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Ertzainas atienden a la víctima de una agresión en la plaza Pío Baroja de Bilbao, en la sexta noche de esta Aste Nagusia.

La noche más caliente

Seguridad ·

EL CORREO sigue a Ertzaintza y Policía local en la madrugada más complicada de las fiestas, con puñaladas, botellazos, una agresión sexual y robos

Textos: Ainhoa de las Heras | Fotos: Luis Calabor

Sábado, 24 de agosto 2024, 00:59

Viene lo peor, los tres días que quedan, jueves, viernes y sábado, son los más potentes de las fiestas. Hoy empieza la guerra». Las palabras de un empleado de la limpieza que lleva 24 años trabajando por la noche en Aste Nagusia resultaron premonitarias. La ... madrugada previa al día grande de las fiestas de Bilbao fue la más caliente desde que el txupinazo anunció la llegada de Marijaia en el teatro Arriaga, el pasado sábado, 17 de agosto. Se contabilizó un apuñalamiento en el muelle de Ripa, una agresión sexual a una mujer en las txosnas del Arenal, un botellazo a un menor en la plaza Pio Baroja y varias peleas en las que un individuo arrancó un diente de cuajo a otro de un puñetazo y otro le cruzó la espalda de un tajo con una botella rota a un hombre en Mazarredo. EL CORREO siguió a los agentes de la Ertzaintza y de la Policía Municipal de Bilbao por el recinto festivo.

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Ambos cuerpos instalan sus bases de operaciones en las plazas Erkoreka y Venezuela y en Hurtado de Amezaga, para después ir moviéndose a los distintos puntos según los avisos que reciban. La noche empezó «tranquila», en palabras de los uniformados, aunque horas después los policías tendrían que ponerse los trajes antidisturbios, con cascos y escudos para acceder protegidos al Arenal entre la multitud. Todos llevaban el chaleco antibalas y anticorte de dotación. «Nunca sabes con qué te vas a encontrar», justificaban.

Los fuegos artificiales, que ayer terminaron un poco antes de lo habitual, suponen el arranque de la fiesta desenfrenada. Muchos se desplazan a los distintos escenarios de conciertos. En la pérgola de Doña Casilda tocaba La Frontera y en el principal de Abandoibarra, Lala you love. La plaza Circular, uno de los puntos más problemáticos de la Semana Grande hace unos años, se ha convertido en un balneario gracias a diferentes medidas, como el cierre de la trasera de Abando y la eliminación de varias txosnas y el cierre del local La Granja, que generaba mucho ambiente. Ahora se celebra la clásica verbena en un gran escenario, pero para las dos de la mañana pasan los camiones de la limpieza y el público se disgrega.

Las claves

Agresión sexual

Una mujer explicó llorando a los policías que un hombre la había sometido a tocamientos

Asistencia

Un ertzaina practicó un torniquete a un menor que había sufrido un botellazo en un brazo

Empiezan los robos

A partir de la una de la madrugada, víctimas de robos de móviles se iban acercando hasta el puesto de la Policía Municipal en la calle Erkoreka. Los agentes las derivaban a la comisaría del Ayuntamiento, la más cercana a la fiesta, a interponer la correspondiente denuncia. En días previos, los funcionarios habían solicitado el IMEI (la clave de seguridad que tienen todos los teléfonos) para cursar la denuncia, lo que obligaba a muchos que no se lo sabían a retrasar la gestión. En la madrugada de ayer no se pidió ese número.

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Los agentes de la Unidad Canina iban acompañados de dos perros policiales de la raza pastor belga Malinois. Uno de ellos 'Nitro', iba calzado con unos botines por si tenía que cruzar el suelo del recinto festivo, cubierto de peligrosos cristales rotos. En el paseo por las txosnas, a la vista de los policías, iban y venían cuadrillas con bolsas de plástico llenas de bebidas para hacer botellón, había puestos ambulantes por doquier, especialmente de pinchos morunos de los que salía mucho humo y hasta puntos improvisados donde cualquiera con una nevera portátil vendía latas de cerveza o refrescos. Desde el Ayuntamiento han admitido la imposibilidad de frenar esta actividad ilícita.

