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Aste Nagusia va llegando a su recta final y el tradicional concurso de marmitako no podía faltar. Nada como un buen plato de cuchara para reponer fuerzas. Este año, el sol ha sido un invitado más y ha animado a las decenas de cuadrillas que se han congregado en El Arenal para preparar este emblemático plato.
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Algunos equipos ya son veteranos en el concurso, aunque siempre hay cuadrillas debutantes. Sin embargo, la experiencia no es lo único que importa; la camaradería y el buen humor son ingredientes clave. Pedro Molina viene desde Castro y, aunque es su primera vez, la experiencia le ha gustado mucho. «Participamos, que es lo importante, y si al jurado le gusta, aún mejor», cuenta.
¿Cocinarlo o comerlo? Esa es la cuestión. Hay quienes disfrutan del proceso completo, desde la elección de los ingredientes hasta la coordinación del grupo de amigos. Es el caso de Aitor Peña y su cuadrilla. Para ellos, los días previos al concurso son tan emocionantes como el propio evento. «No es solo el cocinarlo, sino el ir a comprar el producto y pasarlo bien todos juntos», afirma.
Otros, en cambio, prefieren llegar justo a tiempo para disfrutar del marmitako ya preparado. A mesa puesta. Pero, al final, lo que realmente importa es pasar un buen rato y disfrutar del ambiente festivo de los concursos gastronómicos de Aste Nagusia. Este domingo toca cocinar pasta.
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