Los 60 años de un entrenador en plenitud

Todavía con la resaca de la victoria copera frente al Atlético y en plena transición para hacer frente al colista Almería el lunes, Valverde celebró su cumpleaños en un momento dulce en lo profesional. A una edad en la que muchos entrenadores han quedado fuera de la rueda de los banquillos o están a punto de cerrar su trayectoria profesional, el de Viandar de la Vera se encuentra en plena madurez y ha sido capaz de moldear una temporada hasta el momento brillante, en la que ha conseguido mejorar sus cifras al frente del Athletic y dar un salto tanto numérico como de calidad respecto al pasado curso al frente de la plantilla rojiblanca.

En concreto, los 45 puntos actuales tras 23 jornadas de Liga superan los 44 que logró en la temporada 2013-14 y que llevaron al Athletic a la Champions. Pero no hay que olvidar que el equipo viene de 32 puntos a estas alturas el curso el pasado. 13 puntos más en 23 jornadas, 9 goles más a favor y 5 menos en contra. Una evolución absoluta en la que la mano del técnico se ha notado en muchos detalles que le permiten vivir un año pleno de ilusión para la familia athleticzale.

Lo fundamental es que, pese a ser un técnico veterano, Valverde ha sabido evolucionar con el fútbol y adaptarse a las circunstancias de cada plantilla. El pasado año fue decepcionante para él ver cómo el equipo se venía abajo en el último tramo de la temporada hasta quedar fuera de Europa, y hay quien podría pensar que su carrera en los banquillos dibujaba un camino directo hacia su despedida. Nada más lejos de la realidad. En verano, Valverde buscó el planteamiento ideal para sacar este curso el máximo rendimiento posible. ¿Cómo? Con una presión adelantada que permite al Athletic recuperar muy alto y no tener que recorrer muchos metros para llegar a la portería rival, con un delantero como Guruzeta que además de convertirse en el goleador deseado es el primer defensor del equipo y con dos bandas que son dos puñales gracias a los hermanos Williams. Fundamental ha sido recolocar a Iñaki en el costado derecho después de haberlo intentado el pasado año con él como delantero centro.

Y un último añadido, la convencida apuesta por la juventud, un punto en el que el técnico ha roto con antiguas convenciones. Si el pasado curso todavía primaba la jerarquía de algunos futbolistas veteranos, como Raúl García o Muniain, por los que el técnico sentía que podían aportar su experiencia en el terreno de juego, durante esta campaña han llegado talentos como Paredes, Beñat Prados, Unai Gómez o Jauregizar, a los que Valverde les ha hecho volar a base de minutos y confianza.

A sus 60 años y con 504 partidos como entrenador -es el séptimo en la historia de la Liga y está a punto de superar a Clemente y Caparrós para entrar en el Top 5-, Valverde ha encontrado el premio a la valentía por la que ha apostado este temporada en su dibujo rojiblanco. El gran mérito del técnico ha sido insistir en sus ideas, mantener sus convicciones y no traicionarse a sí mismo.

Lo ha logrado gracias a que a su vez ha convencido a su plantilla de que era el camino correcto. Ahora el Athletic es un grupo fuerte, unido en torno a una ilusión compartida, un equipo que afronta los encuentros con una confianza enorme y disfruta en el campo. El último ejemplo lo encontramos el miércoles en el Metropolitano, cuando los rojiblancos hicieron un derroche de esfuerzo, convencimiento y concentración para mantener la ventaja frente al Atlético.

Lograr los éxitos con los que sueña el Athletic esta temporada sería la mejor reivindicación de un Ernesto Valverde en su mejor versión tras una larga trayectoria como entrenador. Aquel joven exfutbolista que llegó al banquillo del primer equipo para ayudar y aprender de Txetxu Rojo debutó el 30 de agosto de 2003 ante el Barcelona en el viejo San Mamés y después pasó por todo tipo de vivencias en los banquillos del Espanyol, Olympiacos, Villarreal, Valencia y Barcelona. Ahora, en su tercera etapa en el Athletic, en su octavo año, quiere dejar huella. La huella definitiva del entrenador con más partidos en el banquillo rojiblanco.

En lo personal, Valverde no ha cambiado mucho de aquel joven que se estrenó en el Alavés como futbolista y que debutó en Bilbao en la élite como entrenador. El fútbol es su profesión y en ello invierte gran parte del día, pero también saca tiempo para la fotografía, los libros, pasear y andar en bicicleta, actividades que le sirven para evadirse momentáneamente del fútbol, que le ha situado como uno de los técnicos más prestigiosos de España. Sin embargo, Valverde es de los que trata de pasar desapercibido y que sean los resultados los que hablen por él.