En plena madrugada, con 20 grados de temperatura, los niños llenaban aún el parque infantil junto al puente del Arenal. Las txosnas de Moskotarrak, Pinpilinpausa, Txomin Barullo, y las del otro lado de la ría, estaban abarrotadas. Precisamente, en el muelle de Ripa saltó la alarma más grave de la noche. Un joven se presentó en dependencias policiales pidiendo ayuda porque había sufrido un apuñalamiento en una pelea cuando disfrutaba de la noche junto a la barra de una caseta. El chico confesó que en un primer momento ni se había enterado de que le habían clavado un cuchillo en un costado, hasta que empezó a notar calor y humedad bajo la camiseta, se tocó y comprobó asustado que era sangre.

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Alguien había grabado la escena con el móvil desde el puente del Ayuntamiento, lo que facilitó a los policías la identificación del sospechoso, que vestía una llamativa camiseta azul. Horas después, pasadas las cuatro de la madrugada, el agresor fue localizado y detenido en las txosnas, gracias al trabajo de los agentes encubiertos, que recorren la fiesta dando seguridad pero sin ser vistos.

Detenido. Policías municipales practicaron un torniquete a uno de los jóvenes heridos.

La «sala de evolución»

Cuando aún no se había pasado el primer susto, los ertzainas empezaron a correr en dirección hacia la txosna de Gogorregi. Un menor había recibido un botellazo en un brazo. Un ertzaina de paisano le había practicado un torniquete para evitar que se desangrara y le mantenía la mano en alto, sentado en la parada del tranvía de Pio Baroja. Sus amigos relataban con gestos a los patrulleros cómo había sido la brutal agresión. También el autor del ataque fue arrestado poco después. A lo largo de la noche, hubo otros dos detenidos por un delito de lesiones, uno por arrancar un diente de un puñetazo a otro y otro por abrirle un gran tajo en la espalda a otro con una botella fracturada.

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El alcohol empezaba a hacer mella. En el puesto sanitario junto a la estación de Abando, la conocida como «sala de evolución» o «el hotel», un contenedor con colchonetas donde se acoge a las personas embriagadas, aún no había nadie. «Este año, la máxima ocupación ha sido de tres personas», explicaban.

A esa hora, una mujer se acercó llorando a los agentes municipales apostados en la plaza del Ayuntamiento para comunicarle que había sufrido una agresión sexual por parte de un individuo. Según relató entre lágrimas, el hombre le había sometido a tocamientos de índole sexual. El sospechoso podía estar en la zona de las txosnas. Los policías locales se colocaron los trajes de protección especial y los escudos para entrar con seguridad a por él, pero el individuo, consciente de lo que había hecho, había desaparecido, por lo que finalmente no fue necesario.

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Además de la labor represiva, los agentes también atienden las peticiones de información de los ciudadanos. «¿Dónde está Marijaia? Llevamos toda la semana buscándola», preguntó con una sonrisa una visitante a un uniformado. «Pues en alguna de las txosnas, porque va rotando, pero no sabría decirle en cuál», le contestó el policía.

La noche en cifras

  • 15 detenidos en la sexta noche de la Aste Nagusia de 2024.

  • 9 arrestados se registraron la primera madrugada, frente a los 21 del mismo día de 2023.

  • 40 En la Semana Grande de Vitoria, el primer día hubo 40 arrestos.

15 detenidos en la sexta madrugada de la Aste Nagusia

La sexta noche de juerga en Aste Nagusia se saldó con un total de 15 detenciones. Entre ellas, un joven fue arrestado por agredir de un botellazo a un menor en las inmediaciones de Ripa. El chico sufrió un profundo corte en uno de los brazos. El suceso se produjo junto a la txosna de Gogogorregi, que en ese momento, sobre las dos de la madrugada, estaba a reventar. Desde el inicio de la Aste Nagusia el pasado sábado, en total se han registrado 79 detenciones -sumadas las de ayer-, una cifra muy por debajo de lo que había ocurrido la anterior edición. A estas alturas de las fiestas de 2023 se habían practicado más de un centenar de arrestos y había habido jornadas en las que los calabozos se habían quedado pequeños, con colas de coches patrulla a las puertas de la comisaría de Miribilla.

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