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manu cecilio/Agencias
Athletic - Barça | Octavos Copa del Rey

Una de las grandes noches de Copa

El Athletic elimina al Barça con toda justicia en la prórroga de un partido que quedará para la historia por el despliegue de los rojiblancos y el liderazgo de un Muniain estelar

Jon Agiriano

Jueves, 20 de enero 2022

elcorreo Athletic - Barça | Octavos Copa del Rey: Una de las grandes noches de Copa

Tras la derrota en la final de la Supercopa, la familia rojiblanca soñaba con una noche de Copa histórica en San Mamés ante el Barça y el bello sueño se cumplió. Y a lo grande. El Athletic jugó un partido memorable y eliminó al campeón de Copa con toda justicia. Su demostración de juego y actitud, incluso para salir adelante tras un golpe brutal como fue el empate del Barça en el minuto 93 que forzó la prórroga, provocó el delirio de sus aficionados. Hacía tiempo que no disfrutaban tanto con sus jugadores, liderados por el mejor Muniain que se recuerda. El navarro fue ayer un general más que un capitán, autor de dos goles, el primero impecable, y todo un ejemplo de entrega. Verle liderando a sus compañeros en la segunda parte de la prórroga, pidiendo todos los balones, incansable, cuando ya nadie podía con su alma, fue un auténtico espectáculo.

Athletic

Agirrezabala, De Marcos (Lekue, m.116), Vivian, Iñigo, Yuri (Balenziaga, m.91), Dani García, Vesga (Nolaskoain, m.117), Nico Williams (Zarraga, m.110), Muniain, Sancet (Iñaki Williams, m.52) y Raúl García (Berenguer, m.79).

3

-

2

FC Barcelona

Ter Stegen, Alves, Araújo, Piqué, Alba, Busquets, Pedri (Braithwaite, m.108), Gavi (De Jong, m.61), Ez Abde (Nico, m.46), Jutglà (Ansu Fati, m.61; Dest, m.96) y Ferran.

  • GOLES 1-0, m.2: Muniain; 1-1, m.20: Ferran; 2-1, m.86: Iñigo; 2-2, m.93: Pedri; 3-2, m.105: Muniain (penalti).

  • ÁRBITRO Munuera Montero. Amonestó a los rojiblancos Dani García, De Marcos, Iñaki Williams y Muniain, y a los blaugrana Piqué, Pedri, De Jong y Alba.

La de ayer fue también la noche de Marcelino. Y no sólo por la confirmación de que ha acabado por levantar un Athletic competitivo y con un futuro de lo más ilusionante. También por sus decisiones. El asturiano había anunciado algunos cambios y los hizo, pero de un modo tan sorprendente como sospechoso sobre el papel. Que optase por Julen Agirrezabala en lugar de Unai Simón no fue fácil de entender. Nunca lo es que el entrenador prescinda del portero titular en uno de los partidos más importantes del año. Tampoco era fácil encontrarle sentido a hacer de repente un experimento como sacar juntos a Raúl García y Sancet prescindiendo del delantero centro con el que el equipo está acostumbrado a jugar.

Y qué decir de la elección de la pareja Dani García-Vesga teniendo en cuenta la terrorífica racha de resultados del Athletic cuando ambos coinciden en el once titular. Pues bien, todas sus apuestas fueron un acierto. En el caso de la pareja de medios centros, hasta un punto asombroso. Vesga, por ejemplo, jugó el mejor partido desde que está en el Athletic. San Mamés, quién lo iba a decir, coreó su nombre con todo merecimiento cuando se retiró, exhausto, en el minuto 109 de la prórroga.

El arranque del Athletic fue perfecto. Y no sólo porque le bastaron dos minutos para abrir el marcador con un golazo para enmarcar, una delicatessen de Muniain tras un gran internada de Nico Williams, sino por la actitud. Valiente, intenso y decidido, con la cimitarra en ristre, el grupo de Marcelino se fue directo a por el Barcelona, que tardó un cuarto de hora en recuperar el color y el aliento. Que en el caso del equipo de Xavi, ayer sin delantero específico, significa que pudo empezar a tocar. Lo hizo a través de Gavi en el minuto 16 y De Marcos tuvo que tapar in extremis dentro del área. Fue como si la jugada activase un resorte interior de los culés que poco después, tras una bella sinfonía de toques en la banda izquierda, lograron el empate tras un gran remate de Ferran al palo largo. Era su primer remate e hicieron bingo.

El Athletic acusó el golpe, como es natural, pero lo justo. Ni un minuto más. El equipo de Marcelino volvió a activarse y a disfrutar de la posibilidad de atacar por las dos bandas gracias a la capacidad de percusión de Berchiche. Por la derecha estaba Nico Williams, cada día más grande, dispuesto a hacer que Jordi Alba tuviera pesadillas con él. Y las tendrá. En el minuto 25, a De Marcos se le fue a la estratosfera un zurdazo dentro del área tras una veloz combinación de los rojiblancos. Esa jugada vino a ser el disparo de salida a veinte minutos finales de la primera parte para enmarcar por parte del Athletic.

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Hasta cuatro ocasiones clarísimas fabricó el equipo de Marcelino. Fueron de todos los colores. Las tuvieron Muniain, de cabeza, Nico Williams, Sancet y Raúl García en una cabezazo a bocajarro, casi sobre la línea, justo antes del descanso. El desperdicio fue enorme, aunque tampoco algo que el Athletic no haya vivido en otras ocasiones. Una pena porque, con un poco de acierto, los rojiblancos hubieran dejado sellado el pase a cuartos. Esta certeza obligaba a preguntarse cómo reaccionarían en la segunda parte y la respuesta no pudo ser más ilusionante. Los locales continuaron con su plan, con su derroche físico y anímico, superando al Barça de cabo a rabo y haciendo que su hinchada se sintiera orgullosa de ellos en todos los sentidos.

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No se les podía pedir nada más a los jugadores del Athletic. Bueno, sí. Un poco de acierto. O de suerte. Después de otras dos ocasiones falladas, hubo razones para preocuparse temiendo un final a cara y cruz y con el Barça más fresco con los cambios, entre ellos el de Ansu Fati. Pero los rojiblancos no cejaron, impresionantes en su esfuerzo y determinación. Cuando en el minuto 86 Iñigo Martínez rebañó el balón sobre la raya tras un cabezazo de Berenguer y adelantó al Athletic, la impresión general era que el fútbol había hecho justicia. El Barça, sin embargo, acabó empatando en el último minuto del descuento por mediación de Pedri en una jugada mal defendida. El golpe fue monumental. El silencio se cortaba en San Mamés ante la sospecha de esa inmensa crueldad. Pero no. Sólo fue un gran escollo para que, tras aprovechar un penalti en el minuto 105, la victoria fuese todavía más bella y emocionante.

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