recuerdo sacar las cosas de la taquilla y decir: 'Hasta aquí. Nunca más voy a ser jugador del Athletic'»

Llamada de Josu Urrutia

- ¿Cómo fue el momento en que le llamó el Athletic?

- Estaba en el párking de un supermercado de Granada y me llamó Josu Urrutia. Hablé con él. Sinceramente, aparté el móvil y le dije a mi mujer: 'Me la están metiendo'. Le colgué y llamé a mi agencia, a Marga. Le dije: 'Marga, me ha llamado un tal Josu Urrutia. No sé si me están vacilando, pero para que lo sepas'. Me dijo: 'No, Mikel, hemos estado hablando con ellos. Te iban a llamar pero no quería adelantarte nada'.

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- ¡Habrá devuelto la llamada!

- No, porque actué normal. Solo que me sorprendió un poco. A raíz de eso, hablé con Quique Pina y le dije lo que sentía. Si hubiera venido cualquier otro club de Primera, me hubiera quedado en el Granada. Era feliz allí, le debía mucho al club, mi familia estaba bien, pero el Athletic era mi sueño. Le pedí que hiciera todo lo que pudiera para dejarme salir. Me dio su palabra que iría al Athletic. El último día se pudo cerrar.

- ¿Cómo era la vida en Lezama?

- Es una gozada abrir las puertas de Lezama todos los días. Son todo facilidades. La gente que trabaja en el Athletic es la hostia. Hay momentos malos porque tu familia y tus amigos son del Athletic, tú eres del Athletic y sientes una presión añadida. Conlleva mucho gasto mental. Hace poco fui con mi hijo a San Mamés, al museo.

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- Habrá visto a su padre en foto.

- Sí, sí. Él tiene algún recuerdo, pero vago. Desde el bar nos asomamos y vimos el campo. Le dije: 'Creo que no sería capaz de jugar aquí un partido ahora mismo'. No me creo que haya jugado, no sé, 80 o 90 partidos en San Mamés.

- Pues jugó 40 partidos en su primera temporada, 54 en la segunda... ¿Llegó a sentirse como una estrella de rock?

- Para nada. Después del doblete que hice al Betis en la Copa llegué a casa y me dijo mi padre: 'Tienes que estar en una nube'. Y le contesté: 'No, en una nube estás tú. Yo estoy jodido porque no he hecho un buen partido'.

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- Y llegaba de hacer dos goles.

- Maika, mi mujer, me decía: 'Disfruta un poco, has metido dos goles. No has metido dos goles en tu vida'. Ya, pero lo que yo tenía que hacer no lo había hecho bien. Esa autoexigencia no te deja disfrutar del todo, pero tal vez sin ella no hubiese llegado a donde he tenido la suerte de llegar.

- Cuando se marchó, tras seis años en el Athletic, dijo que lo más duro fue vaciar la taquilla.

- Sí. No me ha pasado en ningún otro equipo. Recuerdo sacar las cosas, irme y decir: 'Hasta aquí. Nunca más voy a ser jugador del Athletic, nunca más jugaré en San Mamés y nunca más entrenaré en Lezama'. Me despedí de mis compañeros, del cuerpo médico, del Athletic. Fue complicado.

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- ¿Qué hubiera dado por haber estado en la gabarra?

- Hubiera dado años de fútbol por salir en la gabarra. Sentí mucha felicidad por los que estaban y al mismo tiempo tristeza por los compañeros que se lo merecían mucho y no tuvieron esa suerte. Me refiero a Susaeta, Iturraspe, Beñat, Balenziaga. Sentí más pena por ellos que por mí. Y luego me alegré por De Marcos, Raúl García, Iñaki Williams... Vi la gabarra por la tele porque no pude ir. Fue emocionante.

- ¿Qué va a hacer ahora?

- No lo sé. Estamos barajando si vivir en Huesca o en Bilbao, donde estoy con un proyecto. No sé si compaginarlo con el fútbol, alguna cosilla me ha salido, pero de momento quiero desconectar, verlo desde fuera y si lo echo de menos ya veremos si tengo la oportunidad de engancharme.

Datos de interés

  • Mikel Rico es de Arrigorriaga y tiene 39 años.

  • Trayectoria. Danok Bat, Indartsu, Basconia, Conquense B, Conquense, Poli Ejido, Huesca, Granada, Athletic y Cartagena.

  • En el Athletic. Seis temporadas (entre 2013 y 2019), 176 partidos y 14 goles. Ganó la Supercopa de 2015.

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