Juicio contra Piterman y Nereo

Facturas duplicadas, compras injustificadas y viajes personales... Así desfalcaron Piterman y Nereo al Alavés

Los tres administradores concursales encargados de reflotar la nave albiazul en 2007, tras la marcha por la puerta de atrás del estadounidense de origen ucraniano y su séquito hablaron muy claro este martes en el proceso penal que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Álava. La entidad quedó al borde de «la disolución» por sus «gastos suntuosos y desproporcionados».

Los expertos Andoni Echevarría, Fernando Ercilla y Jaime Orive trazaron una perturbadora radiografía del trienio negro (2004-07). Ante la atenta mirada de los magistrados Elena Cabero -encargada de redactar la futura sentencia-, Jesús Poncela y Francisco Garíca Romo, estos expertos pormenorizaron cómo Piterman -declarado en rebeldía por no presentarse a la causa iniciada el lunes, en el Palacio de Justicia de Vitoria- y su exmano derecha, Nereo, supuestamente obraron de mala fe. «Fue una situación sostenida en el tiempo consecuencia de una inadecuada gestión». Según sus informes, los ahora investigados fueron apercibidos en su momento de que iban en mala dirección. Sin embargo, «mantuvieron los errores advertidos, hubo irregularidad en vez de error».

No en vano, durante su mandato ni siquiera auditaron las cuentas del club. «No encontramos el libro de actas», admitieron los expertos financieros. Asimismo enumeraron «pagos en efectivo» injustificados, facturas «duplicadas y «triplicadas» por un único concepto, docenas de alojamientos sin justificar en el Gran Hotel Lakua, el único cinco estrellas de Vitoria. «Leyendo algunas facturas no se podía conocer ni el trabajo realizado ni el número de empleados utilizado», concluyeron.

¿Pudo ocurrir que un club señero cayera en manos incapaces? «No fueron errores, sino irregularidades», insistieron estos expertos financieros a preguntas de la fiscal Cristina Vicente. Para más inri, supuestamente desviaron fondos alavesistas a «una cuenta bancaria» domiciliada en Palamós y cuyo titular era Piterman. Por cierto, la cerró en 2007.

El ucraniano, al que no se juzga en este procedimiento por su incomparecencia, también cargó al Alavés vuelos personales en clase 'business' a San Francisco, París o Palma de Mallorca. Incluso hay registrada una compra masiva de «televisiones, aparatos de música, relojes y móviles» entregados en un hotel propiedad del ucraniano. El importe, por supuesto, corrió a cargo de la entidad de Mendizorroza.

Sin el ucraniano en la sala de vistas -en teoría este martes fue sometido a una «operación de rodilla» en algún hospital privado de California-, las acusaciones se esforzaron en demostrar que su entonces hombre de confianza, Nereo, también se llenó los bolsillos. Y mucho.

De los 3,1 millones de euros que la Fiscalía echa de menos, al menos 910.000 corresponderían a pagos realizados a empresas dependientes del cántabro, quien este martes recordó al de antaño. Movió mucho la cabeza en señal de desaprobación y tomó notas. Otros 823.000 euros podrían atribuirse a ambos sospechosos e incluso a Milanendra Kaur, la que fuera mujer de Piterman y que lleva una plácida vida en California. Los restantes 1.428.000 euros habrían ido directamente a Piterman. Un ejemplo. Entre junio de 2006 y abril de 2007 cargó siete facturas al Glorioso por un montante total de un millón de euros por su «asesoramiento deportivo». Aunque sí realizó esta labor en Palamós y el Racing de Santander, no hay constancia de semejante minuta. Y jamás ha vuelto a prestar ese servicio.

La defensa de Nereo trató de restar trascendencia al papel de su cliente en este embrollo. Es decir, que desde su punto de vista, los únicos responsables del desfalco fueron los sospechosos ausentes. Este miércoles declarará el empresario cántabro. Lo hará tras el espaldarazo recibido de Alfonso Arriola -exmiembro del club y condenado por el 'caso De Miguel'- y del exabogado albiazul Kike Pérez. Ambos coincidieron en que todas las decisiones partían de Piterman y que Nereo tan sólo era el «brazo ejecutor».