Athletic 0-1 Betis

El Athletic pierde otra final

El objetivo europeo, por tanto, se le complicó a los rojiblancos de una forma muy peligrosa. Tras esta nueva derrota en San Mamés, donde de una forma u otra se están están yendo puntos a mansalva, la opción más probable se antoja ya la Conference en el caso de que Osasuna pierda mañana la final de Copa. Con el Villarreal a siete puntos y el Betis ahora a cinco y el average a favor, no se puede pensar otra cosa. Es más, esa séptima plaza ya la codician el Girona, que de hecho la ocupa igualado con el Athletic y el average a favor, Rayo, Sevilla y Osasuna. No es una panorama muy edificante, la verdad, pero es que las dificultades del equipo de Valverde para transformar en goles con un mínimo de precisión y clase sus ataques comanches son ya una lacra. En los tres últimos partidos, de hecho, con Europa en juego, sólo han podido marcar un gol y fue de un penalti de chiripa en la prolongación por manos de Ruiz de Galarreta. Ayer hasta 35 centros al área y 13 córners firmaron los rojiblancos sin poder sacarles ningún rédito. Sobran las palabras.

Sólo había una duda en el once del Athletic, la que afectaba a la sala de máquinas, y Valverde apostó por la pareja Vesga y Dani García dejando en el banquillo a Herrera. Buscaba solidez y consistencia el técnico rojiblanco, consciente de la calidad del Betis en el centro del campo con futbolistas como William Carvalho, Guido, Canales y hasta Guardado, que fue la sorpresa de Pellegrini. Pues bien, la apuesta salió mal; de hecho, Txingurri se olvidó de ella en el minuto 58. A su equipo le faltó fluidez y precisión en la medular, sobre todo en la primera parte, cuando los andaluces tuvieron sus mejores momentos de juego y hasta tuvieron cerca el 0-2.

A todo trapo

No hubo un segundo de tregua en el partido. Fue pitar Ortiz Arias el inicio y desatarse las hostilidades entre dos equipos dispuestos a jugar a todo trapo. El Athletic se acercó con peligro a los dos minutos, pero Guruzeta estaba en fuera de juego. Y el Betis, lejos de amilanarse, aceptó el pulso y se lanzó al ataque. Aquello era un toma y daca vibrante; en principio, un perfil de partido en el que los rojiblancos, mejores físicamente, podían tener más opciones que su rival. El equipo de Pellegrini, sin embargo, consiguió sacar petróleo de un saque de banda en el minuto 6. Miranda tiene una catapulta y metió el balón en el área, Vivian no defendió bien a Willian José, que marcó de volea después de que el cuero rebotase en Vesga.

Fue un golpe en el hígado para el Athletic, como no podía ser menos en un equipo al que se le ha olvidado remontar. La jugada, además, sirvió para poner el foco en la defensa rojiblanca, que ayer tenía un examen muy duro –Paredes y Vivian se estrenaban como pareja de centrales– tras mostrarse frágil en los dos encuentros anteriores. El 0-1 dejó tocada durante más de diez minutos a la tropa de Valverde. A la de Pellegrini le sucedió justo lo contrario. Se vino arriba y volvió a crear peligro en un disparo de William Jose y, sobre todo, en el minuto 19, en un contragolpe en superioridad que Ayoze no supo terminar. Le salió un golpeo centrado que Unai Simón detuvo sin mayores agobios.

El Athletic terminó por recuperar el ánimo y volvió a la brega, intentando atacar por tierra, mar y aire. Lo hizo con demasiada ansiedad, a un ritmo exagerado que le impedía tener un mínimo de precisión. Los centros, además, eran malos, y qué decir de los córners, que a Nico Williams se le quedaban cortos una y otra vez. En realidad, aunque supo rehacerse, casi lo mejor que le pudo pasar al equipo de Valverde es llegar con esa desventaja mínima al descanso ya que los sevillanos estuvieron cerca del 0-2, sobre todo en una ocasión seguida de Ayoze y Akoukou, que remató al larguero, en el minuto 39.

La reanudación fue un monólogo de los rojiblancos ante un Betis atrincherado que acabaría ganando de ese modo por primera vez en el nuevo San Mamés. Valverde movió el banquillo y el equipo ganó con la agitación. Berenguer, por ejemplo, hizo mucho más daño que un Nico Williams decepcionante. También Raúl García hizo el peligro que no supo crear Guruzeta y estuvo a punto de marcar de volea en el 79. Incluso Adu Ares, un chaval con picante que tuvo su oportunidad en el tramo final. Y todo esto sin contar la volea de Sancet al larguero en el 69. Pero nada le salió al Athletic, de nuevo torpe y sin suerte, que además terminó sufriendo la expulsión de un Vivian hiperventilado toda la noche.